PENSAMENTS I CIRCUMSTÀNCIES: JO

IRREFLEXIONS REFLEXIVES

DESPUÉS DE LA MARCHA NEGRA: RECORDAR PARA NO OLVIDAR

Hay un ayer, un antes, en la lucha de los mineros que deberíamos recuperar de nuestra memoria. Recordar para no olvidar, como una de las armas de las que no nos han desposeído  quienes manejan el timón del barco en que vamos conducidos a la deriva. Recordar para comprender y, en especial, para no permitir que se reproduzcan errores pasados, escondidos en cantos de culpa entonados a posteriori con la boca pequeña, y para no continuar tragándonos el espejismo de creer que somos libres en una sociedad donde predomina la tiranía: la de los mercados, la de la corrupción, la de los políticos y técnicos que dicen y se contradicen, la de la banca que vende lo que aún no tiene y compra lo que nunca nos dio.

Hace una semana, en la población leonesa de Bembimbre, en El Bierzo, se enfrentaron los mineros y un grupo de representantes de la guardia civil. Los mineros intentaron rodear el pueblo con barricadas hechas con camiones. Cerca de la medianoche la guardia civil lanzó su respuesta en forma de pelotas de goma que hicieron que los mineros se dirigieran hacia el centro de la población, donde muchos ciudadanos les ofrecían sus casas para protegerlos de la violencia de los “representantes de la ley”. Los mineros intentaron cortar la Nacional VI antes de que se produjeran las detenciones. El resultado: magulladuras, tres detenidos  y un herido.

También el mismo día se llevaron a cabo otras protestas en la provincia de León, cortando accesos a carreteras y manifestándose en concentraciones, como la del Palacio de los Guzmanes, donde continúan encerrados, ya más de 40 días, un grupo de seis mineros para reivindicar su situación y  denunciar los tejes y manejes de la patronal minera y los representantes del gobierno.

Aunque políticos y capos, como Victorino Alonso, presidente de la patronal minera y ostentador de un record en cuanto a juicios pendientes y operaciones empresariales nada claras, se empeñen en que creamos que el conflicto está resuelto no es así. Lo dicen los mineros encerrados: “No tenemos intención de salir de aquí hasta que el ministro deje de eludir el asunto y busque una solución”.

Tras mes y medio largo, este grupo de mineros encerrados en el Palacio de los Guzmanes, continúan intentando dejar de lado su desesperanza y agotamiento para seguir pidiendo al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que convoque, sin más demora, la Comisión de Seguimiento del Plan del Carbón, que están solicitando desde hace meses y que, de no constituirse, provocará que su huelga se extienda ya que “de momento no se ha establecido ningún acuerdo ni con las empresas ni con los trabajadores”, informan a la opinión pública.

Ellos, como muchos de nosotros, nos preguntamos cómo es posible que no se haya avanzado nada en un conflicto que ya dura más de dos meses, una situación en la que el ministro, empeñado en engañarles y engañarnos, con las expectativas de “diseñar un nuevo plan” y en confundir a los ciudadanos haciéndoles creer que son los mineros los que no quieren reunirse, cuando en realidad las empresas y los sindicatos son quienes intentan evadir su papel y su responsabilidad, y que existe una significativa división, tras la Marcha Negra, entre los mineros, información intencionadamente falsa.
También en Ponferrada, días atrás, unos doscientos mineros y funcionarios protestaban contra los recortes del gobierno de PinochoRajoy.

Recordar para no olvidar, para no perder la memoria, para ser conscientes de que existe un Plan del Carbón que comienza con la redacción de un párrafo introductorio que, vista la situación de los mineros hoy, es una mentira insultante, y no solo para ellos, sino para todos:

“El Plan reconoce, como principios generales, el carácter integral del mismo, la necesidad de estabilizar la actividad del sector en niveles compatibles con su condición de recurso estratégico en el abastecimiento energético, de modular la evolución del empleo en función de las necesidades de las unidades de producción y de organizar la aplicación de las ayudas, así como de promover la reactivación de las comarcas mineras, todo ello de modo coherente con la normativa europea. Asimismo, el Plan contempla entre sus prioridades el respeto al medio ambiente, el fomento de la I+D+i, la mejora de la calidad de vida en las comarcas mineras y la creación de empleo juvenil en las mismas”.

Recordar, para no olvidar, que lo que se pretende es acabar, progresivamente, con la minería, un sector estratégico con un presupuesto respecto al que Rajoy propuso un 64% de recorte, que significaba la reducción de unos 500 millones de euros en las ayudas. Aunque Rajoy, la patronal y las empresas implicadas se empeñen en que no seamos conscientes, no deberíamos pasar por alto que esta reducción no es un tijeretazo más y que en este sector, en el que hoy en día se calculan más de 25.000 puestos de trabajo relacionados que implicarían a unas 200.000 personas, el recorte intencionado y a traición se hace a sabiendas de que no se respetan acuerdos firmados, un donde dije digo digo diego más, y que las medidas afectarán especialmente no a la producción, sino a las condiciones laborales, aumentando el riesgo del trabajo de los mineros y obviando los mínimos establecidos en prevención de riesgos laborales.

Además, si leemos el documento con detenimiento, encontramos este marco legal que el gobierno “del reino de España” está saltándose a la torera, uno más:

“El seguimiento y control de los orígenes y calidades del carbón se realizará también cada 3 meses trasladándose los informes a la Comisión de Seguimiento.

La Comisión tendrá competencia interpretativa en el caso de que se produzcan discrepancias de lectura del Plan y valorará anualmente la marcha de la gestión del mismo, en todo lo relativo a los aspectos de ordenación del sector minero del carbón.

La Comisión de Seguimiento del Plan será partícipe, valorará y, en su caso, si fuera necesario, tomará las decisiones oportunas sobre los Acuerdos de las Subcomisiones”.

Mientras, el consejero de Economía y Empleo del Principado de Asturias, Graciano Torre, reclama al Gobierno una solución para el conflicto del carbón que ha provocado la huelga que mantienen los mineros, el secretario de Estado de Energía ha contestado con un “estamos estudiando fórmulas para solucionar esta situación”. Un Suma y Sigue de lavarse las manos mientras el colectivo minero se ve abocado a una lucha que no ha cesado desde 1934.

Un Suma y Sigue de un conflicto que queda perfectamente reflejado en el contenido de la carta escrita por un minero de Turón, en la que destacan párrafos muy esclarecedores y emotivos:

1º La lucha que están llevando los compañeros en éstos momentos, no es para pedir dinero, sino para que se respete el acuerdo firmado el año pasado entre el Ministerio de Industria y los sindicatos mineros, la firma de éste acuerdo tenía unas ayudas asignadas hasta el año 2018.


Éste dinero lo dio La Comunidad Europea y no los Gobiernos Españoles, con ésto quiero decir que no lo puso ningún español para ayudarnos como piensa mucha de la gente que tanto nos critica.
En cuanto a éste dinero lo que yo me pregunto, como casi todas las familias mineras, es donde está la parte de los Fondos Mineros que supuestamente iría destinada a la creación de industrias alternativas al carbón en las cuencas mineras, después del cierre de las minas. Pues bien, cómo en muchos otros sectores,el dinero lo manejaron los políticos y los sindicatos. Con parte de éste dinero, os podría decir, por ejemplo, que el Señor Gabino de Lorenzo ( ex-alcalde de Oviedo) pagó las farolas de su ciudad, el nuevo Palacio de Exposiciones y Congresos y otras muchas obras. La ex-alcaldesa de Gijón ( la Señora Felgeroso) lo invirtió en la Universidad Laboral y cómo el primero, también en otras obras.
En el Valle de Turón, perteneciente a la Cuenca del Caudal, donde yo vivo, con más de 600 muertos ( que sepamos, pues en la guerra civil se quemaron los archivos anteriores ) en las minas desde el año 1889 hasta el 2006 cuando se cerraron, hicieron un polideportivo que por cierto, se inauguró sin aseos y así siguen, una senda para pasear y poco más. Todo nuestro entorno está lleno de escombreras, que poco a poco se están intentando recuperar. Pero de reindustrialización, que es lo crea los puestos de trabajo estables para que siga habiendo vida, casi nada.


