Els Papers de Santa Maria de Nassiu

EDUQUEU ELS XIQUETS I NO HAUREU DE CASTIGAR ELS HOMES (PITÀGORES)

6 de desembre de 2010
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Sant Maur (Maure)

Extret de Levante-EMV:
 

“Hoy se celebra la festividad del que fue protector del Cap i Casal y su reino hasta 1810. La figura de San Mauro fue venerada en Valencia y su Reino desde 1631 porque salvó de la sequía a la ciudad y sus dominios hasta en cuatro ocasiones. En 1810 y por la negativa del Colegio del Patriarca de sacar al santo para evitar la guerra contra los franceses fue defenestrado por el comisionado de la ciudad y olvidado por los valencianos.

JOSÉ ANTONIO DOMÉNECH 

VALENCIA 


La Real Capilla de Corpus Christie de Valencia celebra hoy la fiesta del patrón de su Colegio Seminario, San Mauro, el “invictísimo mártir romano”, como gustaba llamarle a su fundador, San Juan de Ribera. Pero también es patrón de Valencia, “abogado del aygua de la pluja en lo temp de necessitat”, como acredita el Manual del Consell de 1631 que se guarda en el Archivo Municipal. La razón de su nombramiento se encuentra en dicho colegio y la intención del Patriarca y el Arzobispo es usarlo para la formación de los estudiantes al sacerdocio. 

Según cuenta la tradición, el Arzobispo quería dar a los estudiantes un patrón, modelo en fortaleza de fe cristiana, y pidió a Clemente VIII el cuerpo entero de uno de los mártires sepultados en las catacumbas romanas para venerarlo en su capilla. El Papa, que deseaba complacer al que consideraba mejor prelado de su tiempo, encargó al jesuita P. Fanzusio su búsqueda, eligiendo éste en la de San Calixto una tumba con la grabación “Mauro in pace”. 

Mauro fue un joven de 15 años, hermano de Janson, ambos hijos de Claudio, tribuno del emperador Numeriano (382 A. de C.) quien, informado de su conversión al cristianismo, ordenó que fueran decapitados. Mauro fue el último ante 70 soldados que, admirados por su entereza, se convirtieron y fueron también decapitados. Su cuerpo, donado por el pontífice, viajó a Valencia custodiado por el cardenal Niño de Guevara, dentro de una caja de plomo introducida en un arcón de madera. Realizó su viaje por mar, desde Roma a Cadaqués en Girona; y de aquí por tierra hasta Valencia, donde fue recibido en la puerta de los Serranos y llevado en procesión a la catedral, donde quedó hasta su traslado a la Iglesia del Patriarca que fue terminada en 1604.

Pero algo sucedió en el viaje que asombró a los Jurados de Valencia. Y es que, nada más pisar tierra valenciana el carro con San Mauro, empezó una suave lluvia que no cesó hasta guardar su cuerpo, después de permanecer ocho días sobre un altar de la catedral para veneración de los valencianos. 

Al comprobar que el campo quedó fecundado pese a la grave sequía que sufría, los Jurados siempre que el agua escaseaba pedían al Patriarca rogativas a San Mauro para que los socorriera con la milagrosa lluvia de su venida. Lo hizo en 1606 con un ceremonial que anotó en la consueta de su capilla y llovió. Como llovió en los años 1613, 1615, 1616 y 1627; de modo que, “reb los beneficis que son notoris”, el Consell le nombró patrón de la Ciudad y Reino el 7 de junio del 1631, celebrando siempre su fiesta sin dejar de acudir a la Iglesia del Patriarca a venerar sus restos.

Pero en 1810, amenazada Valencia de la invasión por el ejército francés en la guerra de la Independencia, el comisionado municipal, Joaquín Guerau, pidió al Colegio del Patriarca sacar a la calle el cuerpo de San Mauro en procesión de rogativa para evitarla. Su rector se negó alegando que San Juan de Ribera lo había prohibido, pero, como se hacía en las rogativas por la lluvia, tal procesión podía discurrir por el interior de la iglesia. El comisionado no aceptó la propuesta y se tomó a desaire esta respuesta . Desde entonces los Jurados dejaron de honrar a San Mauro en su fiesta por lo que el único patrón de Valencia quedó oficialmente olvidado. 

Sólo la capilla del Patriarca le sigue honrando con el más rico ceremonial. Y muchos particulares que conocen la sinrazón de la causa aún acuden a cantar sus “gozos” con este estribillo: “Que a Valencia hayáis venido. Dios ha guiado, su Vicario dado y un cardenal traído. Y pues nuestra ciudad honráis. Oh ciudadano excelente, que su paz y bien se aumente, os rogamos que pidáis”.”


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