PROFUNDIZAR
EN LA DEMOCRACIA Y
EN LA SOLIDARIDAD.
(Ante las elecciones
generales de 2008)
El Grup de Rectors del Dissabte, ante las próximas
elecciones generales del día 9 de marzo, ofrece sus reflexiones para iluminar
la construcción de las propuestas políticas y el libre ejercicio del voto,
desde la perspectiva evangélica.
La autoridad del magisterio de la Iglesia en la contienda
electoral se inscribe exclusivamente en la iluminación de la conciencia moral
para el ejercicio libre del voto ante las propuestas políticas que se
presenten. Ningún miembro de la
Iglesia puede sustituir la decisión última de la conciencia,
que permanece siempre como la instancia suprema y decisiva para la orientación
del voto. Ningún obispo ni conferencia episcopal pueden modificar esta doctrina
conciliar, a pesar de sus frecuentes intervenciones públicas orientadas a
inclinar el voto de los cristianos hacia la opción conservadora o hacia
posiciones mucho más extremas. La fe cristiana permite diversidad y pluralidad
de opciones políticas, siempre que tiendan a favorecer el bien común y la
promoción de la justicia.
Desde la perspectiva de los valores del Reino de Dios, nos
proponemos colaborar en la formación de la conciencia y ayudar a que el votante
católico recupere su libertad, sin miedo ni coacciones, ya que no están en
juego ni posiciones dogmáticas, ni visiones totalitarias, sino programas de
acción que cada uno debe libremente discernir. Este llamado a la libertad de
conciencia no preside ciertas manifestaciones de algunos obispos, que se
identifican peligrosamente con las propuestas más conservadoras, hasta
patrimonializar la fe de la Iglesia en un único
partido o en ideologías bien definidas. Cuando hacen eso, parece que no tienen
en cuenta las consecuencias lamentables que esta posición provocó, en épocas
bien recientes, en nuestro pueblo y en la Iglesia.
Renovar la política
Apoyamos la
dignificación de la acción política a través de comportamientos que la sitúen
más allá de la crispación, el linchamiento o el hostigamiento visceral, así
como a los grupos que presenten en sus listas a políticos honestos y
competentes y que propongan fórmulas para promover la ética política, la
convivencia cívica y solidaria y la cultura de la trasparencia en la acción
social, económica, política y mediática.
Apoyamos a las fuerzas políticas que elijan el diálogo y la negociación
como cauces en la resolución de conflictos y en la búsqueda de la paz; que sean
capaces de llegar a acuerdos pos-electorales en orden a unir esfuerzos en favor
del interés común; que luchen contra la corrupción y reformen la ley electoral
para profundizar en la democracia y la participación; que desbloqueen las
instituciones básicas como el Parlamento y la Magistratura; que
rechacen medidas que conculquen derechos democráticos de personas, pueblos o grupos;
y que amplíen los derechos civiles y sociales de todas las personas, cualquiera
sea su orientación ideológica, cultural, religiosa, sexual, o nivel de capacidad
o discapacidad intelectual
Apoyamos las
propuestas políticas que antepongan los ideales de justicia social y solidaridad;
que propongan medidas que dignifiquen el trabajo y prioricen las necesidades de
las personas excluidas y grupos socialmente empobrecidos; que favorezcan las
medidas redistributivas a favor de los que tienen menos poder adquisitivo; que
fomenten la igualdad en derechos y responsabilidades de las personas
inmigrantes; y que potencien la lucha contra la pobreza mundial y la cooperación
al desarrollo.
Apoyamos las
propuestas económicas y urbanísticas basadas en un desarrollo sostenible,
transparente y sustentable; que antepongan el bien común al lucro personal
mediante medidas contra el desarrollismo salvaje que destruye la naturaleza;
que procuren la defensa del medio ambiente frente al crecimiento depredatorio
realizado al amparo de información privilegiada o concesiones interesadas; y que garanticen la sostenibilidad del
planeta y el futuro de las nuevas generaciones.
Apoyamos a quienes favorezcan políticas culturales que promuevan valores,
tanto laicos como religiosos, por ser auténticamente humanos, como el respeto a la dignidad del ser humano;
el reconocimiento integral de sus derechos; el hambre y sed de justicia; el
rechazo de toda opresión, violencia o discriminación; el espíritu de
tolerancia, pluralismo y autonomía; la calidad de vida y la promoción de la
salud.
Apoyamos
las propuestas respetuosas de la laicidad del Estado y de la política; que no
conviertan la religión en un elemento de diferenciación política-jurídica, ni
consientan la indebida injerencia clerical; que propongan la libertad religiosa
y el trato igualitario de las confesiones religiosas; y que reconozcan el
pluralismo ético de la sociedad española y el papel público de la religión con
el derecho a intervenir cuando se violen los derechos fundamentales de las
personas y pueblos –principalmente de los pobres- incluyendo en este supuesto
modalidades de aborto y de eutanasia, difícilmente compatibles con el respeto a
la vida.
Apoyamos las medidas que fortalezcan los servicios públicos a fin
de que lleguen a toda la ciudadanía y en especial a los más desfavorecidos; que
garanticen que los servicios sociales, sanitarios, culturales, de transportes,
habitacionales, deportivos y de ocio sean accesibles a toda la población; y que
faciliten el predominio de estos servicios públicos frente a las privatizaciones,
para que conecten con las aspiraciones de los barrios populares.
Apoyamos
todos los esfuerzos orientados al reconocimiento práctico y real de las identidades
nacionales de los diversos pueblos del Estado, defendiendo y promoviendo sus
especificas peculiaridades culturales, lingüísticas y socio-políticas.
Desde estas convicciones conciliares,
que compartimos con otras personas y grupos, hacemos un llamamiento a
participar activamente en el proceso electoral y, tras discernir los programas,
favorecer aquéllos que mejor promuevan los valores indicados, desde la
fidelidad a la propia conciencia.
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