Totxanes, totxos i maons

El Bloc de Joan Josep Isern

14 de maig de 2016
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“El poeta Halley”, de Santi Balmes (Love of Lesbian).

Ja fa temps que penso que la gent del grup Love of Lesbian  –que, malgrat el nom, resulta que són de Sant Vicenç dels Horts—  han arribat a un nivell molt alt d’excel·lència. Un nivell que, al meu parer, van assolir ara fa set anys, després de publicar gairebé mitja dotzena de discos, amb “1999 (o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando la luna)”, un disc senzillament extraordinari.

El 2012 van tornar a provar sort amb un disc doble titulat “La noche eterna / Los días no vividos” que no va superar l’ombra que havia deixat el disc anterior (tot i que em sembla que li dec una nova i atenta audició per jutjar-lo de manera definitiva) i ara acaben de treure “El poeta Halley”, un disc que no desmereix gens al costat del celebrat “1999”.

A part de tenir un directe molt potent, una de les línies de força dels Love of Lesbian és la part literària de les seves cançons. De la qual el responsable gairebé exclusiu és el cantant Santi Balmes, autor també de tres novel·les com podeu veure aquí.

A les lletres que escriu aquest home  –i de manera molt especial a “El poeta Halley”—  es demostra que Balmes sap fer equilibris damunt la fina línia que separa el joc de paraules afortunat de la metàfora patatera i que la majoria de les vegades se’n surt airosament.

Perquè gaudiu amb la música del grup i, alhora, amb la història que s’explica a “El poeta Halley” us poso aquí sota un You Tube amb l’última cançó del disc, la que dóna títol a tota l’obra i immediatament a sota  –tot i que la projecció el mostra també en subtítols–  trobareu el text de la primera part. La que canta Santi Balmes i que dura aproximadament uns cinc minuts:

 

 

EL POETA HALLEY

Me atraparás al vuelo y nunca en la pared y si me dejas aire en tus líneas dormiré palabras de una musa de baja maternal. Puede que al fin me conozca muy bien, si fueran puntos grises mis rarezas, cada tara que creé, de seguirlos con un lápiz al final verías mi cara en el papel.

Por eso estoy por aquí otra vez rebuscando en mi almacén esa palabra, cónsul de mi timidez. Ojalá encuentre la forma, más me vale, tengo un tema que acabar.

¿Si no aparece nunca? ¿O entiendo que no di con la palabra justa? Y cuando al fin la encuentro llega aquel mar de dudas, si cuando me decido tú me detienes siempre. Me aprietas justo aquí y dices “no”, mi leal traidora inspiración, cuando apareces menos soy… y soy yo.

Te quedarás dormida, menuda novedad, es peor mi “geniocidio” cuando no te dejo hablar. En la autopista de la vida si te saltas la salida hay que esperar. Puede que no haya aprendido a aceptar que escuadrones de moral judeocristiana con su culpabilidad nos seguiran por tierra, por el aire y sobre todo por amar. Puede que esté demorando la acción, a los doce tuve un sueño en que ganaba, pero el sueño me venció. Desde entonces mis derrotas son las huellas del carnet de ese tal Yo. Ahora escuchame, ya he encontrado la palabra justa. Mejor prepárate. Tiene algo que a todos asusta. Sí, la voy a soltar, la quiero soltar.

Pronunciaré ‘ESPERANZA’, la gritaré por dentro si es lo que hace falta. La escribiré mil veces, me alejaré de espaldas. Quizás de repetirla algo me quede. No puedo permitir tu negación. Mi leal traidora inspiración, de intermitente aparición. Como un ángel hallado en un ascensor.
¡Qué bien funcionas como recuerdo!

 

Però “El poeta Halley” ens reserva encara una sorpresa final en forma d’epíleg de quasi tres minuts recitat per Joan Manuel Serrat i que val la pena d’escoltar-lo amb molta atenció. Com he fet abans, primer us penjo el You Tube i a continuació el text (desaconsellat, ja us ho aviso, pels al·lèrgics a les sobreexposicions de metàfores):

 

http://www.youtube.com/watch?v=3pvoTyzLEA4&w=560&h=315

 

EPÍLEG (recitat per Joan Manuel Serrat)

Acojo en mi hogar palabras que he encontrado abandonadas en mi “palabrera”. Examino cada jaula y allí, ladrando vocales y consonantes, encuentro a sucios verbos que lloran después de ser abandonados por un sujeto que un día fue su amo y de tan creído que era prescindió del predicado.

Esta misma semana han encontrado a un par de adjetivos transtornados, a tres adverbios muertos de frio y a otros tantos, de la raza pronombre, que sueñan en sus jaulas con ser la sombra de un niño.

Señalo entonces a las palabras que llevan más días abandonadas y me las llevo a casa: las vacuno de la rabia y las peino a mi manera como si fueran hijas únicas, porque en verdad todas son únicas.

Acto seguido, y antes de integrarlas en un parvulario de relatos o canciones, les doy un beso de tinta y les digo que si quieres ganarte el respeto nunca hay que olvidarse los acentos en el patio.

A veces les pongo a mis palabras diéresis de colores imitando diademas y yo solo observo cómo juegan en el patio de un poema.

Casi siempre te abandonan demasiado pronto y las escuchas en bocas ajenas, y te alegras y te enojas contigo mismo, como con todo lo que amamos con cierto egoísmo.

Y uno se queda en casa, inerte y algo vacío, acariciando aquel vocablo mudo llamado “silencio” siempre fiel, siempre contigo. Pero todo es ley de vida. Como un día me dijo el poeta Halley: “Si las palabras se atraen, que se unan entre ellas. Y a brillar ¡que son dos sílabas!”

 

I per acabar, aprofitant que és cap de setmana i disposeu de més temps, us penjo un altre fragment de You Tube en el que s’explica el procés de creació i il·lustració del llibret que acompanya el disc. Un disc que, ho torno a dir, us recomano que el compreu, el llegiu i l’escolteu com ho he fet jo: sense presses i molt atentament.

 

 

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