L'Hereu Riera

El Dret Humà oblidat: el dret d'herència universal

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Jorge Semprún Maura (Madrid, 10 de desembre de 1923 – París, 7 de juny de 2011) dixit:

«Pero, por otra parte, el hecho de que los sistemas del Este y del Oeste –para seguir utilizando una terminología habitual, aunque aproximativa– sean antagónicos; el hecho de que, en los países del Este, la apropiación de la plusvalía haya cesado de ser privada, para hacerse pública, burocrática, a través del aparato político-productivo del Estado/Partido, no suprime la realidad misma de la plusvalía que sigue siendo extorcada a los trabajadores asalariados de dichos países. No suprime la realidad de la explotación, de la opresión, de la enajenación del trabajo asalariado. Muy al contrario: la acrecienta y la agudiza, porque la hace más opaca, más difícil de apresar en la conciencia de las masas.
»Y es que en los países de capitalismo privado monopolista la clase obrera dispone de un mínimo de libertades democráticas –que la burguesía, por su parte, tiene que aceptar y respetar, y que incluso necesita, fuera de los períodos de crisis aguda del sistema, para la valorización del capital– y que son, aunque limitadas, suficientes no sólo para tomar conciencia de la explotación a que es sometida, sino también para organizarse y luchar contra ella.
»En cambio, en los países de capitalismo de Estado burocrático, mal llamados “socialistas”, la clase obrera no dispone de esas posibilidades. No puede hacer huelga. Sólo puede organizarse en sindicatos que son meras correas de transmisión del aparato estatal y del partido único, y comparados con los cuales eran auténticos paraísos democráticos los sindidactos verticales de la dictadura franquista. A la clase obrera de estos países sólo le quedan dos salidas. La primera es la de la solución individual, insolidaria, de sus problemas, mediante el trabajo a destajo, embrutecedor, o, por el contrario, mediante el ausentismo, el trabajo lento, el sabotaje larvado, que son plagas endémicas de las relaciones de producción en los países del Este, y que sólo se explican como fenómenos de una sorda, tenaz y desesperada lucha de clases. La segunda salida es la revuelta, casi siempre imprevista, brutal y pasajera.

»Desde la insurrección obrera de Berlín-Este, en junio de 1953 –cuyo anuncio vino a sorprenderme durante los últimos días de mi primer viaje clandestino a España, planteándome cuestiones que procuré soslayar–, hasta los recientes motines proletarios de Polonia, la historia de los países “socialistas” está jalonada por este género de enfrentamientos entre el pueblo y el Estado que se autodenomina, con sangrienta ironía involuntaria, Estado-de-todo-el-pueblo. Centenares de muertes obreras jalonan el camino de una difícil toma de conciencia, o mejor dicho, de una toma de conciencia que no consigue aún desembocar en una estrategia de auténtica ruptura. Y es que la clase obrera de los países del Este no sólo tiene que afrontar la represión de un Estado monolítico, de un sistema de partido único que suprime todas las mediaciones sociales, sino que es prisionera y víctima de una ideología que le es impuesta como propia: la ideología-del-socialismo. Y la idelología-del-socialismo es el opio del pueblo.
»Cuando los obreros polacos de los astilleros del Báltico, pongamos por caso, se enfrentan con las fuerzas del orden público, que pretenden impedir una simple manifestación reivindicativa; cuando, animados por el coraje de la desesperación, dichos obreros barren todos los cordones policíacos y pasean sus muertos en andas por las ciudades en plena insubordinación –reinventando así los gestos y las gestas ancestrales del movimiento obrero–; cuando queman los locales del partido que simbolizan un poder burocrático, alienante e injusto; cuando son dueños de la calle e incluso del poder local, no saben qué hacer de su victoria. No pueden, literalmente, hacer nada de esa victoria, porque no pueden generalizarla. Como son prisioneros, al menos parcialmente, de una ideología y de un sistema de valores según los cuales ellos son los dueños del poder, ellos la clase dominante, ellos la viva encarnación del socialismo en marcha, se encuentran inermes. Saben, sin duda, al menos oscuramente, que todo eso es falso. Son, en realidad, la clase-en-sí, pero eso no lo saben. Nadie, casi nadie, piensa con ellos, junto a ellos, la totalidad de su situación social, porque los que intentan hacerlo terminan bien pronto en la cárcel o en los hospitales psiquiátricos. Nadie, casi nadie, les explica –y la ideología-del-socialismo hace difícil que se lo expliquen a si mismos, que lo aprendan en la experiencia globalizada de sus luchas– que son la clase-en-sí, productora inerte e inerme de plusvalía, y que necesitan transformarse en clase-para-sí. Que necesitan conquistar una conciencia de clase, aprender que son explotados por un nuevo sistema de dominación, enmascarado tras los oropeles sangrientos de la ideología-del-socialismo. ¿Cómo podrían llegar a concebir, a atreverse siquiera a pensar, bajo su forma de paradoja escalofriante, que sería necesaria la restauración del capitalismo en su país, para que, saliendo del letárgico sueño de la ideología, recomience a funcionar sin velos la dinámica de la lucha de clases? ¿Cómo podría ser la restauración del capitalismo, o sea, la restauración de la violencia transparente, proclamada y por tanto modificable, de las relaciones antagónicas de clase, hoy ocultadas y deformadas por la mitología del Estado obrero, cómo podría ser ése el objetivo de una insurrección proletaria?»

Jorge Semprún, Autobiografía de Federico Sánchez (premi Planeta 1977)
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[nb: els subratllats són meus]

Aquesta entrada s'ha publicat en Suck the brook el 19 de juny de 2011 per mininu

  1. Sí, resistir i fora la por ! Aprendre i a restaurar una nova via, transparent, sense mentides, ni infiltrats en tota aquesta societat tant i tant individualitzada.
    Ben trobades les dues referències, el text, subratllat, i la cançó.
    Ahir vespre, però, vaig viure un alè especial, bonic, fantàstic …  ‘Une flûte magique’ versió de’n Peter Brook al Mercat de les flors. Novament, en Brook sap traspassar el que ell sent a tots els espectadors. Actors-cantants, pianista immens, i Mozart volant pel damunt dels nostres caps. En Sarastro donant lliçons de responsabilitat, amor, saviesa, de perdre la por, en Papageno que mai hem d’oblidat que som humans i la Reina de la Nit la foscor, el perill, la intolerància.
    Bon diumenge de juny !
     

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