Adéu a les armes, d’Ernest Hemingway.
Hi ha un fragment que m’ha recordat l’estupidesa dels tribunals militars que tan bé va retratar Stanley Kubrick a “Path of glory”, amb Kirck Douglas de protagonista, ia també ambientada a la Gran Guerra, però a l’exercit francès.
-Ha sido usted y sus iguales los quen han permitido a los bárbaros poner los pies sobre el sagrado territorio de la patria.
-¿Qué dice usted? -preguntó el teniente coronel.
-Es a consecuencia de traiciones parecida por lo que hemos perdido los frutos de la victoria.
-¿Ha tenido usted que retirarse alguna vez? -preguntó de nuevo el teniente coronel.
-No se deberia haber obligado a Italia a retirarse.
!Y nosotros estábamos allí, bajo la lluvia, para escuchar esto! Estábamos frente a los oficiales, y el prisionero estaba delante de ellos, ligeramente a un lado por deferencia a nosotros.
-Si usted me quiere fusilar -dijo el teniente coronel-, fusileme en seguida, sin más interrogatorio. El interrogatorio és idiota.
Hizo la señal de la cruz. Los oficiales se consultaron. Uno de ellos escribió en una hoja de papel.
-Abandono de tropas. Condenado a ser fusilado -dijo.
Dos carabineros condujeron al teniente coronel a la orilla del rio………….
L’edició és del 1982, de la desapareguda editorial Bruguera, que tantes bones estones ha donat als de la meva generació.