Secundària Memòria

No em demaneu perquè, però és així. Em passa de tant en tant, que em sento enyoradís d’una ciutat que s’enfila pels turons que l’envolten, com si vulgués deixar enrere un riu amb complex de mar, com si vulgués mantenir-se tancada en ella mateixa, oberta als vents, però, des del Castell de Sao Jorge.
Aquestes coses em passen de vegades, deu ser cosa de l’edat i dels neguits que m’han portat a reprendre la lectura del Llibre del desassossec, de Fernando Pessoa. Fa uns dies el llegia, baixant en tren a Barcelona i, m’imagino que vaig emetre un sospir exagerat, induit per la lectura, perquè la cara d’interrogant de la senyora que estava asseguda al davant meu als catalans va ser descomunal.
Aquestes passejades lisboetes de Pessoa, em fan tornar a recórrer algunes places, cantonades, els carrers del Chiado o d’Alfama… Rossio… Suposo que la saudade s’encomana.

Ara mateix m’agradaria ser a Lisboa i entrar en un d’aquells locals on els turistes no són gaire ben vistos, a escoltar com s’alternen en el fado homes i dones que eleven els seu lament a la categoria d’art, un art melangiós, que encomana tristesa, aquesta tristesa que avui, d’alguna manera, m’ha tornat a fer enyorar Lisboa.

Divendres tornaré a compartir amb els companys i companyes de Relats en Català la paradeta de la Rambla Catalunya, davant del Col·legi d’advocats. Els que hem tingut la sort d’acabar veient en paper part de la nostra obra hi portarem els llibres editats, però també coincidirem amb altres persones que o bé per decisió pròpia o bé perquè no han trobat una manera fiable (o assequible) de publicar, limiten pel moment la seva obra a l’àmbit internàutic.
Serà, com ho ha estat aquests darrers anys, un moment (uns moments) emotius, perquè ens veiem les cares gent que moltes vegades només ens coneixem a través dels comentaris als blocs, al facebook, o al propi web de relatsencatalà.
Estic segur que si no fos per ReC algun dels llibres que tinc publicats no hauria vist mai la llum. No es tant pels comentaris (normalment exageradament elogiosos) que la gent hi fa, sinó pel fet que permet “visualitzar com queda allò que un escriu”. He de reconèixer que durant una temporada hi vaig estar força enganxat i que ara, tot i que miro encara de penjar-hi de tant en tant alguna coseta, qüestions laborals i personals me n’han allunyat una mica.
Ser present a la paradeta em reconcilia, d’alguna manera, amb un entorn que, sincerament, penso que ha fet molt perquè la gent que té coses a dir i ho vol dir en català tingui un lloc on fer-ho i, sobre tot, on compartir-ho.

Davant la campanya dels qui ens volen fer creure que defensar el jutge “estrella” que es pensa que les seves arbitrarietats poden arribar a semblar-se (en què!) a la lluita antimàfia de l’assassinat Giovanni Falcone, és el mateix que defensar la democràcia (quina democràcia?, diria jo), copio i m’adhereixo al manifest que rebutja que s’equipari aquest personatge amb la lluita i la defensa dels Drets Humans.
Demano als que estan emplenant bústies de correu fent córrer una defensa aferrissada del “maltractat jutge” crec que tramesa originàriament per una ONG que fins ara gaudia de credibilitat, que abans de reenviar el correu que els facin arribar s’ho pensin dues vegades i meditin a qui pensen que estan defensant.