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2º Veo con asombro que a mucha gente le parece mal ésta ayuda, no quisiera escribir esto, pero hay ayudas a otros sectores como la ganadería, el campo, la pesca y muchas más que no voy a mencionar, yo personalmente me alegro, prefiero que las ayudas sean para los trabajadores que para los chorizos que nos roban todos los días.

3º Después de acabar la guerra civil en este país, parece que muchos de vosotros no sabéis que los mineros españoles estuvieron trabajando una hora gratis, al día y durante muchísimo tiempo, para levantar lo que el franquismo destruyó, cuando en nuestras casas no teníamos ni para comer.

4º En el año 1962 los mineros empezaron una huelga que se extendió por toda España, donde se consiguieron muchos de los derechos que tenemos todos los españoles hoy en día y que ahora están tratando de arrebatarnos. En ésta huelga hubo muchos palos, presos, hambre y destierros hacia otras provincias de España separándolos de sus familias y que empezaron a regresar en el año 1980.

5º Sobre las prejubilaciones, es mentira que los mineros se prejubilen con 40 años y habláis de euros con si fuese que nos tocó la primitiva, la realidad es otra, dentro de de las mensualidades que cobran los prejubilados está incluida la parte de sus pagas extraordinarias y van en función de las categorías laborales, no cobra lo mismo un picador, que un barrenista ó que un ayudante de barrenista etc., su cotización es al 50%, quiero decir con esto que nosotros cada dos años, cotizamos a La Seguridad Social un año más, por ejemplo yo que trabaje 25 años, he cotizado a La Seguridad Social 37 años y medio,¿ alguno de vosotros creéis que llegareis a pagar lo que nosotros aportamos a dicha Seguridad Social?.

6º.El carbón que traen de fuera según vosotros es más barato que el autóctono, lo pongo en duda pero voy a pensar que es verdad, ¿qué queréis vernos siendo unos esclavos como en éstos países? yo no quiero que ningún trabajador del mundo lo sea.
Esto que voy a escribir es un hecho real, he trabajado con compañeros Checos y Polacos, cuando llegaron a Asturias y empezaron a comprar en los comercios, estaban acojonados porque podían comprar la cantidad que quisieran y en sus países no podían hacerlo. La primera Navidad que pasaron con nosotros traían en cada mano una tableta de turrón.. nosotros les preguntábamos que por qué hacían eso y nos decían que en su país, no se podían permitir ni comprarlo ya que su salario solo llegaba para mal comer. Con esto quiero decir que si no defendemos nuestros derechos nos pasará lo mismo.

7º.Sobre los cortes de carretera contestaré a todos esos que tanto protestan porque los mineros les impiden acudir al trabajo o a estudiar y dicen que cuando tengan problemas en su empresa, irán a los centros de trabajo de otros a “fastidiar”. Os diré que siempre que algunos compañeros de otros sectores nos pidieron ayuda para defender sus puestos de trabajo, hemos parado 24 horas, apoyando aquí y fuera de aquí.
Cuando las huelgas de los mineros Ingleses, paramos de trabajar y se hizo una colecta para mandarles dinero para que pudieran alimentar a sus familias. ¿alguno duda que no vamos a unirnos a cualquier sector afectado?.Pero parece que ahora cuesta trabajo hasta pedir ayuda a los demás. Apoyarnos unos a otros es fundamental, pero lo que hacemos sin embargo es lo contrario y así los de arriba siempre jugaran con ventaja.
Creo firmemente que el trabajador que defiende sus derechos no es un terrorista como nos llaman ahora por luchar por el bienestar de nuestras familias”.

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Sí, me acuso: soy funcionaria y docente

Fotografias cedidas por M.M A, Valencia ayer

Sí, me acuso: soy funcionaria. Estoy doblemente estigmatizada, lo reconozco, pertenezco a ese grupo de profesionales con nula o escasa reputación y consideración social, tipificados con el gesto inevitable de la pereza, la boca llena del famoso “vuelva usted mañana” y las manos, lentas como norma, que huyen del ordenador o el bolígrafo para ocultar el penúltimo bostezo. El ejemplo vivo de un supuesto desmesurado e inmerecido sueldo y, hasta la fecha, con una privilegiada paga doble “por beneficios”, llamada “extra”, que nos hacía VIPS en navidad y verano.

El segundo estigma que llevo a rastras es un estigma mucho más negativo, si cabe, que ser una funcionaria (para muchos, durante mucho tiempo, vocablo de rima exacta con parasitaria). Se trata de pertenecer al grupo de funcionarios (nótese que al unir la preposición y el nombre, la palabra obtenida es “defuncionaria”) que estamos, también supuestamente, encargados, por que las autoridades oficiales han delegado en nosotros, de educar a la ciudadanía ¿Se puede tener juntas dos cualidades más denostadas actualmente que ser funcionaria y profesora?

A los funcionarios docentes, ciertas costumbres nos siguen afectando significativamente y continúan hiriéndonos de muerte y lo hacen porque, no por mucho repetirse las ráfagas de ira o descredito social y público, somos un colectivo de PERSONAS, CIUDADANOS y CIUDADANAS, que VIVIMOS, más allá del carácter de parásitos sociales que, de forma interesada y con premeditación, al gobierno, a éste y al anterior, le interesa construir para “neutralizar” nuestra voz.

Cada junio, inevitablemente, el gobierno, los gobiernos, nos utilizan como cortina de humo para esconder problemas y desfalcos, al lanzar un arma que, aunque no lo saben o no quieren aceptarlo, es un boomerang que ahora irá regresando hacia quienes lo esgrimen y les caerá, directamente, sobre la cara. Cada junio, la administración educativa, que de educativa tiene menos que de administración, lanza a los padres y madres (a quienes no tiene en cuenta para nada durante el curso escolar) la amañada admonición de que “los resultados de nuestros alumnos, respecto a la media europea son pésimos e insuficientes ante lo que, el gobierno, habrá de planificar medidas específicas para ..blablablá”)

Esas medidas no solo no las planifican, sino que, cuando las llevan a la práctica, despliegan campañas kafkianas, como han hecho años atrás, en las que prometen, y adquieren, a las empresas de casualmente-amigos-de-sus-amigos, a quienes ellos llaman “proveedores de probado prestigio”, miles de ordenadores y pizarras digitales, un verdadero dispendio que queda “políticamente” como una acción propia de un gobierno al que interesa la cultura y la tecnología (grandísima mentira que ya se hace insostenible e inaceptable) y que, además, se lleva a cabo, dando a ganar millones de euros a proveedores cuyas conexiones políticas son obvias, sin tener en cuenta (¡vaya!) que el profesorado y el alumnado quizás no está preparado para su utilización, lo que viene a ser lo mismo que gastar millones de euros en coches que los posibles conductores no saben conducir. Quien lea estas palabras podría pensar, con muy buen criterio, que el problema no es tan grave: se solucionaría con planificar la formación adecuada para el profesorado, para que, al menos a posteriori, supiese sacar algo de rendimiento de “los recursos adquiridos” (ellos, el poder que vive tan por encima de nosotros que habita su irrealidad, le llaman, y repiten hasta la saciedad “eficacia y eficiencia”, que es como decir “melones y kiwi”, porque ni ellos mismos saben, así lo demuestran, el significado de ambos términos de origen económico). Pero, claro, para la formación del profesorado, tras el desembolso gigantesco, no queda mucho (yo diría que casi nada) y se produce, año tras año, una especie de burbuja de recursos, que explota, ha explotado, con ordenadores y pizarras digitales aparcadas en rincones de muchos centros educativos. ¿Los culpables? Los funcionarios docentes, por supuesto (y por ironía). Cada junio nos tenemos que tragar, y morder la lengua, escuchando que estudios, como el informe PISA, señalan a nuestro país (ahora llamado por los rescatadores vestidos de azul “reino de España”) como uno de los que peores resultados de éxito escolar han obtenido. Muchos, muchísimos, docentes sabemos que padres y madres, alentados por este tipo de terrorismo mediático intencionado, nos señalan simbólicamente con el dedo y nos culpabilizan del fracaso escolar y la falta de logros de sus hijos e hijas (“esos y esas” tienen más vacaciones que nadie y encima se pasan el año tocándose las narices y no se molestan en “enseñar” a nuestros hijos). Me pregunto si podríamos tener un minuto para hacernos esta reflexión: si cada año, con REITERACIÓN,  el gobierno, no solo éste, afirma que los resultados no son buenos y se han de tomar medidas para corregir los resultados negativos…¿no querrá decir que, año tras año, no toma medidas o las que toma son tan ineficaces que el PROBLEMA continúa?

