Raül Romeva i Rueda

El servei de premsa del Parlament Europeu ha elaborat el següent text en relació a l’informe Lamassoure-Severin, actualment en discussió a la Comissió d’Afers Constitucionals del Parlament Europeu (AFCO), en el qual es planteja, entre d’altres, els termes d’una de les qüestions que ara com ara està pendent de concretar en el marc del Tractat de Reforma de la UE, això és, quants escons corresponen a cada Estat membre per a la legislatura 2009-2014. I és que les eleccions europees de 2009 semblen llunyanes, però no ho estan tant.

El Parlamento Europeo es la Cámara con mayor número de miembros elegidos por sufragio universal en el mundo. Las sucesivas ampliaciones han ido aumentando el número de eurodiputados, que hoy se sitúa provisionalmente en 785 como consecuencia de la adhesión de Bulgaria y Rumanía, pero que según el proyecto de Tratado de reforma que está en fase de elaboración debería situarse en 750 de cara a las elecciones europeas de 2009. ¿Cómo distribuir adecuadamente los escaños? (segueix…)

La redistribución de los escaños del Parlamento Europeo (PE) se enmarca en el proceso de reforma abierto en la Unión Europea. En 2001, el Tratado de Niza estableció el número total de escaños en 736, mientras que el proyecto de Tratado de reforma que previsiblemente será aprobado a finales de octubre establece un máximo de 750, considerando que cada Estado miembro no debe estar representado por menos de 6, ni por más de 96, europarlamentarios. Sin embargo, desde la entrada de Bulgaria y Rumanía en la Unión Europea, el Parlamento Europeo cuenta de forma provisional con 785 eurodiputados. Es necesario, por tanto, establecer una nueva distribución de los escaños de la Eurocámara.
 
¿Fórmulas matemáticas? 
El Parlamento Europeo ya ha comenzado a trabajar en un informe sobre la materia en el que los ponentes, el francés del Partido Popular Europeo Alain Lamassoure y el socialista rumano Adrian Severin, han abordado el reto de lograr una distribución "que refleje más adecuadamente la realidad democrática de la Unión Europea", explica Severin. Una tarea "delicada", admite Lamassoure, para la que se ha llegado a consultar a expertos en matemáticas, en busca de la solución con la que todos los Estados miembros estén mejor representados.
 
Sin embargo,  Lamassoure explica que "no existe una fórmula matemática" para la distribución de los escaños, sino que su propuesta se basa en el principio de la "proporcionalidad regresiva", según el cual el número de escaños de cada país debe ajustarse a la población del mismo, asegurando a la vez una representación suficiente de los Estados menos poblados.
 
Nueva distribución
 
El pasado día 11 de septiembre, los dos ponentes del texto parlamentario presentaron su proyecto, en el que se propone una nueva distribución de los escaños de la Eurocámara, ante la comisión de Asuntos Constitucionales del PE. Para los ponentes, su propuesta establece "una situación en la que todos ganan". "Se trata de realizar un esfuerzo colectivo para lograr una Unión Europea con un mayor grado de legitimidad y un Parlamento más eficaz", afirma Lamassoure, agregando que "la razón y la lógica deben prevalecer sobre las pasiones e intereses nacionales".
 
El ponente menciona España como ejemplo del Estado en el que cada eurodiputado representa a más ciudadanos. "Mientras cada diputado alemán representa a 832.000 ciudadanos, por cada parlamentario español son 875.000". Por este motivo, en la propuesta de nueva distribución de escaños, España mantiene los 54 eurodiputados con que cuenta ahora tras la ampliación "excepcional" de la Eurocámara a raíz de la entrada de Bulgaria y Rumanía, lo que supone cuatro europarlamentarios más de los establecidos por el Tratado de Niza (50).
 
Proporcionalidad regresiva
 
Además de establecer un nuevo reparto de los 750 escaños con que contará la Eurocámara, el informe redactado por Lamassoure y Severin también define el concepto de proporcionalidad regresiva, que aunque fue introducido por el Consejo, carecía de contenido concreto. Así, enumeran los principios en los que se basa dicho concepto, como el de "solidaridad", que implica que los Estados con mayor población acepten disponer de menos escaños de los que le corresponderían si se calcularan en proporción a su número de habitantes. El objetivo es asegurar que los Estados más pequeños estén mejor representados en la Eurocámara.
 
Otro de los principios rectores de la proporcionalidad regresiva es el de "flexibilidad justificada", por el que se adapta la modificación del número de escaños para reducir al mínimo las diferencias de representación entre los Estados. Por último, el principio de "representación nacional" busca garantizar que cada país disponga de suficientes escaños como para que sus principales partidos políticos estén presentes en la Eurocámara.
 
Está previsto que el informe elaborado por Lamassoure y Severin sea sometido a votación por el Pleno del PE el 11 de octubre. De adoptarse la propuesta, ésta podría ser incluida en el nuevo Tratado de reforma durante la Cumbre de octubre en Lisboa, explica Lamassoure.

Font foto: europarl

Per a qui vulgui seguir els esdevenirs de la Conferència Intergovernamental en què s’ha d’acordar el contingut del futur Tractat de la UE ho pot fer a través de la pàgina web del Consell, o directament a la de la CIG 2007. L’esborrany del Projecte de nou Tractat es pot consultar aquí. Els termes del mandat de la present CIG són aquests, i els riscos a tenir especialment en compte, un altre cop, passen per l’actitud d’alguns dels governs més reticents a fer avançar la UE, especialment el britànic i el polonès, però no només aquests. Caldrà estar, per tant, especialment amatents. (segueix…)

In the light of the outcome of the 2000 IGC which resulted in the Nice Treaty, the European Council decided at the end of 2001 to organise a Convention to look at how the Union could be made more democratic, transparent and efficient.  This Convention, which met between March 2002 and July 2003, drew up a Treaty establishing a Constitution for Europe which was intended to replace the existing treaties.  It was subsequently submitted to an IGC and was agreed, slightly amended, in June 2004, and signed in October the same year.