La paradoja de Garzón

Los abajo firmantes nos vemos en la obligación de hacer ciertas precisiones ante las iniciativas llevadas a cabo por asociaciones de derechos humanos e intelectuales de diversos ámbitos geográficos para respaldar al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, imputado por delitos de!prevaricación por los procesos que instruye por desaparición de personas durante la guerra civil y el  franquismo.
Antes que nada, tenemos que reconocer que nos encontramos en un terreno terriblemente resbaladizo. Terreno en el que se vierten denuncias contra sus acusadores que también se podrían achacar al ahora acusado, y solidaridades y palabras de apoyo para con éste que, desde nuestro humilde punto de vista, deberían ser matizadas.
En efecto,  hemos alzado la voz de forma rotunda contra la intromisión de los tribunales de justicia para bloquear iniciativas que tienen un evidente cariz político, la defunción de debates públicos vivos y necesarios por la acción de los estrados. En este caso concreto, la iniciativa en favor de las víctimas del alzamiento fascista, no la circunscribimos al impulso del juez Garzón, sino que
consideramos que responde a la acción anónima, decidida y consecuente de cientos de asociaciones e individuales que han luchado!denodadamente por el conocimiento y reconocimiento de la verdad y la justicia. Es a ellos a quien se corta el camino ante los tribunales de justicia.
Por otra parte, no podemos sino remarcar que el!reproche a la intervención inaceptable de la Justicia en el libre debate político es imputable también al propio Sr Garzón. Paradójicamente, es ahora víctima de una politización de la justicia que él magistralmente diseñó e impulsó. Su apelación a la ambigüedad de las acusaciones que ahora se vierten contra él, la “patente desviación de los hechos objeto de esta causa” que denuncia en su recurso o la instrucción
“sesgada” de que se considera víctima, “que sólo cabe explicarse desde una idea preconcebida de este asunto, que le impide analizar con objetividad los hechos que contempla” no es sino su propia medicina, esa que se ve obligado a proba él mismo. Y que ahora denuncia por amarga. Pero es que además, se regala solidaridad a Garzón por parte de varias organizaciones, con el apelativo de“defensor de derechos humanos” sin repasar, su currículum al respecto.
No es vano recordar que realiza su actividad jurisdiccional desde la herencia más envenenada recibida de la Justicia franquista, la Audiencia Nacional, sustituta del TOP  “Tribunal de Orden Público”. Más aún, sabiendo perfectamente que las jurisdicciones especiales son la esencia de los regímenes totalitarios. La naturaleza arbitraria de este tribunal fue oportunamente señalada por
el propio Relator para los Derechos Humanos en la Lucha Antiterrorista, Martin Scheinin. No  es  baladí apuntar que en su actuación ha impulsado casos contra medios de comunicación, asociaciones populares, partidos políticos e!incluso defensores de derechos humanos, que se deben calificar  como  una agresión  directa a la libertad de expresión y al derecho de libre asociación pacífica. El propio Comité de Derechos Humanos hizo recientemente patente su preocupación al respecto.
No es gratuito traer a estas!
 líneas que Garzón, en su actividad diaria al frente del Juzgado especial que dirige, da orden de detener a personas acusadas de terrorismo bajo el régimen de incomunicación, verdadero espacio de impunidad en el que se producen brutales torturas.  Organismos como el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa –CPT”, el Comité contra la Tortura –CAT” o diferentes Relatores Contra la Tortura del sistema de Naciones Unidas han reclamado reiteradamente la abolición de esta modalidad de detención, cuya aplicación lleva la rúbrica de este magistrado. No es trivial recordar que el juez, ahora elevado a la condición de defensor de derechos humanos por varias asociaciones, se ha mostrado impasible ante las denuncias de tortura que le narraban detenidos bajo su responsabilidad. Entre otros, el ciudadano vasco Josu Arkauz, cuyo testimonio de tortura fue considerado por el CPT “detallado y coherente”y que reprochaba al Juzgado nº 5 que no adoptó medidas “repetidamente recomendadas por el CPT” para evitarlas.
Esta es la línea argumental seguida también en el caso de los detenidos en Catalunya en la llamada «Operación Garzón» durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, caso ante el  que  el Tribunal Europeo de Derechos Humanos!sentenciaba el 2 de noviembre de 2004 que las investigaciones de tortura no  habían sido «lo suficientemente profundas y efectivas para cumplir con las exigencias de los tratados internacionales».
Conocemos, pues, la actitud de Garzón en el ámbito internacional, así como la conocemos en el doméstico. Sabemos de su interés por aparecer como el juez progresista, para poder así llevar a cabo una actitud!represiva sin parangón, desde los despachos del tribunal excepcional de la Audiencia Nacional. Hemos visto de primera mano su pasividad con la tortura en sus quehaceres diarios, así como hemos podido constatar que su actividad en el ámbito internacional en el
ámbito de los derechos humanos no es más que un ligero barniz, sin que sus acciones en ningún caso hayan pasado de ser testimoniales.
Verificamos, por fin, los excesos de su tribunal, que denunciamos de la misma manera que denunciamos los excesos que otros tribunales comenten ahora con el juez Garzón. La admisión a trámite de la presente querella por  querer investigar los crímenes contra la humanidad cometidos durante el periodo franquista, es atentatoria contra la declaración de imprescriptibilidad de  los
delitos de lesa humanidad por el Comité de Derechos !umanos de la ONU y contra el sentido común.
Desde esa legitimidad, no podemos sino oponernos a la designación de este
juez como defensor de derechos humanos, cuando su actuación ha sido, mientras le  era favorable a sus intereses, idéntica a la que ahora denuncia.