Cada septiembre, una vez pasadas esas vacaciones que nos echan en cara en lugar de aspirar a que se extendiesen a todos los trabajadores, sobre nuestras espaldas, que deben tener una resistencia a prueba de toneladas, se sitúa otra oleada de ira y consternación social: el gobierno, este y el otro, nos recuerda en los primeros telediarios, en los previos al inicio del curso escolar, algo que también, cómo no, es otra cortina de humo para anestesiar a padres y madres y que no vean otros problemas sociales: el precio de los libros de texto es desmesurado, un disparate. ¿Los culpables? Los funcionarios docentes y los libreros y las editoriales. Ellos, la (no)administración (no)educativa, por supuesto, no tiene ni un ápice de culpa (pero tampoco crean ustedes que financia REALMENTE los libros, comprueben la cantidad de millones de euros que deben a las librerías y proveedores editoriales, a quienes no han pagado el importe de los bonos-libro que TODAVÍA deben) Una sola de sus carteras de piel, la de un politiquillo local, ya vale casi lo mismo que un lote de libros escolares, pero eso no debe decirse ni permitir que se sepa: anestesiemos a los padres y madres, echémosles a los leones para que luchen, como en la Roma imperial, contra los docentes, que se maten entre ellos mientras los políticos fingen realizar sesudos estudios que no evitan las catástrofes que han llegado.

Ellos, esos mismos políticos que hacen reformas educativas como quien cocina churros, que desdicen a los anteriores, y sus medidas, sin importarles si eran positivas o no, con el único criterio de “cambiar” lo que los “de antes” hicieron; ellos, los que nos han obligado a formarnos y redactar planes y decenas de documentos, como docentes, sobre educación para la convivencia (y nos engañaron, mientras llenaban sus bolsillos con los fondos de Bankia y otras tantas estratagemas, sin decirnos que lo que debíamos hacer era preparar al alumnado para una educación para la “inconvivencia” y la “supervivencia”, el hambre, el paro y el formarse-para-trabajar-como-limpiadores de cristales con carrera universitaria, con suerte); ellos, los que nos “obligaron” a formarnos y perder el tiempo participando en cursos y programas para “la mejora continua”; ellos, los mismos, hoy nos suprimen del mapa de la realidad, nos quitan de las manos recursos, nos recortan aulas, nos venden la teoría de que la masificación de alumnos en un aula “ayuda al aprendizaje cooperativo y la interacción”, que es como decir que en una patera, los inmigrantes, se ayudan más unos a otros y se preparan mejor para la vida que si tuviesen la oportunidad de viajar en un barco y espacio para extender los brazos. Ellos, esos políticos que ignoran a la polis (pero ordenan a los polis que no duden en lanzar sus porras y sus pelotas de goma, por sus santas pelotas, cuando el profesorado “rebelde” intente levantar la voz y ejercer su innegable derecho a manifestarse, como hicimos ayer) se atreven a colgar en la página oficial del ministerio  el ANTEPROYECTO DE LEY ORGÁNICA PARA LA MEJORA DE LA CLALIDAD EDUCATIVA, con la que está cayendo y como es su costumbre, sin dar explicaciones y cuidando que la difusión sea mínima, para que no despertar a la ciudadanía del letargo en el que quieren mantenernos. El atrevimiento llega a su culmen cuando, además, tienen la osadía de ofrecer una dirección electrónica para que “la ciudadanía pueda expresar sus sugerencias e ideas” ¿La ciudadanía? ¿La misma a la que están dejando sin medicamentos, sin servicios, sin trabajo?

Ayer, a las 8, salimos a manifestarnos en Valencia, comunidad estandarte del dispendio, la mafia política, los aeropuertos fantasmas, los desfalcos y ostentadora del record de políticos corruptos por centímetro cuadrado. Iniciamos la marcha en la Plaza de San Agustín, encabezados por representantes sindicales, ciudadanos y, entre los grupos de manifestantes, una columna de policías locales y uniformados que, cuando la manifestación alcanzó la puerta del domicilio de Rita Barberá, alcaldesa de la corrupta ciudad, giraron sus caras (para, previsiblemente, no ser fotografiados por los innumerables fotógrafos de prensa que estaban allí), sacaron sus silbatos y, como si fueran unos más de “nosotros”, los funcionarios que tan parásitos somos de la sociedad, comenzaron a pitar y a cantarles, junto con los policías del SUP, sindicato de policías que también se manifestaban,  a los policías nacionales que protegían la puerta de la casa de la susodicha alcaldesa: “No nos miréis, venid con nosotros”.

Como era de esperar, en unos minutos, las “autoridades” ya se encargaron de “desviar” la manifestación y evitar que las aproximadamente 250.000 personas que se manifestaban pasaran por ese lugar. Muchos debemos ser los “funcionarios parásitos”, tantos los estigmatizados que, cosa impensable, nos manifestábamos en un acto en el que teníamos al clásico enemigo a nuestro lado: junto a nosotros, los policías pitaban y gritaban reclamando que se nos desestigmatice de una vez por todas y que ellos, los políticos que sí son parásitos, se planteen que la EDUCACIÓN debería ser irrecortable.

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DE RAJOY, RUBALCABA, RATO Y OTROS TRAFICANTES DE CIUDADANOS

Se han ido afirmando, poco a poco, con el paso cobarde de los cobardes. Han ido tejiendo una urdimbre invisible en la que estamos, tú y yo atrapados, desde hace mucho. Tienen nombres, propios no porque designen a personas, incluso las cuestiones gramaticales se avergüenzan de ellos, sino porque les denominan, les identifican frente al resto: Rajoy, Rubalcaba, Rato… Son los tratantes de ciudadanos, cabezas de pandillas organizadas en organismos oficiales que trafican con hombres y mujeres, conmigo y contigo, sin piedad, abiertamente, micrófono en mano, escaño en el trasero, eslogan en ristre, pancarta enarbolada, conferencias de prensa y comunicados donde se evita, consciente y premeditadamente, comunicar.

Traficantes de ciudadanos. Goma de borrar con corbata y trajes, más negros que los enviados ángeles negros que nos envían los cielos bondadosos que nos protegerán, como el Noé bíblico, del diluvio universal de la pobreza que los mismos traficantes de ciudadanos anuncian, tras haberla creado con su negra magia, capaz de sacar de la chistera de la abundancia una mentira que se extiende como una pandemia: el horror, el miedo, la desesperanza.

Nos dividen, somos una barata masa barata, en sectores cuadriculados sobre los que planifican sus disparos insolentemente eficaces, certeros, asesinos. Reflexionan y eligen el arma adecuada para cada uno de nuestros grupos, los que quedamos por debajo de sus pies enfundados en zapatos de tafilete, comprados con el dinero que nos han robado, con el trozo de vida y esfuerzo al que se prende cada euro que perdimos, ilusionados por sus espejismos de un estado de bienestar que, como en un tráiler motivador, emiten, mantra de mentiras, ante nuestras miradas.

