El pueblo, en su inconmensurable sabiduría, sigue comportándose de una manera inteligente.
Por eso mismo apoya:
A quienes aprueban el retraso en la edad de jubilación.
A quienes aprueban reformas laborales.
A quienes mantienen a las viudas con la mitad de la pensión.
A quienes privatizan servicios públicos.
A quienes privatizan la sanidad.
A quienes privatizan la educación.
A quienes aprueban salarios mínimos.
A quienes no ponen tope a los salarios máximos.
A quienes nos quitan el trabajo.
A quienes nos quitan el salario.
A quienes nos quitan la vivienda.
A quienes recortan en la discapacidad.
A quienes enchufan a los suyos.
A quienes aprueban convenios vergonzosos y discriminatorios.
A quienes llaman apropiación indebida al robo.
A quienes hablan de austeridad cobrando miles de euros al mes.
A quienes firman E.R.E. cobrando por ello.
A quienes denuncian la reforma laboral y la aplican a sus trabajadores.
A quienes se quedan con el dinero de los cursos de formación.
A quienes indultan a sus amigos condenados.
…está claro que hace falta una revolución en los planes de educación que potencie el espíritu crítico de los ciudadanos.