Valencia street circuit.
I per si no en tenim prou amb el que diu Francesc de P. Burguera, mireu el que escrivia divendres a LEVANTE-EMV, M. PRIETO DOMINGO, SERÁ POCA SORPRESA.
M. PRIETO PEROMINGO.
Será poca sorpresa para el mundo de los negocios y cercanías lo que se
espera para la “vuelta del verano”, con la llegada del mes de
septiembre. Que se preparen bancos y cajas de ahorro con el Euríbor
según está y con un paro en crecimiento continuo. Nos llaman
derrotistas porque casi todos nosotros vemos que esto no está bien ni
menos bien. Con este previsible paro o desempleo amenazando seriamente
a la vuelta de cualquier semana en las estadísticas mensuales y con el
Euríbor acechante en máximos históricos, ¡a ver qué narices se puede
decir al lector con cierta dosis de optimismo barato, de ese que nos
quieren vender desde los aledaños del poder! Los jóvenes sobre todo ya
ni siquiera se plantean una posible negociación de ampliación de
hipotecas o una extensión de su sufrimiento económico, simplemente se
entregan las llaves y ¡sálvese quien pueda! Así de simple.
¿Qué
ha podido pasar? Que de la noche a la mañana, casi sin enterarse, los
bancos y cajas de ahorro se han tenido que convertir en accionistas de
algunas de las principales inmobiliarias del país o en propietarios
obligados de miles de pisos. Estamos casi seguros de que en muchos
despachos de consejeros delegados de bancos grandes y de algunos no tan
grandes y en especial de los de las cajas de ahorro hay, muertas de
risa, llaves de pisos, de apartamentos de la montaña o de la costa, de
“chalets” de la sierra en las cercanías de las grandes urbes, etc? ¿Por
qué? Porque, a la vista de las circunstancias, la gente normal ha
decidido no dejar de pagar ni siquiera un sólo mes. Se presenta en el
banco o en la caja de sus ahorros extinguidos y, como si de un juzgado
normal se tratara, con toda tranquilidad y parsimonia los deudores
entregan las llaves de lo que sea que deben.
Ha sucedido en los
últimos meses que, en el estructurado galimatías lingüístico
gubernamental, «la desaceleración se ha acelerado muy deprisa». Y ¡qué
le vamos a hacer! decimos. La economía española creció en el segundo
trimestre de este año sólo una décima. Casi seguro que por la caída en
el consumo y por la situación de la construcción. Estamos ahora en el
menor crecimiento de los últimos quince años. Y el empleo sólo avanzó
un 0´4 por ciento en un año, con unos 70.000 puestos de trabajo. Más
claridad imposible. No hay más cera que la que arde, agua y ajo,
resignación cristiana y senequismo andaluz; y el último que salga, si
tiene fuerzas, que apague bien la luz, no sea que venga después el
Ministro Sebastián con la rebaja, que es amigo del Presidente Zapatero;
y con estas cosas no se juega.
Estamos en la época gloriosa en que
gastamos más, pero resulta que tenemos menos; en que compramos mucho
más, pero disfrutamos mucho menos; en que tenemos casas y coches más
grandes pero las familias más pequeñas; tenemos más conocimientos, pero
mucho menos criterio; hemos multiplicado o ampliado nuestras
posesiones, pero hemos reducido nuestros valores humanos; hemos
avanzado enormemente en tecnología e inventos, pero tenemos
dificultades para cruzar una calle con tranquilidad o para tratar y
conocer a nuestros vecinos.
Lo único aceptable de esta
desaceleración económica tal vez sea que ha dejado que algunos nos
demos cuenta de los errores que estábamos viviendo en el país al
derrochar lo que ganábamos con esfuerzo para que otros ganaran
elecciones.
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Ja ho crec que Paco Burguera és un homenot desaprofitat per al nostre País-PAI.
Però sempre em pregunte una cosa… Un valencianista històric, fundador del PNPaísValencià….per què no escriu en valencià al País?