A los mineros les tapan los ojos con la luz cegadora de negociaciones interminables, mentiras y promesas, y esperan, mientras se frotan las manos y fuman gruesos habanos con el presidente de la patronal de los mineros, que fallezca su esperanza, sus ánimos de lucha. Les tienden una mano falsa y esconden en la otra  una verdad que les delataría: los tratantes de cuerpos y de almas, de nuestras vidas, pagarán, con nuestro dinero y no el suyo, más de sesenta mil millones de euros el rescate más falso del más falso secuestro, el de la putrefacta banca, pero ni uno de ellos sacara de su imaginario y mágico bolsillo sin fondo los 200 millones con los que las familias de los hombres que han dejado pulmones, años y cansancio en las minas al aire y las tristezas en pozos, los mineros, podrían parchear su lenta agonía. Tratantes de ciudadanos. Creadores de un tercer mundo en un mundo vendido como primero, como un escenario donde, mientras preparaban nuestra muerte, arreglaban un escenario de adosado con jardín, dos coches por familia, neveras no-frost, apartamentos en primera línea de playa, artificiales paraísos que caerían sepultados cuando ellos, los traficantes de ciudadanos, dieran la orden a la realidad sicaria. Traficantes.

A los funcionarios les colocan un espejo que desvirtúa su silueta y les deja sin rostro ante el resto de ciudadanos: arrojan basura sobre ellos, porcentajes de absentismo e ineficacia, calculados, aunque lo oculten, con la misma aritmética con la que no-predijeron la explosión de la burbuja inmobiliaria, con la que se equivocaron, ellos les llaman desvío o margen de error, al obtener el montante de ayuda necesaria para la salvación, la nuestra; la misma con la que empujaron al suicida griego a buscar el paraíso en la muerte con tal de abandonar el infierno de amanecer en un mundo sin horizonte; la misma con la que jugaban a maquillar y pintar con colorines, punto arriba, punto abajo, esa misteriosa veleta que parece regir nuestra existencia, el iva o el líbor, fichas de un parchís en el que juegan, ellos, quienes que trafican con nosotros, desde hace ya más de cuatro años. Con los funcionarios solo necesitan aplicar una estrategia en unos sencillos cuatro pasos: mostrar y difundir resultados pésimos de su trabajo, supuestamente hasta ahora “consentido”, legalizado y remunerado por ellos, por los tratantes ahora convertidos en salvadores y detectores de la basura, nosotros, que han de limpiar. Relacionar, después, el desastre del que los culpabilizan con cifras astronómicas (si son ciertas ¿cómo las han consentido hasta hoy?¿hacia dónde miraban ellos cuando esos funcionarios, malignos y  extendidos como cucarachas  infectas a quienes se ha de exterminar, de repente, ocupan sus puestos, según ellos, de no-trabajo?¿se atreven a permitir la insinuación de que han sido cómplices no solo de la mafia de la banca sino que, también, lo han sido de la mafia de sillón y almuerzos de una hora, según ellos, de los funcionarios que hoy desean aniquilar?. Recortar, su cuello, su bolsillo, su esperanza, tras haber creado en la opinión pública una imagen letal de quienes ellos nombraron, los funcionarios, para dividirnos, vencernos.

A los parados, leña, sin miedo, sin pensarlo, para eso son los enfermos crónicos de la pobreza y la desesperanza. A los parados, les dan un corredor de la muerte que culmina con la letra pequeña de las últimas medidas redactadas, y no dichas en público por los traficantes de ciudadanos, y les amenazan con acabar, lenta y sutilmente, con las pocas prestaciones que hasta hoy se prometieron, hasta que sus manos pobres se acercaron a las urnas para dejar caer, entre las rendijas de metacrilato, la golondrina carroñera del PP, el Poncio Pilates que se lava las manos sucias tras cada golpe de navaja que nos propicia.

Los traficantes de ciudadanos nos embrujaron, primero, con el abracadabra del falso estado del falso bienestar; nos asustaron, después, con la admonición de que habíamos superado la frontera permitida, de que habíamos vivido por encima “de nuestras posibilidades”, que eran las que ellos habían planificado; nos prometieron salvarnos si les dejábamos actuar (como si hubiésemos hecho algo distinto que dejarles actuar a su antojo); giran y giran, cada día, la media vuelta del garrote vil que nos sostiene en sus manos, mientras nos susurran que “este es el único camino”, “es por vuestro bien”, “lo lograremos sólo si..” y, entre ellos, siguen jugando su partida particular de dados ganadores. Seis doble: seleccionan un colectivo: pensionistas, enfermos, ancianos, funcionarios, mineros, a elegir y, por turnos, inventan y dictan medidas “racionales, adecuadas, calculadas, seleccionadas con miras a medio y largo plazo”, según su boca mentirosa, para aplicarlas a la casilla donde han caído. Parchís donde las fichas se comen, todas y una a una. Con un cinco doble, sacan ficha y anuncian las medidas. Medidas de un ataúd en el que ya casi no cabemos.

Traficantes de ciudadanos, cómplices de un magnicidio, muerte en masa de la pobre masa que no tiene un volvo ni veranea en chalets de lujo, de ciudadanos que, incluso para morir, se lo pensarán más de tres veces: morirse, después de septiembre, va a costarnos unos 450 euros más que ahora.

Traficantes legalizados de ciudadanos que ya nos damos por secuestrados, rescatados y muertos.

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LOS VERDADEROS CAPOS DE LA MAFIA DEL CARBÓN

Las mafias tienen una jerarquía que también se reproduce en la organización mafiosa que se esconde tras el conflicto del carbón. Las familias sicilianas tenían un jefe, il Capo; un Capo di tutti capi, el jefe de todos los jefes; un jefe menor, el Sotto Capo; un Caporegime, un jefe de regimiento; el jefe de una decena de hombres, el Capodecine; soldati, soldados mayores; Picciotti, soldados menores; diversos amigos de honor o asociados, Giovane d’Honore; realizaban negocios, Cosa Nostra; utilizaban la Omerta, la ley del silencio; celebraban Cupuli, reuniones de diferentes familias y se dejaban asesorar por el Consigliere para organizar negocios limpios con los que obtener tapaderas legales, Cosa Nuova, que les permitían actuar. Nada se asemeja más a lo que ha estado sucediendo con la industria del carbón que esta estructura mafiosa, encabezada, no nos engañemos, por  tres diferentes Capos:

1. El gobierno anterior, presidido por Zapatero, que inició unas negociaciones para obtener las ayudas europeas a la minería, sin realizar estudios ni intentos serios de mantenimiento del trabajo de los muchos trabajadores y familias que viven del carbón;

2. El gobierno actual, empeñado, a golpe de porra policiaca, en acallar la marcha negra y las reivindicaciones de un sector que, en el fondo, podría ser cualquiera de los sectores en los que cualquiera de nosotros trabajamos, excepto  la banca, por supuesto. El PP también ha sido y es un capo consentidor de irregularidades, ilegalidades y favores realizados a ciertas empresas del sector del carbón que no afectan a los mineros, que siguen siendo los únicos explotados, sino que benefician a otros capos, con nombres y apellidos, entre ellos, y de manera especial, al presidente de la Patronal Minera, Victorino Alonso, llamado también el cazador o Il Padrino.

3. Los sindicatos, parte de ellos, organizaciones que en su día creyeron en la defensa de la minería y los mineros, pero que actualmente, cuando la asfixia atenaza a sus representados, no encuentran fácilmente salidas al conflicto, enarbolan la bandera de negociaciones interminables que no buscan evitar el paro de los mineros, su muerte lenta, sino asegurarse, cacareando, que la opinión pública cree su canción, y no se pregunta si no será que en estos momentos su función social no se justifica o ha de reinventarse. Hay sindicoladrones también. No se libran. Cargos sindicales, sindicalistas, liberados y puestos a dedo, a los que no les importa, al menos durante años lo han demostrado, qué va a suceder con una industria sobre la que se dice, sin explicar toda la verdad sobre su rentabilidad y su papel, que ha de desaparecer con un planteamiento de transición planificado según las directrices europeas. Europa, y sus directrices, interesan cuando interesan como escudo.