 

The problems encountered in 2005 during the process of ratifying the Constitutional Treaty led the Union to engage in a process of reflection on future reform.  This resulted in June 2006 in an invitation from the European Council to the future German Presidency to prepare a report on the way forward.

 

This report, together with the work undertaken by the German Presidency, allowed the European Council at its meeting on 21-22 June 2007 to agree on the convening of an IGC in order to draw up a "Reform Treaty" amending the existing treaties with a view to enhancing the efficiency and democratic legitimacy of the enlarged Union, as well as the coherence of its external action.  The IGC will carry out its work in accordance with the detailed mandate agreed by the European Council.

 

The IGC is due to complete its work as quickly as possible, and in any case before the end of 2007, so as to allow for sufficient time to ratify the resulting Treaty before the European Parliament elections in June 2009.  As agreed by the European Council, the Portuguese Presidency will draw up a draft Treaty text in line with the terms of the mandate and will submit this to the IGC as soon as it opens.

 

The IGC will be conducted under the overall responsibility of the Heads of State or Government, assisted by the members of the General Affairs and External Relations Council. A representative of the Commission will participate in the Conference. The European Parliament will be closely associated with and involved in the work of the Conference with three representatives. The General Secretariat of the Council will provide the secretariat support for the Conference.

Font foto: Consilium

Preocupats i preocupades per l’anomenada declaració unilateral que Polònia va aconseguir imposar en la darrera reunió del Consell quan es va acordar les bases pel futur Tractat de la UE, des de l’Intergrup pels drets LGBT del Parlament Europeu hem volgut posar de manifest aquesta preocupació enviant una pregunta a la Comissió demanant el sentit i l’abast concret de la declaració. La pregunta és la següent (segueix…):

Written Question to the Commission on the Unilateral Declaration made by Poland regarding the Future Treaty and, in particular, the Charter of Fundamental Rights, by Sophie In ‘t Veld (ALDE), John Bowis (EPP-ED), Michael Cashman (PSE), Raul Romeva (Greens), Lissy Gröner (PSE), Luis Yañez-Barnuevo (PSE)

The European Summit on June 21st and 22nd agreed a draft mandate for the Intergovernmental Conference to be concluded under Portuguese Presidency. One of the proposed changes concerns the Charter of Fundamental Rights, which is to have binding status, but it will not be integral part of the Treaties.

In footnote 18 of the Summit Conclusions, Poland has added the following unilateral declaration :The Charter does not affect in any way the right of Member States to legislate in the sphere of public morality, family law as well as the protection of human dignity and respect for human physical and moral integrity.

– What is the legal status of this declaration?

– Should this declaration be included in the new Treaties, what would be the consequences for the application of the Charter of Fundamental Rights?

Foto: Els ja tristament famosos bessons Kaczynski. Font: BBC

Adjunto article que em publica avui El Periodico en relació al futur Tractat de la UE:

Un repte per als europeistes (per Raül Romeva, El Periodico, 11/07/07):

"Tenint en compte que encara no disposem de la lletra petita del futur Tractat de la UE (falta convocar la Conferència Intergovernamental), la pregunta que se’ns farà a totes aquelles persones que en el seu moment vàrem dir que no al Tractat Constitucional quan se’ns va sotmetre a referèndum és: trobeu que aquest nou tractat serà millor o pitjor que el que vàrem votar?  (segueix…)

En termes generals diria que l?acord és, com també ho era el Tractat Constitucional, insuficient, però que ara les perspectives són diferents, entre altres coses perquè hi ha més consciència de la veritable situació. No és el moment ara de reprendre la fractura entre els europeistes que van optar per un sí crític i els que hi ho vàrem fer per un no europeista. L?eix del debat, ans al contrari, ha de ser entre aquells que volem més i millor Europa, front aquells a qui ja els està bé la situació actual, o que fins i tot en volen menys.

Quan a l’Estat espanyol es va sotmetre el projecte de Tractat Constitucional a referèndum, amb massa pressa i poc debat, vàrem ser força gent qui en base a uns postulats manifestament europeistes lamentàvem importants deficiències tant en el procés, com en la forma, com en el contingut del text que se’ns demanava ratificar, i això, insisteixo, tant des de les files del sí com del no. A l?hora d?avaluar el nou tractat és pertinent fer també una aproximació des d?aquesta triple vessant.

Pel què fa al procés cal tornar a lamentar la dinàmica de secretisme i la manca de transparència de la qual, fins i tot, Angela Merkel n?ha fet bandera. Cal no oblidar que per part dels europeistes es va lamentar profundament que s’hagués menyspreat de la manera com es va fer la feina feta en el sí de la Convenció per a un Constitució Europea afegint en la Conferència Intergovernamental posterior nous apartats en unes Parts III i IV que desvirtuaven el consens de la Convenció. Aquesta tendència a un cert ?despotisme il·lustrat? intergovernamental en temes europeus no ha canviat. Aquest cop, de fet, no hi ha haurà ni tan sols Convenció, i per tant cap opció a que actors no governamentals puguin intervenir en la redacció del text. El segon error pel què fa a procés té a veure amb què els referèndums es fessin amb una lògica estatal, malgrat que van ser constants les veus europeistes en favor d?un referèndum únic a escala europea, la qual cosa hauria facilitat centrar el debat en la construcció europea i reduir la dimensió de la política estatal en els mateixos. Tampoc en aquest sentit sembla que hi hagi voluntat d?esmena ja que ara ni tan sols es plantegen fer referèndums allà on no sigui obligat constitucionalment.