10 abril de 2010

Jorge del Cura (Centro de Documentación contra la Tortura), Ramon Lôpez-Suevos Fernándes, Fernando Blanco Arce, Ana Lorenzo Conde y Elvira Souto (Esculca” Observatório para a Defensa dos Direitos e Liberdades), Ramon Piqué y Maria Ferrer (Associació Memòria Contra la Tortura), Eva Pous (Alerta!Solidària), Montserrat Munté (Acció dels Cristians per l’Abolició!
de la Tortura), Maite de Miguel y Eduardo Rivero (Independientes), Ane Ituiño y Lorea Bilbao (TAT”Torturaren Aurkako Taldea), Julen Arzuaga, Iratxe Urizar y Edurne Iriondo (Euskal Herriko Giza Eskubideen Behatokia), Andoni! Hernández (Eskubideak Euskal Abokatuen Elkartea), José Ramón Pérez (Salhaketa–Araba), Carlos Hernández (Salhaketa –Bizkaia), Iñaki Rivera Beiras (Universitat de
Barcelona), Gemma Ubasart i Gonzàlez (Universitat Autònoma de Barcelona UAB), Ermengol Gassiot! (arqueòleg forense, Universitat Autònoma de Barcelona), Amalia  Alejandre (abogada, Madrid), José Manuel Hernández (abogado, CAES), Luis  Ocaña Escolar y Emma Valiente (Grupo 17 de Marzo, Sociedad Andaluza de juristas para la defensa de los Derechos Humanos), Josep
Maria Pi (CGT Catalunya).

Sembla que poc a poc tots anem assumint (bé, no tots, però crec que no m’equivoco si parlo en general) la bondat de l’Ull-que-tot-ho-vigila. Les càmeres a les grans superfícies, a la feina, al carrer tenen la finalitat, ens diuen de protegir-nos davant els intrusos i gràcies a elles, la gendarmeria francesa va identificar cinc sospitosos de ser terroristes. Que després resulti que només eren uns catalanets alts i fornits (cosa que els devia fer més sospitosos a l’ull del Gran Germà) és un dany colateral imprevisible.
Si no haguessin estat identificats per ells mateixos i pels seus familiars i la gent de bona fe els hagués denunciat en identificar-los, el més probable és que haguessin anat a parar a una comisaria francesa on segurament algú els hagués fet unes carícies de recordatori de la mort del gendarme abans que se’n desfés l’embolic, cosa que potser hauria trigat uns dies a succeir.

Algú els rescabalarà de l’ensurt i del fet d’haver aparegut a totes les televisions d’Europa com a pressumptes teroristes?

I tornem a preguntar-nos: Qui coi vigila el vigilant?