LOS ANTECEDENTES, CASI PENALES E IMPERDONABLES, DEL PSOE

1979. Minas Teverganas de HULLASA, minas que habían sido intervenidas durante años por Hacienda aduciendo su escasa rentabilidad. El hijo del dueño de la empresa, un ingeniero que acababa de finalizar sus estudios, amenaza a algunos mineros “rebeldes” y empuña un arma que se dice siempre le acompaña, una pistola Astra, calibre 28, para echarlos de las instalaciones que, por arte de magia, pasaron a ser tan rentables como para que el gobierno del PSOE les otorgase 2.000 millones de pesetas, para modernizar maquinaria e instalaciones, a cargo ya en ese momento del más tarde llamado Il padrino, el hijo del dueño, VICTORINO ALONSO, hoy presidente de la patronal minera. El entonces aspirante a capo mafioso fue coparticipe, según relatan algunos mineros, en una estrategia perfecta: trasladar carbón importado desde el puerto hasta una zona propiedad de Victorino, en Pinzales, donde se mezclaba con el carbón procedente de las extracciones de Teverga y de otras minas a cielo abierto de la zona, residuos de escombrera. La mezcla, un 60% de carbón y el resto de tierra, hacía que con una tonelada de carbón importado, fundamentalmente de Colombia o África, se “obtuviesen” dos toneladas y media, vendidas a un precio que era, aproximadamente, el cuádruple del precio de la tonelada de carbón importado. Fácil. Muy fácil. Demasiado. Fácil para Il Padrino, duro para los mineros, como siempre. Victorino, Hullasa y el PSOE, ámbito nacional y regional, en aquel momento, fueron coparticipes en un delito que no beneficiaba, una vez más, a los mineros y a sus familias, porque beneficiaba a la familia.

Algunos hombres fuertes del entonces PSOE, como Conrado Alonso, Pedro Fernández y Ángel Villalba, presidente de Caja España, eran conocedores de los negocios irregulares de el Padrino, que constituyó un grupo de  treinta y nueve empresas denominado GEVA (GRUPO DE EMPRESAS DE VICTORINO ALONSO) del que era presidente, administrador único y apoderado.

LA ACTITUD CORRUPTA, INTERESADA Y HUMILLANTE DEL GOBIERNO ACTUAL

Al PP no le va a valer la utilizada estrategia de entonar el “la herencia que hemos recibido del gobierno del PSOE hace que…”, porque es el PP quien está consintiendo irregularidades al capo principal de la mafia del carbón, al Padrino:

Permite a la empresa que preside la extracción de carbón en explotaciones, como las del Valle de Laciana, a cielo abierto que a fecha de hoy continúan siendo totalmente ilegales, tal y como señaló en 2011 la abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE), afirmando que se incurrió en ciertos incumplimientos de la directiva comunitaria sobre hábitats como consecuencia de la explotación de minas a cielo abierto en el valle de Laciana, en León. La Comisión Europea denunció a España por esas fechas al considerar que no fue realizada, por las autoridades competentes, el impacto ambiental de las minas de carbón a cielo abierto, situadas, paradójicamente en una zona declarada Reserva Mundial de la Biosfera. Los mineros dejándose los pulmones en las extracciones; el Padrino y su empresa obteniendo millonarios beneficios (¿nos intentan hacer creer que la industria del carbón no proporciona beneficios significativos?) y el gobierno silbando y desoyendo las leyes, permitiendo un gran fraude.

Parece que también el Padrino practica un hobby real con gran maestría: en el pasado abril, el juzgado cerró el coto cinegético de Bastaras, pero al Padrino, presidente de la patronal minera, la orden del juzgado no le importó en absoluto: él es el dueño del coto en el que la empresa organizadora de la cacería realizó un acto sobre el que escribe:

Una temporada irrepetible. El pasado día 25 de febrero, para despedir la temporada, Cabezas S. Caza dio esta montería en Bastaras donde consiguieron un gran resultado.

Si bien la calidad de los venados no llegó a la altura de la anterior montería, la de los gamos y sobre todo la de los jabalíes volvió a ser extraordinaria.

Por si todas estas irregularidades fueran pocas para realizar un esbozo de este capo, no debemos olvidar que el señor Alonso controla el 50% del sector del carbón en España y es conocido por la ilegalidad de las explotaciones mineras bajo su control y por el chantaje al Gobierno mediante impago a sus trabajadores, entre otros delitos e irregularidades que se exponen en este vídeo.

Algunos ejemplos más:

En plena crisis del sector de 2010 presionó a la administración con abrir Expedientes de Regulación de Empleo en sus empresas y no pagar las nóminas de sus empleados si no conseguía el volumen de ayudas. La administración adelantó tres cuartas partes de la mencionada ayuda de 301 millones de euros, pero el último pago se consideró “condicionado a la existencia de crédito adecuado y suficiente”, como apareció en una disposición publicada en el BOE.

En el pasado mes de mayo, aparecía una noticia con el siguiente encabezado: “Industria reafirma el recorte del 63% de las ayudas, La Plataforma Unitaria de la Minería convoca una manifestación: “Hay miles de millones para Bankia y no hay cien para el carbón” UPL pide al Partido Popular un “esfuerzo” con el sector de la minería. UGT y los municipios mineros palentinos piden respetar el actual plan”

Tras el titular, podía leerse que “El empresario leonés Victorino Alonso tiene previsto proponer a los trabajadores una rebaja en los salarios proporcional a “tijeretazo del Ejecutivo”, es decir, de alrededor de un 70%. Una rebaja salarial a la acompañará el pago únicamente de la luz y los explosivos ante la falta de liquidez. Y es que, según ha destacado el también presidente de la patronal minera, aún no se han cobrado las ayudas de este año y encima ahora el Ejecutivo prevé tan sólo hacer entrega de un tercio del pastel. De ahí, que Alonso haya asegurado que el sector está viviendo la peor crisis que “yo recuerdo en mis 30 años en el sector. Nos llevan directamente al cierre. Es insostenible. Si quieren que cerremos que lo digan y hacemos un plan de cierre, pero ordenado y con ciertos plazos”. El propietario del Grupo Alonso destacó a la conclusión de la reunión que mantuvo con el ministro de Industria que mantendrá una reunión este lunes con los trabajadores para trasmitirles que en ningún caso se va a realizar un Expediente de Regulación de Empleo ni ningún despido. ”No vamos a cerrar, vamos a continuar adelante, funcionando, sacando carbón, pero vamos a aplicar la bajada de las ayudas directamente a los sueldos de los trabajadores, se va a controlar el absentismo y se van a paralizar totalmente las inversiones, los gastos y no vamos a pagar nada más que nóminas, luz y explosivos. A esto es a lo que nos ha abocado el Gobierno con sus recortes del plan”, según declaró a Modern Press.

El mundo al revés: un mafioso, empresario corrupto, que  coacciona y amenaza a los mineros que trabajan en las minas de su propiedad, algunas de manera ilegal, como la del Valle de Laciana o las de Feixolín y Fonfría, denunciadas por el impacto gravísimo que suponen para el hábitat natural en el que se encuentran; un padrino-presidente de la patronal minera, no saciada su ambición, que se permite anunciar una reducción del salario de los trabajadores a los que explota, los mineros y contribuir a la muerte de una industria que representa no solo eso sino la muerte de comarcas, industria, negocios y esperanzas de vida digna de muchísimas personas. El poder en manos de un asiduo visitante de los juzgados, il signiore Alonso, quien en 2011 se rió en nuestra cara cuando logró que una multa que había recaído en él, de 129 millones de euros,  por una sanción  emitida 2006 en el Ayuntamiento de Villablino contra la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP, hoy rebautizada como Coto Minero del Cantábrico), de su propiedad, quedara, misteriosamente, reducida a menos de un millón de euros, precio mínimo impuesto ante la explotación ilegal de la mina de carbón a cielo abierto en el Feixolín, en activo desde el año 95 sin licencia, ni urbanística ni ambiental.

El mundo al revés: Millones para los ladrones que nos han saqueado en Bankia, cero inversiones, reducciones sangrantes, para los mineros, las víctimas que están dejándose los pies en la lucha de su Marcha Negra.

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LA MAFIA DEL CARBÓN

Fotografia de M. López

Artículo aportado en exclusiva a este blogg por M. López, periodista que acompaña a los mineros que realizan la MARCHA MINERA A MADRID, viviendo con ellos el día a día de su lucha. Un texto con el que se niega a ejercer el periodismo de la verdad a medias y, por el contrario,  consigue transcribir la impotencia y la rabia de los mineros ante gobierno y sindicatos, integrantes de una mafia única: la mafia del carbón.