Pel què fa a la forma, ens trobem ara davant d’un Tractat pur i dur, i no amb un text que no és ni un Tractat, ni una Constitució, però que a la vegada pretén ser totes dues coses. Els termes estan ara, almenys, més clars.

Finalment, pel què fa al contingut, em satisfà constatar que en tant que Tractat millora els actuals, i que moltes de les diverses aportacions positives que hi havia en el Tractat Constitucional es mantenen. Algunes es maquillen canviant-los el nom, és cert (cas del Ministre d?Afers Exteriors), però en essència tots aquells aspectes que ja saludàvem llavors segueixen endavant. Entre d’altres, cal felicitar-se pel fet que la Carta de Drets Fonamentals mantingui el seu caràcter jurídicament vinculant (malgrat la clàusula opt-out imposada pel Regne Unit o la declaració unilateral de Polònia), la incorporació de la Iniciativa ciutadana, així com per les millores en relació al nombre de matèries colegislatives o a les que es decidiran per majories qualificades en lloc de per unanimitat. En especial cal saludar les millores respecte del Tractat Constitucional en temes com l’energia o la lluita pel canvi climàtic.

Que l?acord és, malgrat tot, insuficient, és un fet. Però el problema, penso, no rau en els resultats negatius als referèndums a Països Baixos i França (recordem, per exemple, que encara faltava que votessin Regne Unit i Dinamarca, on el resultat s?intuïa, com a mínim, incert), sinó que té una arrel més estructural. En altres paraules: el cafè per a tothom no serveix, tampoc, per a la UE. És evident que cal que hi hagi, en termes institucionals, un acord marc, de base, cosa que fan els Tractats, però consensuar una Constitució és, ara com ara, quedar sotmesos a les voluntats dels més euroescèptics.

Per als qui defensem el federalisme asimètric, tant a l’Estat espanyol com a la UE, és el moment de mirar endavant a partir d’una estratègia de dues velocitats, cosa que, de fet, ja existeix (Euro, Schengen, Defensa,…). Una estratègia en aquest sentit permetria a la vegada afrontar un projecte d’unió política, potser més reduït, però també més convençut, a la vegada que més conscient de la diversitat de pobles, llengües i nacions que, més enllà dels Estats, fan i volen seguir fent més Unió Europea. Tot un repte per als europeistes, més enllà si en el referèndum van optar pel sí crític o pel no europeista. Però és que així es construeix el somni d’Europa, somniant-hi, sense deixar de treballar-hi."

Font foto: Caps d’Estat i de Govern en la reunió del Consell Europeu dels dies 21 i 22 de juny de 2007, a Brussel·les. Font: Consell de la UE    

A hores d’ara només comptem amb els grans titulars del què ha de ser el futur Tractat de la UE. Manca la lletra petita, la important, per la qual cosa és encara prematur avançar quin hauria de ser la nostra postura en el moment en què toqui votar el text, no en referèndum, que ja se’ns ha avisat que a l’Estat espanyol no n’hi haurà, sinó al Congrés. De moment, però, la meva impressió inicial és que, a grans trets, el futur Tractat incorporarà la majoria d’aspectes que suposen un avenç respecte dels Tractats actualment vigents, els quals havien estat fonamentalment acceptats a la Convenció per a una Constitució Europea i que saludaven tant els partidaris del sí crític com els del no europeista en el marc del referèndum sobre el Tractat Constitucional. (segueix…)

Alguns aspectes es maquillen canviant-los el nom, és cert, però en essència, tots aquells aspectes que ja saludàvem llavors segueixen endavant, posant de manifest, tal i com dèiem alguns, que el fet que no s’aprovés el Tractat Constitucional no impedia en absolut que aquesta aspectes positius fossin adoptats més endavant. Entre d’altres aspectes, cal felicitar-se pel fet que la Carta de Drets Fonamentals mantingui el seu caràcter jurídicament vinculant, així com per les millores en relació al nombre de matèries colegislatives o a les que es decidiran per majories qualificades en lloc de per unanimitat. En especial cal saludar les millores respecte del Tractat Constitucional en temes com l’energia o la lluita pel canvi climàtic. Queden fora aspectes de caràcter més simbòlic, cosa que, per altra banda, només fa que posar de manifest que si volem seguir avançant cap a una veritable Unió Política, no ho podem fer sotmesos al continuat fre (en alguns casos directament xantatge) dels més euroescèptics. Cal pensar ja en com seguir avançant en diferents velocitats (veure apunt Unió Europea: més ambició, diferents ritmes (publicat a El Punt el dia 29/03/07) )

Ara bé, el principal problema que cal lamentar, un cop més, és l’elevadissim grau de secretisme amb què s’ha dut tot el procés, secretisme del qual Angela Merkel n’ha fet continuament bandera. Per ara comptem només amb unes conclusions del Consell de la UE dels passats 21 i 22, i amb la informació que ha anat apareixent en premsa.

Avui, precisament, Angela Merkel ens visita al Parlament Europeu i tocarà demanar-li que doni una mica més de llum a les parts de l’acord que no coneixem, ni tan sols a l’Eurocambra. I és que, no ho oblidem, un dels motius que va generar més desafecció entre molta gent europeista és la poca capacitat d’implicació i de participació demostrada per part dels governs dels Estats en tot el procés de construcció europea. En aquest aspecte, almenys, no sembla que hagin après la lliçó. 