Dimarts passat vaig rebre, a la seu d’Omnium Cultural a Barcelona el IV Premi de poesia Josep Maria Benet i Caparà. He dubtat molt i fins aquest moment no m’he decidit a donar-li una certa “publicitat” a la qüestió. No us en sabria dir ben bé el motiu, suposo que en el fons sempre que escric una entrada una mica auto-referencial m’acabo sentint, d’alguna forma, malament. Finalment m’hi he decidit i aprofitaré per fer una mica d’autobombo del llibre que començarà a ser distribuit (cosa que en poesia no assegura en absolut que estigui present als prestatges) la setmana vinent.
El llibre té el títol de “EL DILEMA DE FAUST“. En l’acte d’entrega del premi vaig tenir l’oportunitat d’intentar explicar el sentit d’aquest Faust i d’aquest dilema en que viu immers. Un dilema no és només la necessitat de triar entre el bo i el dolent, entre el bé i el mal. El dilema, la resolució del dilema, en ètica, és triar entre dues possibilitats igual d’acceptables o igual d’inaccceptables, sent conscients que aquesta tria impedirà que aconseguim les coses bones de l’opció no elegida i ens obligarà a assumir les dolentes de la triada.
El meu Faust ha de triar entre assumir que és a punt d’entrar en una etapa de la vida que ja no dóna per gaire més,  quedar-se assegut al banc d’una plaça de poble, fent un cafè, veient passar els infants, les noies, la vida en definitiva; o bé pactar per obtenir la joventut eterna i una vida no només  abocada a l’hedonisme i el plaer (model faustià clàssic), sinó una vida en la què tot allò pel que va lluitar de jove i que ara és impossible (perquè no tot el que ens va quedar per fer haurà de ser possible) s’acabi fent realitat.
En base a què caldria descartar una de les opcions? Faust no ho fa, Faust no descarta res, només exposa els seus dubtes, els seus neguits i deixa a l’hipotètic lector la possibilitat de fer ell mateix la seva tria personal. Els dos extrems, junt amb l’esmentada impossibilitat de concretar la màxima martipoliana, en els que es mou el dilema al que s’enfronta són dos elements poètics de primer ordre: d’una banda aquest Faust té molt present allò que ens diu Leonard Cohen quan afirma “he vist el futur: és un crim” i de l’altre no deixa de certificar que la nostra tardor, la seva tardor ja duu l’hivern dins seu.
“El dilema de Faust” serà el meu sisè llibre “en paper”, un fet que, si m’ho haguessin dit quan fa tot just tres anys vaig publicar Els murs de l’odi, hauria considerat poc menys que impossible.

Per cert, la portada, és d’Olga Xirinacs per a qui només tinc paraules d’agraïment, i que ens va oferir, en l’acte que també incloïa l’entrega del premi de narrativa que duu el seu nom, unes quantes i valuoses reflexions sobre el paper dels blocs en la difusió de la poesia, tant per bé com per mal.

Ja sé que a hores d’ara deu ser una mica pesat que algú parli de la neu o de la nevada. Però si no ho explico, explotaré.
Aquesta tarda m’he passat cinc horetes (des de les 14:30 fins les 19:35) per fer el recorregut de Manlleu a Rubí. Suposo que és normal que et passi això quan surts nevant d’un lloc i vas recorrent una carretera en la que no deixa de nevar, almenys al llarg d’una cinquantena llarga de quilòmetres.
El que no trobo normal és que, mentre estàs aturat durant una hora a Tona, i trigues dues hores entre LLiçà i Granollers, vagis escoltant Catalunya Informació i en cap moment ningú no esmenti entre els “múltiples problemes a les carreteres” que a la C-17 hi havia, en ambdós sentits de la marxa centenars de cotxes que no sabien si podrien arribar avui mateix al seu destí.
Una de les lleis de Murphy diu (i si no ho fa, hauria de dir-ho): quan estàs en una retenció de trànsit l’única carretera que no la ràdio no esmenta és la teva. Una veritat com una casa de pagès.
Al TN vespre, de totes maneres, suposo que com a homenatge als invisibles de la tarda, sí que han parlat que ara (que ja no hi som) hi havia una quinzena de quilòmetres d’aturada perquè havien tallat la carretera. Amb tot he de reconèixer que prefereixo passar inadvertit i arribar a casa que ser “famós” i dormir a la carretera o, en el millor dels casos, en algun del poliesportius que (esperem que tinguin calefacció!) alguns ajuntaments han hagut d’habilitar perquè la gent hi pugui passar la nit.
I no hi poso cap foto, que ja n’he vist prou de neu, avui.