LA MAFIA DEL CARBÓN

La minería española, desgraciadamente, ya está vendida.
El Gobierno de España,  que no ha dudado en ir cerrando pozos y arruinando la vida a miles de familias desde  hace años, prefiere depender de otros países para exportar carbón en lugar de aprovechar su propio potencial y hacer uso de sus recursos. Es uno más de los sinsentidos que estamos viviendo, agravado por un nuevo matiz del problema sobre el que no se desea que obtengamos información: TODO en las comarcas mineras de Asturias, como en el resto de las cuencas del país, TODO,  depende absolutamente de la minería. Los pocos pozos que quedan en funcionamiento tenían un salvavidas hasta el 2018, acordado oficialmente. Sin embargo, el Gobierno de Rajoy pretende incumplirlo y adelantar su cierre. Las consecuencias no son únicamente las que parecen: el adelanto del cierre establecido para 2018 es un hecho que perjudicaría, de manera extrema, a los sindicatos de las comarcas mineras ya que perderían,  entre otras cosas, varios años de subvenciones millonarias.

“Aquí para encontrar trabajo debemos afiliarnos a un sindicato, SOMA-FIA-UGT o CC OO. Es como el seguro del coche: no es obligatorio tenerlo pero es imposible conducir si no tienes uno, así que tarde o temprano todos acabamos afiliados a alguno de los dos”, nos ha comentado uno de los mineros afectados con los que hemos conversado.

Resulta extraño, interesadamente extraño, que las exigencias de los sindicatos -quienes supuestamente representan y defienden los intereses de miles de trabajadores- se ciñan casi exclusivamente al cumplimiento del pacto acordado por el Gobierno en lugar de exigir que no se acabe la minería en España, que no sea cerrado ningún pozo más, que no se permita el dejar a miles de familias sin trabajo y sin futuro,  arruinadas,  en la calle o abocadas al exilio y que, como consecuencia, se consienta la muerte agónica de las comarcas mineras, que pasarían a ser pueblos fantasmas, completamente vacíos. Ante esta situación, la afirmación que se escucha con más frecuencia es que “Esta lucha se debería haber hecho hace mucho tiempo, ahora ya es tarde“. No deberíamos conformarnos con esta frase sino preguntarnos qué papel están jugando los sindicatos. Me dirijo a uno de los mineros, quien me habla con una conmovedora mezcla de impotencia y rabia:

“Ahora mismo quien me representa en el sindicato está de vacaciones en Cancún, tomando el sol, mientras que yo llevo un mes en huelga junto con todos mis compañeros, sin cobrar, sin dormir y sin estar en casa con mi mujer, cortando carreteras y jugándome el pellejo. ¿Para qué? No puedo más. Estoy harto”.

Sus pupilas negras me miran de frente, con una mirada que, como su voz, tiembla de rabia y pena. Es asturiano, alto y delgado. A pesar de que tiene treinta y algunos años, su cuerpo y su rostro destilan cansancio, un cansancio crónico que no puede pasar desapercibido. Al igual que su abuelo y su padre, él también es minero. Agotado confiesa que está hasta las narices de todo y no sabe qué hacer.

“¿Tú crees que me apetece madrugar todos los días para estar en el pozo a las 6 de la mañana? ¿Que no tengo otra cosa mejor que hacer que andar poniendo barricadas para cortar carreteras? ¿Que en lugar de aprovechar lo poco que le queda a la minería y trabajar todo lo que pueda para traer mi sueldo a casa, me apetece estar en huelga y ni siquiera estar con mi familia? ¿Crees que no dormir, no trabajar y no descansar desde hace más de un mes merece la pena? Cada día me arriesgo a que me den un pelotazo, me detengan, ando corriendo todo el día y mientras ¿qué? esta gente está de vacaciones, estoy harto”.

El verdadero problema aparece, una vez que la impotencia hace que el silencio se rompa. La fuerza que tienen los sindicatos en regiones como Asturias es sobresaliente, mucho más contundente y visible que en otras provincias como, por ejemplo, Madrid. Tanto es así que cuesta encontrar a gente que se atreva a criticarlos abiertamente, personas que confiesen y describan tanto lo bueno como lo malo, que confíe en ti y diga en voz alta lo que realmente piensa acerca de esos sindicatos que, teóricamente, tienen como objetivo defenderles. Muy pocos se atreven a hablar sobre los sindicatos de manera crítica, intentando no decir sólo lo que es políticamente correcto y, si lo hacen, no darán su nombre o pedirán que no transcribamos ni una palabra de la conversación. ¿Por qué? La respuesta parece ser la de siempre: “No están los tiempos como para meter más cizaña. Además esto es pequeño, aquí te conoce todo el mundo“.

Gobierno, prensa y sindicatos

Es cierto. Corren tiempos muy duros, pero quizás estamos siendo obligados a vivir un tiempo en que lo que se erige como necesario e inevitable es atreverse a hablar, a decir unas cuantas verdades, que pueden doler, pero que no han de ocultarse más. Hablar en voz alta y, de una vez,  poner todas las cartas sobre la mesa.
El Gobierno ha condenado la vida del carbón español al firmar los acuerdos de su cierre total para el 2018 y no va a ceder ni un ápice porque, de ser así, y esto es uno de los factores que hacen políticamente correcto la búsqueda del SILENCIO, el resto de los sectores en crisis tomarían ejemplo de la resistencia minera. No contento con constituirse verdugo del carbón, ha recortado un 63% de las ayudas a la minería, pero, aunque se escuda en ello, no por cumplir órdenes de la UE. Ha sido una decisión propia de un Gobierno que, tras atacar a sectores fundamentales como el de la educación y la sanidad, ahora decide también acabar con los mineros.

La prensa española, actuando a la perfección su papel de EMPRESA, monopolio informativo, NEGOCIO MEDIÁTICO con grandes y cuantiosos intereses, responde a sus propios intereses económicos y políticos, dando una mínima cobertura al conflicto minero, para mantener la anestesia social, la ceguera casi total que sufre, ante la manipulación mediática, la opinión pública, votantes en las urnas y lectores del periodismo-negocio. Por su parte, los sindicatos miran por sus propios intereses: impulsan una huelga, varios encierros en pozos y una marcha a Madrid, con la INTENCIÓN FUNDAMENTAL, no permitamos que nos engañen,  para mantener las subvenciones que reciben durante el máximo tiempo posible. Los mineros en huelga no cobran un duro, sus familias difícilmente llegan a fin de mes, pero los sindicatos sí siguen cobrándoles la cuantía de sus afiliaciones y esta información ha de saberse.
¿Y los mineros? Hace más de un mes que cientos de mineros están en huelga. Unos decidieron aprovechar para irse de vacaciones o quedarse en casa y descansar. Otros se levantan, cada día,  a las 6 de la mañana y se reúnen en sus respectivos pozos para constituir su asamblea y decidir qué van a hacer a lo largo de la jornada: barricadas, corte de carreteras o raíles de tren, manifestaciones, etc. Otros se encerraron espontáneamente en sus pozos –aceptando que no tenían tiempo ni siquiera para despedirse de sus familias- y están viviendo un encierro dolorosísimo en el que no han sin  haber visto ver la luz del sol desde hace un mes. Otro grupo de mineros inició una marcha hacia Madrid, bajo la tutela y órdenes de sus respectivos sindicatos.

“Ni siquiera he podido ir a la marcha, los sindicatos han puesto un cupo de personas a las que han elegido, los demás o estamos de reserva o directamente fuera. Además no tiene sentido, hace años que nos enfrentan los unos con los otros, ni siquiera comenzaron la marcha juntos cada sindicato eligió un sitio diferente de la ciudad para iniciar la marcha, después se juntaron pero caminan separados. Los dirigentes sindicales están ahí el primer día solo para la foto, luego desaparecen pero bien que obligan a llevar puesta su camiseta para diferenciarlos. Un compañero se quería poner una con la foto de sus hijos y no le dejaron. Son unos vendidos. En lugar de ser una marcha de miles de mineros hacia Madrid, solo pueden ir 180 bajo las órdenes de las cúpulas sindicales. Es una vergüenza”.