Font foto: Consell UE

En el marc de l’actual debat sobre el futur del Tractat Constitucional tothom està marcant les seves línes vermelles. La setmana passada ho va fer el Parlament Europeu, i recentment ho va fer també la Confederació Europea de Sindicats (CES). Aquesta darrera, a més a més, va convocar a l’inici de la cimera europea que està tenint lloc a Brussel·les (i que sembla que va per llarg), una assemblea de les organitzacions sindicals membres, per tal de reivindicar la Carta de Drets Fonamentals. I és que en el marc del debat que el Tractat Constitucional va significar entre les diferents families sindicals europees, hi havia en qualsevol cas un absolut consens sobre el fet que la Part II del Tractat, és a dir la Carta de Drets Fonamentals, era innegociable, com també ho és pel Parlament Europeu, i per descomptat pels Verds Europeus i per ICV. Adjunto la Declaració urgent sobre la Carta de Drets Fonamentals (CAT) (i en versió en castellà Declaración urgente sobre la Carta de Derechos Fundamentales (ES) ). (segueix…)

Declaració Urgent sobre la Carta de Drets Fonamentals:

Fer que la Carta sigui jurídicament vinculant

La CES ha tingut coneixement, amb gran preocupació, que s’han formulat propostes, durant discussions intergovernamentals reservades, per relegar la importància de la Carta de Drets Fonamentals en qualsevol tipus de nou minitractat possible de la Unió Europea. La Carta hauria d’haver estat plenament integrada si el projecte de Tractat constitucional hagués estat adoptat, com és desig de la CES. Hi ha un ampli suport perquè la Carta sigui plenament reconeguda en el dret comunitari. En la seva situació jurídica actual, s’aplica plenament en les institucions comunitàries, però la forma en què ha de ser aplicada als estats membres segueix sent ambigua, la qual cosa suposa una important limitació.

La Carta de Drets Fonamentals va ser aprovada en el Consell Europeu de Niça, el 2000. La CES va organitzar una manifestació massiva a Niça, que va reunir 60.000 persones, per reclamar l’adopció de la Carta com a part del Tractat de Niça i fer-la plenament vinculant per a la UE i els estats membres. Però va fracassar. El 2001, després d’una altra manifestació massiva de 100.000 persones a Brussel·les, la CES va aconseguir representació en la convenció encarregada de revisar els tractats europeus. Aquesta convenció, els treballs de la qual es van portar a terme amb àmplia participació pública, va recomanar la plena incorporació de la Carta en els tractats europeus.

Actualment, és la Carta més progressista aconseguida per un moviment sindical en el món: situa els drets econòmics i socials al mateix nivell que els drets humans. De manera més específica, garanteix els drets a la informació i a la consulta, i els drets a negociar i portar a terme accions col·lectives, inclosa la vaga. Garanteix una protecció contra els acomiadaments injustificats, els drets de seguretat social i el principi de condicions de treball justes, així com l’accés als serveis públics.

Acció

Per a la CES, la Carta és un element essencial del futur d’Europa. La Carta va ser concebuda per acostar Europa a la gent, i si se suprimeix o es redueix, tota l’Europa social en sofrirà les conseqüències. La Carta és el fonament d’una política social ambiciosa, que té en compte la necessitat d’una societat plural que dóna lloc a més ocupacions, i de millor qualitat.

Els governs de la UE, la Comissió Europea i el Parlament Europeu han de tenir clar que la CES no donarà el seu suport a cap nou tractat que no doni a la Carta un caràcter jurídic vinculant, sense ambigüitats. Farem campanya contra qualsevol iniciativa que intenti ometre o relegar la seva importància, i portarem a terme accions davant del Parlament Europeu i els parlaments nacionals. Mentrestant, ens mobilitzem per aconseguir que les nostres opinions siguin escoltades pels caps de govern que assisteixin a la cimera dels dies 21 i 22 de juny a Brussel·les. A més a més, demanarem als afiliats/des de cada país que facin campanya per assegurar que els caps de govern que participin en la cimera de la UE prenguin la decisió correcta. Mentre l’Europa social estigui en perill, Europa també ho està.

Una delegació de dirigents sindicals, amb el suport d’una manifestació de sindicalistes, es reunirà amb els presidents de la Comissió i del Parlament Europeu i amb el govern belga. Demanarem a les organitzacions afiliades que enviïn delegats a aquesta manifestació perquè passem a l’ofensiva en favor d’una Carta de Drets Fonamentals.

Font foto: CES

Interessant article del company de Grup Verds/ALE i eurodiputat per Le Verts, Alain Lipietz, en relació a la situació actual i el futur de l’esquerra verda a França, publicat a Libération el 17 de maig de 2007.

L’écologie doit être l’anneau manquant entre le Parti socialiste et le centre. L’alternance n’a pas joué. Les Français ont majoritairement préféré une politique sociale et sécuritaire dans la continuité aggravée de celle menée depuis cinq ans. Et les premiers jours du Président annoncent la couleur : discours "modernisateur" ringardisant l’opposition, et corruption passive (plusieurs siècles de Smic acceptés en cadeaux privés du grand patronat en quelques heures !). (segueix…)

On dit Thatcher + Berlusconi. Il faudrait ajouter Giscard (la modernisation de 1974) et Menem (l’ex-président argentin, pour le mélange de populisme, d’ultralibéralisme et de liens festifs affichés avec le business).

Les fautes tactiques du PS sont les raisons les plus repérables de la défaite. Ce parti a cultivé l’illusion qu’il avait perdu l’élection de 2002 à cause de la "dispersion". En réalité, la gauche était déjà très minoritaire. Renonçant à "l’alliance de la gauche et des écologistes" qui l’avait emporté en 1997 et 2004, il a cru pouvoir profiter du "vote utile" pour écraser ses alliés. Puis il n’a pas osé offrir ce qui aurait pu autonomiser le centre de la droite : une forte dose de proportionnelle.