Aquest matí he tingut una conversa professional relacionada amb la definició d’emigració, que m’agradaria resumir per deixar, per a qui ho vulgui elements de discussió.
Parlàvem dels treballadors i treballadores immigrants en el món de la sanitat i de l’atenció a la dependència. I se’ns han generat algunes qüestions que són més difícils de respondre del que pot semblar a primera vista.
La primera és: què defineix el fet de ser immigrant (o emigrant, que això depèn del lloc des d’on es miri?). He de considerar immigrant els que “venen de fora” o també aquells que són fills dels que venen de fora? En tot cas, què vol dir per a mi “fora”?
Enllaçada amb l’anterior: una persona que ha nascut “fora” però s’ha escolaritzat al nostre país, ha fet estudis, primaris o fins i tot secundaris, té un determinat nivell cultural (o no) i treballa per compte propi o d’altri, pagant els seus impostos tan religiosament com tots (o com la majoria), segueix sent un/a emigrant?
En quin moment “l’emigrant” deixa de ser-ho? O ho és sempre? Quan deixaré de considerar “magrebina” una noia de pares marroquins, que va nèixer a Vic o a Manresa fa vint anys i treballa d’auxiliar de clínica en un hospital?
Per què el terme només s’aplica als que venen bàsicament del sud o, com a molt, de països “pobres” (de fet, més pobres que el nostre, per regla general)? Per què la consideració es limita a determinades professions? No hi ha emigrants metges o infermeres, hi ha metges i infermeres estrangers; però en canvi, les cuidadores de les residències poden ser immigrants; un suec que ha vingut a Barcelona, tingui o no feina, o un anglès posem per cas, mai no serà un immigrant, sinó que ens hi referim com a estranger o, en el pitjor dels casos “expatriat”.
El llenguatge té trampes, però la realitat és que les parem nosaltres mateixos amb els nombrosos condicionaments culturals, ideològics i “defensius” davant de l’altre, que fan que ens en servim per marcar distàncies i delimitar territoris que ens facin sentir més còmodes i segurs al nostre propi “hortet”.
Quan alguns defensen allò de “els de casa, primer“, diuen el que diuen o expressen allò tan carregat d’ardor guerrero de “al enemigo ni agua“?

Nota: possiblement no hauria escrit aquesta entrada, sense haver passat abans per aquesta nota de l’Olga Xirinacs.

Com encara no m’ha passat l’emprenyada que vaig agafar amb les decisions ultraliberals del senyor ZP i el seu govern que sembla entestat a prendre mesures dignes del PP, crec que val la pena que la gent sàpiga que hi ha mesures alternatives al retard de l’edat de jubilació que facilitarien que el suposat cataclisme que preveuen (o ens volen fer creure) determinats sectors del poder econòmic, no es produeixi.
Val a dir, d’entrada, que alguns dels arguments que ens donen no superarien un examen d’un curs bàsic de conceptes epidemiològics, com ara la interpretació que es fa de l’esperança de vida, un dels arguments que s’utilitza per justificar aquesta decisió. Per a qui no ho sàpiga, l’esperança de vida d’un país és la mitjana del té la gent que hi viu, i això no implica forçosament que ara la gent visqui 4 anys més que fa vint-i-cinc anys, sinó que, com ha disminuit la natalitat, en relació a fa 25 anys, la població que ajuda a fer el promig té una edat més elevada (molts pocs de pocs anys i molts més de més anys, fan pujar la mitjana). Una mentida estadística amplificada per la ignorància dels mitjans de comunicació.
Deixo anar unes poques idees de com es podria assegurar els ingressos. Alguna podria semblar sorprenent, però hi ha autors que les defensen.
La primera, evidentment, donar suport a mesures que permetin la creació d’ocupació. Com més gent treballi, més gent cotitza i més diners queden per a pensions.  Oblidant d’una vegada el totxo, és clar!
En segon lloc, anar a la caça i captura dels empresaris (i no empresaris) que “contracten en negre”. La llei és per a tots, però alguns se la salten gairebé com si fos un esport (i no precisament de risc).
Una altra, combatre seriosament el frau fiscal.
Millorar en la mesura del possible les condicions de vida dels col·lectius més discriminats. En l’augment de l’esperança de vida, apart de la reduccioó de natalitat de què he parlat, hi ha influit molt la higiene i les condicions de vida, molt més que no pas les millores en el sistema sanitari. Els pobres (que aquí representen més del 20% de la població) emmalalteixen més que els que no ho són (em resisteixo a comparar-ho només amb els “rics”), de manera que el seu “consum” de recursos sanitaris també és major. Millorar les condicions de vida del global de la població repercuteix en una millora de la seva capacitat de treball i per tant, menys despesa i més recursos per a més endavant. I quan parlem de pobres no ens estem referint només a la gent sense feina, sinó que dins d’aquest grup de població hi ha molts treballadors amb sous baixos, de sis-cents o set-cents euros i les seves famílies.
I l’últim: millorar els sous de manera considerable. Com més cobri, més cotitzo i en conseqüència més “inverteixo” per a la meva pensió i les dels altres.

