“Conviene no olvidarlo”, diu el senyor Pericay (o al tanto, que va de canto).
“(…) El drama del socialismo catalán es que, para gobernar, tiene que alimentar a la bestia. Y la bestia pide nación. Y derechos históricos. Y también dineros. Y seguirá pidiendo todo esto y lo que se tercie hasta que deje de existir. Algo parecido ocurrió en Europa durante los años treinta del pasado siglo con