Cette incapacité tactique reflète le désarroi de sa direction et la crise d’une gauche sortie en lambeau des débats sur la laïcité et sur le référendum européen. Un consensus s’est écroulé, qui remontait parfois à l’affaire Dreyfus.

Avoir voté non, "contre Chirac et le Medef", au référendum de 2005 : compréhensible. Avoir cru qu’un non déboucherait sur un meilleur traité : erreur admissible. Mais que des dirigeants de gauche n’aient pas osé expliquer que, face à un capital européanisé, il fallait européaniser la politique et accepter un pas en avant vers une constitution fédérale, c’est ignorer la définition du libéralisme qu’ils prétendent combattre. Le non de 2005, reconduction de l’Europe ultralibérale existante, annonçait la "non-alternance" de 2007. Quand des musulmanes refusent le voile qu’on les oblige à porter : bravo. Que des militantes approuvent l’exclusion de jeunes filles qui le portent en signe de révolte ou d’identité, c’est n’avoir rien compris aux enjeux libérateurs de 1905.

Le camp progressiste est en crise profonde. L’impression de bricolage qu’a parfois donnée la campagne de Royal traduisait non l’impréparation d’une femme, mais la tentative d’y répondre en allant piocher ailleurs que dans les carrières épuisées de la vieille gauche, sous le silence étourdissant des intellectuels.

En face, Sarkozy offrait un bloc idéologique cohérent, Thatcher-Reagan-Bush avec les moyens de Berlusconi. Et ce bloc a clairement une base sociale, la "société en sablier". Un quart de siècle de libéralisme a si bien remodelé la société qu’il y a aujourd’hui deux France. Sarkozy a su incarner l’une, tout en séduisant une partie de l’autre. Il y a la France des gagnants ou de ceux qui peuvent encore espérer gagner, jeunes décrochant enfin un emploi, entrepreneurs, rentiers, papy-boomeurs (mais pas les mamy-boomeuses !) aux retraites et à l’épargne confortables, qui se sont vu offrir des gages par Sarkozy. Et il y a l’autre France, qui s’est retrouvée derrière Royal, mais dont une partie a voté Sarkozy, qui a su capter les mythes sécuritaires et identitaires lepénistes, baume pour son désespoir.

Terrible est la disparition de la conscience de soi ouvrière, cette conscience de pouvoir un jour construire un monde nouveau. La gauche n’a pas compris que le modèle scandinave dont elle se gargarise suppose une implication négociée des travailleurs dans le processus de production. "Réhabiliter la valeur travail", ce n’est pas faire travailler les gens plus tôt et plus longtemps. C’est rendre à chacun la fierté d’une activité qualifiée, participant aux choix techniques, gratifiante, avec un statut stable.

Plus largement, la gauche n’a pas su inventer une voie pour le XXIe siècle répondant aux défis des crises écologiques et de la mondialisation, dont les réponses sont essentiellement européennes. La pollution n’a pas de frontière : on ne peut agir contre le changement climatique et les molécules tueuses qu’en domptant le marché par une politique européenne. Les marchandises et les capitaux circulent librement à travers l’Europe : il faut des droits sociaux européens. Elle n’a pas su non plus, au niveau local, inventer une version plus chaleureuse, de la protection sociale : sécurité contre la solitude et les peurs de la vieillesse. Car le sentiment d’insécurité ne peut être combattu que par un resserrement des liens sociaux. Cela passe par une relance de l’activité associative, du tiers secteur d’économie sociale et solidaire, des régies de quartiers, tout autant que par une police de proximité.

Europe, tiers secteur, implication des travailleurs, furent avec l’écologie (évacuée d’un pacte en début de campagne) les grands absents de cette campagne. Ils pourraient devenir les piliers d’une gauche nouvelle.

La galerie des "traîtres" illustre ce qui ne peut plus durer dans la gauche à venir. Besson : les complicités imprudentes avec les technocrates du grand capital. Tapie : les tendresses pour l’entreprenariat un peu canaille. Allègre : l’arrogance scientiste. Glucksmann et le versant autoritaire de Mai 68. Charasse et le sexisme. Et aussi la gauche-qui-refuse-de-se-salir-les-mains, les Onfray appelant un jour au non au traité européen, le lendemain au vote nul face à Sarkozy.

Tout n’est pas perdu. La droitisation de la droite a déclenché son antidote : une scission du centre. L’électorat de Bayrou a donné la majorité à Royal dans les centres-ville et dans tout l’Ouest. Ailleurs, avec le FN, il a assuré le triomphe de Sarkozy. Cette brèche entre la droite et une partie du centre a permis à l’Italie de sortir du règne de Berlusconi. Les électeurs de Bayrou qui n’ont pas osé voter Royal auraient pu inverser le résultat. Ils peuvent encore le faire au vote décisif, le deuxième tour des législatives.

La gauche ne doit pas pour autant s’aligner sur le centre, mais se rénover de façon à pouvoir le rallier à elle. Et l’anneau manquant entre le centre et la gauche est à chercher dans l’écologie politique. Car l’écologie, urgence universelle, ne peut être réalisée que sous les valeurs de solidarité, avec les armes de la démocratie, face à la dictature des marchés.