Jo no invento res. Totes aquestes coses les expliquen en cursos d’introducció a l’economia de la salut, en màsters sobre envelliment, i m’imagino que en molts altres llocs. En els darrers trenta anys (els que jo tinc present que m’hagi interessat per temes d’aquest tipus) hem vingut sentint periòdicament que el sistema de pensions faria fallida dins de cinc, deu o quinze anys. Crec que als anys 80 ja es deia que no arribaríem al 2000, i al 2000 parlaven del 2015…

Aquesta setmana, el Govern espanyol ens ha “sorprès” amb una proposta d’allargar la vida laboral de les persones i augmentar els anys de cotització necessaris per accedir a la plena retribució de la jubilació.

Quan vaig sentir la notícia vaig agafar una emprenyada que encara no m’he tret de sobre. Per molts motius, bàsicament perquè considero que, vist el que diu la Bíblia, el treball o el fet de treballar, no és un estat natural de la persona humana, sinó que és un càstig diví, conseqüència d’un pecat que jo no vaig cometre (i que a més a més no era pecat) i del que per tant no me’n sento responsable. I no em sembla a mí que consideracions relatives a la seguretat social espanyola puguin allargar la durada d’una penitència que el Sr. Bismarck ja fa anys va tenir a bé retallar amb gran indulgència (va establir l’edat de jubilació als 65 anys, si no vaig equivocat, quan l’esperança de vida de la població alemanya no arribava als 50, però per alguna cosa s’havia de començar).
Per altra banda, la mesura ve a fer que els que ja començavem a ensumar la possibilitat que d’aquí a pocs anys ens vinguessin a proposar una jubilació anticipada caiguem en el més profund dels desànims. El meu rendiment laboral, segurament, caurà en picat, m’hauré d’agafar una baixa per depressió, i això encara incrementarà més la despesa de la SS. I no seré l’únic.
I, per parlar una mica més seriosament, si el que es vol és assegurar les pensions, una de les peces angulars de l’estat del benestar, el que s’ha de fer no són mesures curt-terministes. Augmentar dos anys l’edat de jubilació no porta a res, perquè estem actuant sobre una porció de la població laboral molt delimitada. El que haurien de fer és facilitar la incorporació de la gent jove, amb molts anys per davant, al mercat laboral. I això vol dir no posar trabes a la immigració, i que quan aquesta gent  sigui aquí, els empresaris cotitzin el que han de cotitzar, els assegurin, i puguin desenvolupar la seva vida en condicions i sense ser més explotats que allò que “per se” ja implica viure en un món i un país capitalista, és a dir, com tots.
La hipocresia, el curt-terminisme, la curtetat de mires porta a creure i voler fer creure que salvarem el sistema de pensions cotitzant una miqueta més durant un parell d’anys. Sort que encara no se’ls ha ocorregut que si quan la gent arriba a 65 anys passa un autobús i els atropella, no hauran de pagar res de jubilació… Ooops! Quina por, potser els he donat una idea.