Intereses ocultos: Prejubilaciones y malversación de los fondos mineros

Una cosa es reclamar que no se cierren las minas, ya que de ello depende la vida de miles de familias. Otra cosa es pedir el cumplimiento del pacto del Gobierno que acordó no cerrarlas hasta el 2018. Si alguno de nosotros fuera minero ¿cuál de las dos exigencias reclamaría?

Si le quedan más de 6 años para prejubilarse, no dudaría en impedir el cierre. Si en cambio pudiera percibir su prejubilación si se cumpliera el pacto, es posible que se conformara solo con eso. Si ya fuera prejubilado estaría ahora mismo en una tumbona bajo el sol de Benidorm. El imperdonable delito del Gobierno ha sido no planificar, considerar ni crear alternativas reales de trabajo para las comarcas mineras. El delito imperdonable de dirigentes sindicales y empresarios, como José Ángel Fernández Villa y Victorino Alonso García, entre otros,  principales culpables  según la opinión, a media voz por el miedo,  de una gran parte del colectivo de mineros, ha sido malversar con los fondos mineros y las subvenciones recibidas, anteponiendo sus propios intereses al de los trabajadores mineros, a los afiliados que se suponen han de defender.  “Ladrones”, “corruptos”, “sinvergüenzas”,  son los adjetivos más educados que desprenden las acaloradas voces de las miles de familias que se saben estafadas por ellos.
¿Dónde están los fondos mineros?, es la pregunta más repetida día tras día, el interrogante que, al ocultarnos está información, no nos hacemos quienes solo conocemos, una vez más, una verdad a medias.

“Autopistas, rotondas, piscinas, una residencia universitaria que no va a ser utilizada, un hospital totalmente equipado que ha sido inaugurado cinco veces y nunca verá un paciente. Nos han robado todos los fondos mineros que podían asegurarnos un futuro. Ha sido el mayor fraude en la historia de Asturias. ¿Qué hicieron con los fondos mineros? El primero que nos tiene que dar explicaciones es Gabino de Lorenzo, el que fue alcalde de Oviedo y ahora con un par de narices es el actual delegado del gobierno en Asturias, que nos explique tanto él como el resto de los responsables a nivel local y regional ¿En qué los invirtieron? En lugar de crear otro tipo de tejido industrial, algún tipo de recurso alternativo al carbón que nos diera trabajo a todos, se han gastado todo el dinero en estupideces”.

Desprotegidos ante el Gobierno y desprotegidos ante sus propios líderes sindicales, a los mineros y trabajadores de las cuencas se les ha impuesto una situación en la que solo se divisa una disyuntiva  ante la que no les queda  más alternativa que levantarse, luchar y exigir lo que les pertenece, rebelarse contra ambos elementos abusadores de su poder: Gobierno y sindicatos.

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Habría que preguntar a muchos mineros de Victorino, si los pobres se atreven a decirlo, cuántas horas están la mina, en qué condiciones trabajan y cuánto cobran, porque una parte lo cobran en A y otra en B, bajo unas condiciones pésimas y desde luego pasando más de 40 horas semanales en la mina, las que les manden. Algunos van incluso enfermos a trabajar porque saben que Victorino les puede echar a la puta calle cuando quiera y como quiera. ¿Y ahora pretenden echarnos a todos y cerrar lo poco que nos queda? La violencia es de ellos hacia nosotros, no de nosotros hacia ellos. Nos están obligando a rebelarnos. La sociedad tiene que despertar, tiene que moverse, tiene que ver que hoy están desahuciando al paisano, pero mañana puedes ser tú, tiene que ver que no nos dan alternativa real de trabajo, cerrando esto no queda nada. ¿Hasta qué punto estamos llegando?

Hay mucha polémica suelta ahí fuera, fruto de prejuicios o de ignorancia. Es cierto que algunos mineros, que se juegan la vida a diario, tienen un sueldo que supera el mileurismo. Sin embargo, los hay, y no son pocos, cuyas cuotas mensuales rozan los insuficientes 900 €. Respecto a las prejubilaciones, podemos decir lo mismo,  dependen del puesto que alcanzaron a lo largo de su vida laboral, ya sea por azar o por amiguismo. La estrategia del Gobierno para ir reduciendo el número de trabajadores por pozo ha sido ofrecer sumas considerables para tentar a la prejubilación, aunque la segunda parte del convenio, en la que se obligaba a contratar a nuevos trabajadores en relación con los que se prejubilasen, no la hayan cumplido en absoluto. Así, poco a poco, se han ido reduciendo las plantillas y cerrando pozos. Hay quien dice que ese fue el gran error, que nadie debió aceptar ni una sola prejubilación sin asegurarse antes la contratación de otro trabajador.

Nos compraron con unas prejubilaciones sin mostrarnos la letra pequeña, no nos dijeron que con ellas deberíamos mantener a nuestros hijos y nietos pues no tendrían futuro para entonces. La gente cree que luchamos por nosotros, pues no, nosotros estamos luchando por las generaciones que vienen detrás. Y mientras, todos los que organizaron esto se van de rositas. Los que realmente estafaron, los que realmente robaron, son de cuello blanco, no es el pueblo. Y encima están criminalizando la protesta, están criminalizando al chaval que se rebela ante esta situación, al chaval que ya no tiene dónde ir ni dónde comer. Porque aquí hay un sector de entre 20 y 30 años que lleva un mes en huelga mantenido por sus padres, los afortunados, otros no tienen donde caerse muertos si esto se cierra. ¿Así cómo va a poder vivir la gente? ¡Miles de parados sin tejido industrial! ¿de qué vamos a vivir?”.

Represión gubernamental y policial

Mientras que se redacta este artículo,  varios mineros están siendo detenidos por unos agentes de la Guardia Civil que han entrado, pistola en mano en una población de León, sin importarles que pudieran herir a niños o ancianos en las calles. También en Asturias, en Pola de Lena, uno puede contemplar con inaudita facilidad imágenes que recuerdan a los tiempos de guerra ¿Quién dice que estos no son, para los mineros, momentos peores que los originados por una guerra? Los representantes sindicales, en lugar de dar la cara y responder los políticos siguen, puro en mano, calentando sus sillones. Mientras, mineros y policía se enfrentan día a día en una lucha que parece no tener fin, al menos ningún final feliz.

Suena el teléfono, otro compañero está desaparecido desde ayer. Puede que haya sido detenido y trasladado al Cuartel General de la Guardia Civil en Oviedo. Al parecer se llevaron a seis personas, de los cuales, cuatro detenidos no eran ni siquiera mineros. Los antidisturbios entraron en el bar situado enfrente del Pozo Santiago y se llevaron a todos, entre ellos un pensionista que caminaba por la calle y no tenía nada que ver con el conflicto. Les acusan de alteración del orden público y atentado a la autoridad, a la espera de poder aplicar alguna ley antiterrorista y, escudándose legalmente en ella, mantenerlos encerrados durante las próximas 72 horas.

“Es una vergüenza. Detienen a paisanos indiscriminadamente. Si no consiguen cogernos a nosotros, cogen a cualquiera. Nos acusan de violentos cuando lo único que hacemos es defendernos. Nuestra lucha no es contra la policía, ni contra la Guardia Civil ni contra los antidisturbios. Nuestra lucha es contra los políticos que están acabando con nuestras vidas. Sólo miran por ellos y nosotros les pagamos para que nos representen no para que nos roben. Pero es la historia de siempre, miran por sus intereses, no por nosotros, el pueblo. Nos condenan la vida y si luchamos nos arriesgamos a multas desorbitadas y a penas de cárcel. Es increíble. El mundo al revés. Ya estamos hartos, nadie nos hace caso. Ni siquiera la prensa, ¿para qué crees que son los voladores? Si no hay voladores no tenemos ni un minuto en el telediario. Es así de triste, sí, pero es la realidad”.