© 2007 Factiva, Inc. All rights reserved

Foto: Alain Lipietz. Font: Lipietz.net

Polònia està donant darrerament grans i importants titulars, tot i que, em temo, no dels que agraeixen les persones preocupades pel respecte drets fonamentals. Lleis com la Llei sobre la Lustració, o la proposta de Llei que havia d’impedir parlar d’homosexualitat a les escoles i universitats són molt més que una deriva autoritarista dels ja tristament famosos bessons Lech i Jaroslaw Kaczynski (president i primer ministre de Polònia). Ambdós temes han estat abordats reiteradament al Parlament Europeu. El primer, quan l’eurodiputat polonès del Grup ALDE, Bronislaw Geremek, a qui ningú negar la seva ferma oposició al règim comunista que va governar Polònia fins l’any 1989, va rebutjar col.laborar amb el govern en no declarar si havia tingut o no contactes amb els serveis secrets comunistes. La seva raó per no fer-ho està més que justificada: aquesta llei suposa (segueix…)

Mentre alguns governs s’esforcen en convèncer els ciutadans i ciutadanes de les bondats del procés de construcció europea, i es lamenten de com és que la gent no surt en massa al carrer embolicada amb la bandera blava estelada i xiulant la novena de Beethoven, aquests mateixos governs sucumbeixen a les implacables pressions de determinats sectors econòmics, com ara les companyies de telefonia, a l’hora de fer de la UE un espai de negocis rendibles a la seva mida. I és que, després de setmanes de complexes negociacions relatives als preus de les trucades per telèfon mòbil fetes o rebudes des de l’estranger, cal concloure que, un cop més, els interessos de la ciutadania en quedat a segon terme (veure la crònica que en fa Eliseu Oliveras, corresponsal del Periodico a Brussel.les, o la nota que ha fet en David Hammerstein en nom del Grup). La qüestió és la següent:  (segueix…)

cada cop que sortim de l’Estat en què tenim contractat el nostre telèfon mòbil s’activa allò que coneixem com el roaming, el qual ens permet, gràcies a les interconnexions entre xarxes, telefonar a un preu molt més elevat que si estiguéssim a l’Estat del contracte, i rebre telefonades però pagant nosaltres part del cost de la mateixa. Tot plegat, lògicament, suposa uns elevadíssim ingressos per a les companyies de telefonia, i unes enormes despeses per a la ciutadania i les empreses, que cada cop ens movem més. La Comissió Europea va fer una proposta per abaratir els preus a escala europea, la qual va ser debatuda i votada al Parlament Europeu amb el resultat que podeu consultar aquí. Aquesta proposta d’abaratiment, però, ha estat revisada a l’alça pels governs, alguns dels quals, com l’espanyol, ha primat clarament els interessos de Telefònica.

Així, els ciutadans i ciutadanes seguiran sense entendre com és que telefonar a un amic de Barcelona des de Toulouse costa fins a tres vegades més que fer-ho des de Figueres, i encara menys com és que si els telefonen des de Vic estant a Paris, és el receptor qui ha de pagar més de la meitat de la telefonada.

Sens dubte hauria estat un gest molt més europeista eliminar aquesta incomprensible situació, enfrontat-se si calia a les companyies telefòniques, que totes les campanyes, fulletons, banderes i concerts en favor d’Europa que puguem fer. I és que al cap i a la fi, són aquesta mena d’incoherències les que generen euroescepticisme.

És evident que Europa és molt més que una idea abstracta, un himne i una bandera. Però no n’hi ha prou amb dir-ho una i altra vegada. Cal posar-ho de manifest amb gestos, fets i propostes concretes, i els governs han perdut una nova oportunitat de generar europeisme ciutadà per convicció, i no per imposició. 

Font foto: Quim Roser, El Periódico

Catalunya ha estat sempre, i segueix essent, malgrat tots els entrebancs que venen, també, d’Europa, un país europeïsta. Tossudament europeïsta, diria jo. I avui, 9 de maig, dia d’Europa, tocava un cop més fer-hi esment. L’efemèride ens remunta al 1950, quan el ministre francès d’Exteriors Robert Schuman va proposar, a partir d’una idea del seu assessor Jean Monnet, un pla que pretenia situar la producció francesa i alemanya del carbó i l’acer sota el control d’una autoritat única i supranacional. Aquest projecte, anomenat Pla Schuman, va donar lloc un any més tard a la creació de la primera de les Comunitats Europees, origen del procés d’integració europea que coneixem en l’actualitat. Avui, més de 500 nens i nenes de tota Catalunya i de la Llombardia han parlat davant l’Institut del Teatre de l’Europa que ells i elles somnien, i per la qual volen que treballin les institucions. (segueix…)

L’escenari, a la Plaça Margarida Xirgu, era més que pertinent, i és que la construcció europea és com una gran obra teatral en la qual el guió, els actors i actrius, els escenaris, i fins i tot la direcció, canvien constantment. La qüestió és, cal resignar-nos a ser simplement espectadors de l’obra? o pitjor encara, estem en disposició de simplement actuar com a coristes llegint les quatre ratlles d’un guió escrit per d’altres a qui, a més a més, els costa molt, massa, entendre que el català és una llengua europea més, tant digna com les altres?

La Unió Europea s’ha anat fent a base de somnis: primer va ser el somni del Rihn (unificació franco-alemanya), després el de l’Oder (ampliació cap a l’Europa de l’Est), i ara ja es parla del del Bòsfor (cap a Turquia). Però a aquests somnis cal afegir-hi els que avui ens explicaven els alumnes de les escoles catalanes i llombardeses: avui ja no parlem de superar la II Guerra Mundial, sinó de superar el conflicte d’Irlanda del Nord per la via del diàleg (cosa que caldria aplicar també a Euskadi), ja no parlem de mantenir el medi ambient a Europa, sino de fer front a un canvi climàtic devastador per a tot el món, ja no parlem de fluxes de persones creuant els pirineus o els Alps en tren, sinó de milers de persones que es juguen la vida per creuar el mediterrani, ja no es tracta que fer d’Europa un club de negocis intergovernamental, sino de fer realitat el tantes vegades escoltat discurs de l’Europa dels pobles i les persones.

