Però d’açò no us vull parlar ara. Ara us vull deixar uns textos que vaig llegir ahir a la premsa escrita. Aquests textos resumeixen molt bé els temes de l’actualitat política.
El primer és Qué suete tiene, de Senén Olano (Lugo): al voltant de l’actitud de la jerarquia catòlica respecte al govern (i sobretot a la gran part de contribuents que cada any hem de declarar-nos a Hisenda).
El tercer és Crisis y funcionarios de Jesús VEigas Rodríguez (Badalona, Barcelona): no tots som polítics i funcionaris…
I finalment, un de Pedro López, del Grup d’Estudis d’Actualitat. Aquest us el penge ací davall.
LA CARCASA (LEVANTE-EMV)
PEDRO LÓPEZ
No me voy a referir a los fuegos de artificio, aunque algo tiene de fatuo, brillo y ruido. La conversación giraba alrededor de las inmensas posibilidades pedagógicas que tiene utilizar adecuadamente las nuevas tecnologías. Mi amigo, docente e ingeniero, es un experto. Con el entusiasmo que le caracteriza, me explicaba los cursos que imparte a otros docentes para ayudarles a aprender el uso de los blogs, y lo fácil que resulta impulsar los trabajos en equipo, el seguimiento del alumno, la planificación escolar, los deberes fuera de clase -desde el propio hogar-, la organización del tiempo libre en vacaciones de los alumnos -bien porque han suspendido o porque requieren otras actuaciones- , etc.; y todo desde la red. De hecho, tiene una página a la que se puede acceder en esta dirección: http://blogseducativoscep.blogspot.com. La verdad es que se expansionó. Al cabo de un rato, le formulé una pregunta: ¿cómo es posible que con tantos medios los resultados sean tan pírricos? ¿Por qué tenemos una de las tasas más altas en Europa de fracaso escolar, incluso maquillándolas? Es verdad que los recursos educativos en España -4,54 % del PIB- aún no llegan al que dedican otros países de nuestro entorno, pero aún así, son ingentes. ¿Qué ocurre entonces? ¿Qué nos está pasando? Se quedó pensativo. Al instante aproveché para mostrar un sano escepticismo. Quizá nos estemos quedando en la cáscara, pero sin la nuez; en la carcasa que arroja un brillo, cosa de un instante. Hemos olvidado lo principal, el núcleo duro del sistema, la cpu de la educación, que no es otra que llegar adentro y sembrar, no cansarse de sembrar.
Vivimos tiempos revueltos, de agotamiento. La pluralidad educativa, entendida como un envío masivo de mensajes contradictorios por parte de los docentes y de la sociedad, no hace más que crear confusión. Lo niños/as no saben el porqué ni el para qué, y todo se convierte en un mejunje en sus jóvenes e informes mentes. No pocas veces se guardan las apariencias, formalismos, procedimientos y protocolos. Y el problema sigue ahí, sin resolverse. Entre todos la mataron y ella sola se murió. La situación es tal que el docente se encuentra impotente. Es verdad que el sistema educativo no es el más adecuado. Los resultados están siendo malos y lo que es peor, en el futuro, serán perversos para muchos que, a su debido tiempo, no han sabido, o querido, o no han sido estimulados a realizar el trabajo de siembra; o todo junto, lo que es un cóctel explosivo. Y algo hay que hacer. Aquí sí que tenemos margen de maniobra, porque no es una cosa de recursos materiales, sino de recursos humanos.
Tengo muchas personas amigas en el mundo de la educación que manifiestan su disposición a no cansarse. Auténticos héroes. De ellos aprendo a no dejarme vencer por la impotencia. Que cada año sea más frecuente que algunos padres os digan «edúquemelo/a porque yo ya no puedo» es un reto. No podemos olvidar que todos debemos mucho a muchos. Ciertamente, la labor educativa no sólo recae en los profesionales de la educación, si no y, en primer lugar, en los padres. Y también constituye una dificultad añadida la dejación de funciones que, a veces, los propios progenitores hacen en temas tan serios como es la escolarización, la educación del carácter, el uso abusivo por parte de los adolescentes de los medios de comunicación, la falta de confianza en los docentes de sus hijos, etc. Pero no hay que olvidar que si uno no forma parte de la solución es que es parte del problema. Y a la hora de la verdad, hay que arrimar el hombro, sin pensar en que otros puedan escaquearse de sus obligaciones. Es mucho lo que está en juego.
La tentación es disolverse en el sistema, dejar de pensar en las personas, y resignarse a un ir tirando porque cumplo con mi horario. El desánimo es quizá el peor escenario de todos los posibles en la educación, porque supone dejar solos a los adolescentes en un momento crítico. La labor educativa no sólo es altruista: es mucho más. Es un darse sin pensar en correspondencia alguna. Si alguien no lo siente así, es mejor que se dedique a otra cosa. No hay que olvidar que la realidad hace superflua la apariencia. Como bien dice Alejandro Llano: «en la sociedad como espectáculo lo que se valora es el brillo?, pero lo importante es el resplandor. Si estamos maleducando a toda una generación, desde el punto de vista cívico, es porque les enseñamos a que valoren el brillo y no a que aprecien el resplandor». La carcasa es cosa de un instante. La educación para toda la vida.
* Grupo de Estudios de Actualidad
PD: S’han trobat ja les primeres proves dels “trajes” de Camps a Milano. Ací teniu la fotografia.
