Bona vesprada. I ens retrobem, si Déu vol, dilluns.
I us vull deixar un tema que canta Ana Belén i que sempre m’ha agradat:
Sólo le pido a Dios
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo
suficiente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta
suerte.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente
si un
traidor puede más que unos cuantos,
que esos cuantos no lo olviden
fácilmente.
Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura
diferente.
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Els versos darrers sempre m’han paregut impresentables:
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.
Precisament ací i ara, i arreu i tothora que els humans anem pel món. I quan més hi anem més "indesnonats" som. La clau me la va donar la filla d’en Toni Mollà, quan ell, abans d’un viatge li fa"vés-hi amb cura i que no et passe res" ….i ella li va respondre:
"Però papa, si vaig fora és precisament per a que em passen coses"
Cordialment, Àngel.
…..
Estimat Angel:
Quasi puc assegurar-te que tot anirà de lo més bé. No t’ acovardixques i ànim que això no es res. A més, si tu estàs fet de pasta de carrasca.
Sort!!!
No serà res, i dilluns ens ho contaràs amb tranquilitat.
Manuel.
Et deixe ací un divertit monòleg extret de http://apuntesdeunprofe.blogspot.com/. Espere que així la convalescència siga menys pesada.
AL OTRO LADO DEL PUPITRE Todas las mañanas tengo el mismo pensamiento cuando suena mi despertador: ¡Noooo! ¡No quiero ir al instituto! Pero como no tengo más remedio porque me gusta cobrar a fin de mes, digoooo… enseñaros muchas cosas, me levanto, me miro al espejo y me digo "sé fuerte, tú puedes". Repito este pensamiento mientras me lavo la cara (a ver si os creéis que me levanto ya sin legañas, de eso nada, hay que lavarse, que algunos parece que no lo sabéis…), mientras derramo la sal en el café (hostia, ¿he dicho sal? Ahora comprendo lo amargo de su sabor… si es que claro, ya llego al insti amargado, pero la culpa no es vuestra, es de la sal, vosotros me amargáis después…). O…
En fin, que me enrollo como cuando os explico las lecciones de literatura… esas que con tanto entusiasmo me preparo (porque yo trabajo por las tardes, no como otros…) para que luego las recibáis cual escupitajo en la cara: Antonio Machado, digo yo, poeta de la Generación del 98, ¿eh, quién se ha manchado?, entendéis vosotros. Y entonces desconectáis cuando os dais cuenta de que ha empezado la lección.
Pero no me quiero adelantar: el caso es que llego al insti y… enseguida me arrepiento de haber salido de la cama, por mucho que quiera cobrar a fin de mes, digoooo, enseñaros muchas cosas, eso, eso. Y es que a mis buenos días me responden vuestros bostezos y caras de sueño (¿no podéis intentar disimular como hago yo? Vale que a veces no lo consigo, pero lo que es la intención está ahí…).
Y entonces pienso en todas esas lecciones de pedagogía con la que los psicólogos me dan la brasa, diciéndome que tengo que MOTIVAR a los alumnos… ¿motivar? ¿Y a mí quién me motiva? ¿Las amígdalas de Menganita cuando bosteza cual león hambriento? ¿El piercing de Fulanita, que muestra con orgullo cuando saca la lengua en pleno uouuuauuuu? ¡Si hasta me veo reflejado en él! (anda, pues si no me he lavado la cara y siguen las legañas… Bah, qué más da, total, nadie me mira, están demasiado distraídos lanzándose bolas de papel… Que eso es curioso…: ¿¿¿Qué pretendéis lanzándoos bolitas de papel??? Coño, tiraos piedras, ¡¡¡que hacen más daño!!!).
Bueno, que no importa, que yo me pongo a dar mi chapa igual, total, para eso me pagan… digooooo, tenéis que aprender. Puedo leer vuestros pensamientos, son ya muchos momentos a este lado del pupitre:
¿Eing? ¿Predi… qué? ¿Pero… pero esto… esto qué es lo que es?
O…
Pues cuando termine esta clase tan aburrida, le mandaré un sms al Kevin, a ver si consigo que me dé una vuelta en su nueva moto, que mola mazo. Ah, y luego se lo contaré a la Vane, que flipará mogollón.
Anda, ha dicho que turno para dudas y preguntas. Voy a preguntarle si tiene novia…
Pero bueno, estos los que pensáis. Porque después estáis los que directamente habláis, así, a los cuatro vientos, como si estuvierais dando un mitin, como si yo no existiera. Pero qué creéis, ¿que no os escucho? ¿Que estas cositas que tengo en los lados de la cabeza llamadas orejas no sirven para nada? Pues sí, me entero de todo, así que R***, S***, Á*** y A*** (entre otros, claro) que sepáis que ya sé muchos de vuestros secretos…
El caso es que yo termino mi clase (esto es necesario para cobrar a fin de mes… digooooo, para que aprendáis muchas cosas) y si ninguna fierecilla más me requiere (el director, el jefe de estudios…) me marcho para casa con la satisfacción de un día más juntos, yo enseñando, vosotros aprendiendo… ¡Mentira! Me marcho con la satisfacción de no volver a veros en unas horas, o, en el mejor de los casos, en todo un fin de semana… Aaahhhhh… Me emociono solo con pensarlo… ¡¡¡Fin de semanaaaaaaaaaaa!!!…