Els somnis de fa 50 anys han canviat. I Catalunya també. Recordava avui el Vicepresident de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, que fa 50 anys no s’hauria pogut celebrar un acte com aquest perquè parlar d’Europa era parlar de llibertats, i això estava prohibit. Avui tenim noves eines, nova gent, nous somnis, però també nous problemes, nous fantasmes, noves dificultats, noves incomprensions.

Sigui com sigui, no crec que ni com a poble, ni com a ciutadans i ciutadanes haguem de resignar-nos a ser simplement espectadors o figurants d’aquest procés i, per tant, convé no renunciar a ser co-guionistes, co-directors, o co-tramoistes, a la vegada que, tot acceptant que en un joc d’equip cal comptar amb una gran dosi de generistat i de solidaritat, i assumint conseqüentment que per tal que l’obra funcioni cal que totes i tots assumim el nostre paper com a actors i actrius corals i de repartiment, no per això hem de renunciar a reclamar, de tant en tant, papers de solistes i protagonistes.

Dir que tot això no és fàcil, i que de vegades és fins i tot feixuc, és insistir en la obvietat. I cal reconèixer que recordar obvietats, de vegades, cansa. Però no per això cal cedir. Com tampoc cal resignar-se a seguir una sola via, ni una sola direcció. Les circumstàncies canvien tan ràpidament que cal estar atents a múltiples portes, i aprofitar les múltiples esquerdes per les quals ens podem anar encabint.

Però per poder-ho fer, cal ser-hi, insisteixo, cal voler ser actors protagonistes i no esperar asseguts al sofà de les lamentacions que ens enviin un guió a la nostra mida. Perquè no ens n’arribarà mai cap que sigui del gust de tothom.

El dilema és simple: si no volem que Europa ens (des)faci a nosaltres, cal que nosaltres fem Europa. Ningú diu que sigui senzill. És, simplement, necessari. 

 Foto: Jean Monnet i Robert Schuman.

La segona volta de les presidencials franceses ha deixat, lògicament, cares alegres i cares llargues. Confesso que més que desitjar que guanyés Segolène Royal, allò que esperava és que perdés Nicolas Sarkozy. No ha estat possible. Tal i com vaig fer a la primera volta, recomenao llegir la reflexió d’Alain Lipietz al seu bloc. Malgrat que els propers dies tindrem temps de valorar en fred tota la campanya i els encerts/errors de cadascuna de les propostes polítiques, se m?acuden almenys tres reflexions immediates: primer, un cop més l?altíssima participació (87%) suposa tota una lliçó de democràcia que, de fet, ve de lluny (recordem l?alt nivell del debat i participació sobre el Tractat Constitucional europeu, per exemple). Segon, Sarkozy ha guanyat, sí, però no ha arrassat. Això (segueix…)

vol dir (almenys així ho espero) que segurament haurà de moderar tant el discurs com algunes de les propostes incorporant algunes dimensions socials que al llarg de la campanya han quedat obviades, quan no combatudes frontalment. Les seves propostes sobre com gestionar la immigració, per exemple, especialment si ens basem en la manera com va afrontar, en tant que ministre, els incidents de les barriades de les grans ciutats, generen força dubtes sobre la seva capacitat per desactivar conflictes, i fan pensar, malauradament, que lluny de reduir la violència aquesta pot augmentar fins a nivells difícils de predir. I tercer, les conseqüències per Europa segurament no trigaran a arribar, i no precisament a favor dels arguments dels qui defensem una Europa on perdin pes els Estats i l?Economia i el guanyin les persones, els pobles i el benestar equitatiu. De moment, les reflexions que Daniel Cohn-Bendit, actualment copresident del Grup Verds/ALE al Parlament Europeu feia ara fa uns dies a Le Monde, poden ser un bon indicador de com aniran les coses per a França i per a Europa amb Sarkozy.

Daniel Cohn-Bendit : "Par rapport à Mai 68, Nicolas Sarkozy se comporte en pur stalinien"

Le Monde, | 01.05.07 | 10h41  ?  Mis à jour le 01.05.07 | 12h25

Nicolas Sarkozy a choisi de clouer au pilori Mai 68. Que lui répondez-vous ?

Daniel Cohn-Bendit : C’est la preuve qu’il ose dire n’importe quoi. Car enfin, qui était dans la rue en mai 1968 ? Pas seulement nous, les étudiants contestataires. Plus de la moitié de la France s’est alors mise en grève. C’est cela que Nicolas Sarkozy n’accepte pas. Les mots qu’il utilise sont d’ailleurs symptomatiques. Il parle de "liquider Mai 68". Il se comporte en pur stalinien. Alors que les Français veulent se réconcilier, lui s’emploie à exhumer en fin de campagne électorale des ranc?urs vieilles de 40 ans !

Derrière ce discours, quelle vous paraît être sa stratégie ?

Toujours la même : cimenter le plus possible la droite et l’extrême droite, liées par cette haine commune contre 68. Sa stratégie, c’est d’opposer une classe contre une autre, les bons contre les méchants. C’est n’importe quoi. Quand Nicolas Sarkozy dit vouloir liquider Mai 68, c’est un peu comme s’il disait vouloir liquider le surréalisme! Son programme, c’est la victoire du peuple de droite contre la gauche. C’est la fracture, la confrontation.