Le miro y no puedo creer que de verdad esté diciendo eso. Pero una lágrima lo confirma. Cierto es, resulta asombroso el doloroso silencio con el que la prensa española está hiriendo o ignorando, en el mejor de los casos, al conflicto minero. En ningún noticiario se muestran las imágenes de las batallas campales que están sufriendo cientos de ciudadanos a diario, sólo con voladores se conceden algunos segundos. En ningún periódico se habla del fraude cometido con los fondos mineros y las subvenciones recibidas por las cúpulas sindicales. En ningún sitio se comenta el tema de las jugosas subcontratas, uno de los más preocupantes. Hay cientos de trabajadores bajo cualquier tipo de convenio, como el del metal, trabajando en minas para una serie de subcontratas que no les reconocen los derechos que tendrían si su contrato fuera el correspondiente a la minería. Personas que sufren las mismas dificultades que sus compañeros mineros, pero cobrando la mitad o menos de lo que cobran que ellos. Mismos riesgos diferentes compensaciones.

“En Asturias tenemos un problema, los referentes sindicales que tuvimos, toda la gente que se parte el pecho, la gente que tiene ideales, están apartados, son condenados por los mismos sindicatos. A mí cuando me preguntan ¿Estás en contra del sindicalismo? No, estoy a favor del sindicalismo. Sin el sindicalismo los ciudadanos, la clase obrera, no tenemos nada que hacer. El sindicato es el referente del pueblo. Pero estoy en contra de cómo actúan los sindicatos actualmente, estoy en contra de la política que ejercen, no pueden ofrecer paz social si antes no hay justicia social. Y esto lo olvidaron. Están ejerciendo una agresión social a las capas más bajas”.

Agresión ejercida por el Gobierno, por los propios sindicatos y por los “cuerpos de seguridad”. Al parecer hay varios agentes que se negaron a ejercer brutalidad contra los mineros ya que algunos miembros de sus propias familias lo son. Debería ser sabido por TODOS NOSOTROS que en las barricadas no hay solo mineros, hay también parados, estudiantes y jóvenes en situación de precariedad, padres de familia de cualquier otro sector, cuyos puestos de trabajo desaparecerán si Gobierno y sindicatos logran acabar con la minería en Asturias. Sin embargo, la mayoría de agentes no miran más allá de su porra y su casco, cientos con escopeta y escudo en mano que se adentran en poblaciones cuyo único ‘delito’ es apoyar la lucha de los mineros. Agentes que a diario hacen uso de una fuerza desproporcionada que desde luego no va incluida en su salario, al menos no en el que le pagamos los ciudadanos para protegernos, no para masacrarnos. Ya hay heridos y no solo por pelotas de goma y porrazos, sino sufriendo problemas respiratorios por los gases lacrimógenos, incluidos niños y ancianos.
¿En qué clase de sociedad democrática vivimos?

El problema es que no tenemos ni políticos a la altura, ni sindicatos, ni empresarios a la altura. Ese es el problema de este país. Los políticos deberían bajar de sus altas esferas a pie de calle y mirar lo que hay a su alrededor. Cuando hablan de bajar los sueldos ¿por qué no empiezan por ellos mismos? Se les tenía que caer la cara de vergüenza. ¿Rescatando bancos que desahucian a miles de familias? Y después ¿ nosotros somos los criminales? Hasta ahí podíamos llegar. Políticos incapaces e ineficaces, desde la derecha hasta la izquierda. Los políticos tienen que rendir cuentas al pueblo, no a sus partidos. Con la que está cayendo en Asturias, tenemos senadores del PP que están votando en contra de la minería, de lo poco que tenemos, van en contra de su propio pueblo. Políticos que prefieren traicionar a su propio pueblo por no traicionar al partido en el que militan, lo cual a mí me parece deleznable y me quedo corto. Porque lo que no puede ser uno es traidor a su tierra, jamás, bajo ningún concepto, con la tierra hay que morir”.

Pocos fueron los que le echaron valor y no apoyaron la decisión del Gobierno de sustraer un 63% de las ayudas a la minería. Tenemos el ejemplo del senador Juan Morano que, al no seguir las directrices de su partido y ser leal a sus principios, ha sido suspendido temporalmente de militancia por “deslealtad” hacia su partido, se le ha abierto un expediente y se enfrenta a una multa de 2.000 €. ¿Éste es el país democrático en el que vivimos?

¿Qué intereses tiene el Gobierno para querer acabar con el carbón español?

Obviamente lo que sale rentable es producir muy barato y vender muy caro. Se produce en el ‘tercer’ mundo y se vende en el ‘primer’ mundo, eso es la rentabilidad económica para ellos. No hay pueblos pobres, hay pueblos explotados. A ver si empiezan a crear riqueza de la que tenemos y no a base de explotar a otros países. La mafia del carbón en este país es tremenda, el blanqueo que se hizo con el carbón de fuera que era mucho más barato, metiéndolo en las minas de aquí para venderlo como carbón nacional y llevarse todas las subvenciones correspondientes, es una vergüenza. Tenían que estar todos en la cárcel. Desde luego, el que no es culpable de esta situación es el minero”.

Su mujer le coge de la mano y se la aprieta. Sigue en silencio. Él la mira y baja la cabeza, ambos temen lo que se les viene encima.

“Como asturiano me siento traicionado, humillado. Cuando me dicen a mí: ¿Por qué luchas?, yo respondo: ¿pero cómo no voy a luchar?. Tengo que luchar, no por mí, sino por lo que viene detrás. No es solo el carbón. No. Yo ahora mismo lucho por Asturias, por mi pueblo, por mi tierra. El conflicto del carbón es solo una parte. Asturias es el conjunto, Asturias es el parado la construcción, el parado del metal, el parado del campo, el parado del sector naval. Asturias somos todos, una región entera. Queremos que se unifiquen todas las luchas, estar todos unidos para poder cambiar este sistema. Yo lucho por Asturias, y voy a luchar hasta que muera”.

Luchar hasta el final

El movimiento minero en sí es el último referente de lucha de clases. La minería es el único sector que es capaz de unirse y hacer un frente común de lucha contra el poder del capital que les oprime por todas partes. Saben lo que cuesta luchar por alcanzar conquistas sociales, saben luchar por ello. Es su propia historia, generacional y cotidiana. Lo llevan en la sangre, una lucha reivindicativa que les corre por las venas endurecidas por el carbón.

No nos deberíamos conformar siquiera con la negociación que pretenden los sindicatos, no deberían robarnos un 60% de las ayudas, ni un 40% ni nada de nada. ¿Reclamar que no cierren minas? Al contrario, debemos luchar porque abran muchas más, por unas condiciones de trabajo humanas, por el reparto de trabajo y reducción de la jornada. Si lo consiguieron en la revolución industrial, si lo consiguieron en los 60 ¿cómo no lo vamos a conseguir nosotros ahora que tenemos más medios para ello? No lo conseguiremos si nos creemos la propaganda que nos quieren meter, si nos quedamos en casa creyendo que aunque vayamos al parlamento de Asturias o al de Madrid no conseguiremos nada. No hombre no, hay que luchar, debemos luchar hasta el final”.

Me da la mano y a continuación un abrazo “No pongas mi nombre pero cuenta todo lo que te he dicho, debemos empezar a decir la verdad, que todo el mundo sepa lo que está ocurriendo, lo que nos están haciendo. Gracias por escucharme. Nos vemos en Madrid “.

El 11 de julio, miles de mineros, trabajadores de otros sectores y familias enteras estarán en Madrid para recibir a la Marcha Negra, que camina desde el 22 de junio procedente de diferentes puntos de España. La manifestación culminará frente al Ministerio de Industria, a la espera de recibir una respuesta que les permita volver a sus casas con un futuro digno ante el que no tengan que agachar la cabeza o dejarse vencer por la necesidad y el hambre.
Sin embargo, ahora es el turno del Gobierno: o toma medidas al respecto o ignora las exigencias de los ciudadanos a los que representa, ¿será capaz de rectificar y estar, por una vez, a la altura de las circunstancias?

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