El gran problema és que ens acabarà implicant a tots. Hereu se sembla cada dia més al seu clon del Polònia. L’absurditat, la fugida endavant continuada com a leit-motiv de tota acció política, m’atreviria a dir com a modus vivendi.
El país no té més problemes que preparar una poca-soltada com és una nova Olimpiada encara que sigui d’hivern?
Encara que sóc barceloní, no visc a Barcelona, però indubtablement si la broma tira endavant (no ja a nivell d’elecció de la “ciutat” seu de l’event, sinó simplement com a projecte) ho acabarem patint tots, els de la ciutat i la resta de catalans.

Des d’aquest moment manifesto la meva adhesió a qualsevol iniciativa contrària a la proposta.

Sisplau, algú podria assegurar-se que el senyor Hereu es prengui la medicació als matins?

Vic en concret i Osona en general passen per ser la ciutat i la comarca models d’integració. Però l’ombra de pesonatges com Anglada és llarga i profunda. Amb una intencionalitat que s’acosta més a la ideologia de la denostada PxC que no pas a les que se li han de pressuposar als partits que conformen el govern municipal, es despengen amb una normativa d’empadronament que sembla extreta dels manuals de Berlusconi, i que justifiquen amb un cinisme que esgarrifa.
No seré jo qui recordi que a tot l’Estat la sanitat és un dret universal. I que l’accès al mateix passa per l’empadronament de la població, més enllà de la legalitat de la seva presència al país. Negar l’empadronament (que al final és que estan buscant) és negar aquest i altres drets.
Sincerament, podia esperar-m’ho de partits com PxC i, fins i tot, d’UDC., el partit de l’alcalde. Però crec que algú hauria de recordar als representants vigatans dels altres dos partits, suposadament d’esquerres, que hi ha al govern municipal quin figura que és l’ideari dels mateixos en temes no només d’immigració sinó, sobre tot, de drets socials de la població.

En algun altre lloc que em fa mandra buscar d’aquest mateix bloc, i en l’encapçalament del meu perfil al facebook he anotat una frase del llibre Novel·la familiar, de John Lanchester, que ve a dir que, en realitat, poques vegades prenem decisions sino que fem el que la vida ens porta a fer i és després, quan “mirem enrere”, que ens adonem que hauriem pogut fer altres coses, de manera que arribem a la conclusió que hem fet el que hem fet perquè hem pres una decisió basada en l’existència d’altrernatives sobre les que hem triat lliurement. La frase no és així exactament i a més ara l’he arrodonida una mica per a donar-li encara més sentit.
Hi he pensat molt aquests dies, uns dies en que qüestions bàsicament laborals han dificultat el meu accés a la xarxa i per tant m’han obligat a “prendre la decisió”, diguem que involuntària, d’allunyar-me d’un mitjà que em vincula a altres maneres d’entendre el món, les coses, la vida. No ha estat una decisió “voluntària”, sinó com diu d’alguna manera Lanchester, l’únic resultat possible del camí per on em porta la vida aquests dies. I si ara ho escric aquí és precisament per evitar que la racionalització a la que sometem els records de les coses tot just han passat em porti d’aquí a un temps no gaire llunyà a dir alguna cosa així com “vist com anaven les coses a la feina i donada la molta feina que tenia, vaig prendre la decisió d’allunyar-me per uns dies dels meus blocs i dels blocs amics ja que d’aquesta manera em podia dedicar amb més intensitat a allò que m’interessava”. Seria mentida. Ni vaig prendre cap decisió al respecte (encara que algú, jo mateix per exemple, podria dir que no prenent la decisió contrària ja n’estava prenent una, de decisió), ni la meva dedicació a temes relacionats amb la feina té a veure amb un suposat increment del meu interés per la mateixa.La feina és feina i prou, i com deia Rubianes “mira si es malo trabajar que te pagan por hacerlo…”