“La población en general no sabe lo que está ocurriendo… y ni siquiera sabe que no lo sabe”.
—Noam ChomskyVICENÇ NAVARROPensamiento CríticoUna de las mil razones para estar indignados12/01/2014Si usted, lector, no está indignado es que no sabe qué está pasando en su país. Seguroque es consciente de que la situación económica y social del país no está yendo bien. Enrealidad, está yendo muy mal. El desempleo ha alcanzado niveles récord en la UniónEuropea y en España. Y las agencias internacionales más fiables dicen que la economíaespañola no alcanzará los niveles de desempleo que tenía antes de que se iniciara la crisishasta veinte años (sí, ha leído bien, veinte años a partir de ahora). Y puesto que eldesempleo juvenil es el doble del general, estos pronósticos quieren decir que estamosquemando nuestro futuro, pues muchas generaciones jóvenes estarán en una situacióndesesperada, habiendo sido convertidas en inservibles. Esta situación de los jóvenes estátambién afectando negativamente al futuro de la Seguridad Social, contradiciendo, porcierto, el famoso argumento de que el problema de las pensiones es que hay demasiadosancianos y muy pocos jóvenes. La falacia de este argumento queda claramente aldescubierto en la crisis actual. El problema de las pensiones no es que no haya jóvenessino que no hay trabajo para ellos. Este es el problema que el famoso argumentocatastrofista basado en la transición demográfica oculta.Esta crisis ha sido consecuencia de unas políticas públicas llevadas a cabo por gobiernosbajo el mandato de instituciones altamente influenciadas por la banca, tales como el BancoCentral Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Se lo digo yo,que soy Catedrático de Políticas Públicas y he visto muchos casos antes, en otroscontinentes, que experimentaron crisis muy semejantes. En realidad, a finales del siglo XX,Latinoamérica sufrió una situación muy parecida.Estos bancos que tienen una enorme influencia política (muy, pero que muy marcada enEspaña, donde el gobierno Rajoy es un mero instrumento de la banca), están forzando eimponiendo políticas que son la causa de la crisis. Cito solo un detalle. El gobierno Rajoyestá recortando y desmantelando el Estado del Bienestar de España (lo mismo ocurre enCatalunya con el gobierno de Artur Mas), recortando y recortando gasto y empleo público afin de reducir el déficit y la deuda pública. Estos recortes están contribuyendo a destruirempleo y bajar la demanda que debería estimular la economía.Ahora bien, a pesar de los recortes, la deuda pública española continúa subiendo ysubiendo, ascendiendo ya a 664.000 millones de euros (lo cual es mucho dinero). Usted yyo pagamos los intereses de esta deuda, que representa ya el segundo capítulo delpresupuesto del Estado después de la Seguridad Social. Este dinero suyo y mío va a losbancos que han comprado esta deuda. Hoy los bancos españoles tienen casi la mitad deesta deuda, 299.000 millones. La pregunta que debe hacerse es: ¿Y de dónde saca elbanco el dinero para comprar la deuda? Pues, mire usted, por mucho que le sorprenda,procede de préstamos públicos. Cada año los bancos españoles piden prestado dinero alBanco Central Europeo, BCE, una institución pública (que no funciona en realidad como unbanco central, sino como un lobby de la banca), a unos intereses bajísimos, menos del1%. El BCE se lo presta para que los bancos se lo presten a usted y a mí, y a laspequeñas y medianas empresas, y así se resuelva el enorme problema de falta de créditoque ha paralizado la economía. No sé si usted ha intentado conseguir un préstamo de labanca. Si lo intenta, verá que no es fácil. ¿Y, por qué no es fácil, si reciben tanto dinero delBCE?La respuesta no es difícil de ver. Los bancos ganan mucho más dinero comprando deudapública a unos intereses muy altos (que el discurso oficial indica que el Estado necesitaofrecer para que los Estados puedan conseguir prestado dinero de los bancos), de un 4%,6%, o incluso 13%. Imagínese el chollo que significa que reciban dinero a menos del 1% ycon ello compren bonos que les generan una cantidad de dinero muchas veces mayor quela que pidieron prestada del BCE. ¿Se da cuenta? Y, sepa usted, que los banqueros enEspaña están entre los mejor pagados de la Unión Europea. Y los bancos más importantesde España han estado entre las empresas con mayores beneficios. Si después de leertodo esto no se ha indignado, es que no me he explicado bien.Pero si me ha entendido bien, entonces prepárese para incrementar su nivel deindignación, pues todo esto es totalmente innecesario. Todo este enorme sufrimiento,incluido el elevado desempleo, es totalmente evitable. Es, repito, innecesario y dañino yexiste única y exclusivamente para el beneficio primordialmente de la banca. La solución aesta situación es extremadamente fácil. El BCE debería prestar el mismo dinero, no a labanca privada, sino a los Estados, y dejar que estos lo ofreciesen a usted, a mí y a laspequeñas y medianas empresas, al mismo tipo de interés que el Estado lo recibe del BCE.Mire que fácil.Y usted preguntará ¿Y por qué no se hace así? Pues porque la banca tiene un enormepoder sobre el BCE, sobre las instituciones que gobiernan la Eurozona, sobre el gobiernoespañol y, no lo olvide, sobre los medios de información y persuasión. Y un ejemplo de elloes que este artículo que ha estado leyendo no se publicará en ninguno de los cincorotativos más importantes del país. De ahí que le sugiera que lo distribuya ampliamenteentre amigos y familiares, porque la escasísima democracia que tenemos tiene quecambiarse y ello empezará por tener una ciudadanía informada, que es lo que no tenemos.Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, yProfesor de Public Policy. The Johns Hopkins University
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