Les attaques portées dans son discours de Bercy étaient aussi rudes que précises : pour lui, Mai 68 a tué l’école de Jules Ferry, instillé le cynisme en politique…

Mais l’école de Jules Ferry était en crise en 68 ! La société française tout entière était en crise. Et les défis scolaires auxquels nous devons répondre aujourd’hui n’ont rien à voir avec ceux de 68. La fameuse école de Jules Ferry, dont M. Sarkozy est si nostalgique, avait pour mission d’intégrer les enfants de paysans dans une société industrielle. Alors que l’école d’aujourd’hui bute sur le défi de l’intégration et d’une société multiculturelle. Quant à la pédagogie, tous les spécialistes savent que celle-ci évolue. Le grand pari de 68, peut-être trop audacieux, peut-être erroné, était d’installer l’autorité par le savoir et le contenu. Tout n’a pas réussi. Tout n’était pas parfait. Mais ce que M. Sarkozy exprime, 40 ans après, c’est une vision figée de la société.

Beaucoup de gens, cela dit, attribuent une bonne part des problèmes d’aujourd’hui aux excès de Mai 68…

Qui se souvient de ce qu’était la société française en 68 ? Regardons-la en face : à l’époque, dans les années 60, une femme mariée ne pouvait pas ouvrir un compte bancaire sans demander l’autorisation à son mari. Mai 68 a, pour les femmes, représenté la conquête de la liberté. D’ailleurs, à bien l’écouter, je pense que c’est cela que M. Sarkozy, comme beaucoup d’hommes, ne digère pas. Il ne supporte pas, face à Ségolène Royal, l’autonomie des femmes. Sans doute aurait-il préféré qu’avant d’être candidate, celle-ci demande la permission écrite à François Hollande…

Votre sentiment face aux propos de Nicolas Sarkozy : Tristesse ? Colère ?

Beaucoup de tristesse. Et une part de stupéfaction, lorsque je l’ai entendu dimanche rendre Mai 68 responsable des parachutes dorés ou de la spéculation financière. Là, ça devient fou. Nicolas Sarkozy, au micro à Bercy, devant tous ses copains PDG comme Lagardère, Bouygues et autres, en train de nous accuser, nous, les pauvres c… de 68, d’être responsables de la folie capitaliste actuelle… De la colère enfin. Car, moi, je n’ai pas oublié certains mots d’ordre de ceux qui manifestaient contre nous en 1968. Je me souviens du "Cohn-Bendit à Dachau".

Vous êtes eurodéputé vert. Ségolène Royal vous a chargé d’?uvrer à l’ouverture vers l’électorat centriste. Y êtes-vous parvenu ?

Les électeurs répondront le 6 mai. Je constate que les intentions de vote en sa faveur au sein de l’électorat de François Bayrou semblent progresser. Même si l’audacieux pari de ce dernier me paraît de plus en plus difficile à tenir, au vu du délitement de l’UDF. Je suis convaincu qu’aujourd’hui, une partie importante des Français qui ont voté pour lui sont tristes. Ils avaient cru sortir le centre de la droite et voilà que les élus centristes se précipitent vers Sarkozy. Voir ces parlementaires rentrer ainsi à la niche, ou plutôt dans la cage, est affligeant.

Propos recueillis par Richard Werly

Foto: Nicolas Sarkozy i Segolene Royal. Font: eitb 

Diverses persones que treballem en institucions europees hem estat convidades al partit d’avui entre el Barça i el Llevant, el qual s’iniciarà amb el desplegament d’una bandera europea gegant i amb la retransmissió de l’himne d’Europa al Camp Nou. Amb aquesta iniciativa, el F.C. Barcelona s’afegeix a la celebració dels 50 anys del Tractat de Roma, amb un acte que vol posar de relleu el lligam que hi ha entre els valors de la Unió Europea i l’esport. (segueix…)

Les entitats organitzadores ens fan arribar la següent nota explicativa de l’acte: “La 32ena jornada de lliga coincidirà amb un acte europeista al Camp Nou per celebrar els 50 anys de la firma del Tractat de Roma. El Barça, que actualment encapçala la classificació, jugarà amb el Llevant aquest diumenge, 29 d’abril, a les set de la tarda. Just abans del començament del partit, alumnes de l’escola del F.C.Barcelona portaran fins al mig del camp una bandera europea de 25 metres de llarg per 17 d’ample, amb l’acompanyament musical de l’himne europeu. Durant les hores prèvies al partit també es distribuirà informació sobre la Unió Europea i el 50è aniversari al públic assistent. L’acte, organitzat per la Representació de la Comissió Europea i l’Oficina del Parlament Europeu a Barcelona, el Patronat Català Pro Europa i el Consell Català del Moviment Europeu, vol ser una mostra més del lligam que hi ha entre l’esport i la UE, i una oportunitat per acostar les institucions europees als ciutadans. També en el marc de la celebració del 50è aniversari, aquest mes de març, es va organitzar un partit de commemoració entre el Manchester United i un combinat d’estrelles de futbol de la lliga europea”.

Font foto: Futbol Club Barcelona

Juntament amb d’altres diputats i diputades al Parlament Europeu, he signat una declaració de suport a la candidata socialista a la presidència de la República francesa, Segolène Royal (veure text suport més avall en el missatge) qui en segona volta s’enfrontarà a Nicolas Sarkozy. Per altra banda, l’amic i company de grup Alain Lipietz, dels verds francesos, m’envia una nota on analitza la primera volta de les presidencials franceses, i fa una reflexió global, també pel què fa a la dispersió del vot a l’esquerra del PSE. La titula Élections, dures leçons, i fa un repàs exhaustiu i rigorós de la situació actual política francesa que sempre és interessant conèixer. En recomano la lectura. (segueix…)

Les Européens pour Ségolène Royal

Nous, parlementaires européens, apportons notre soutien à Ségolène Royal, candidate à la présidence de la République Française pour les motifs suivants:

L’Europe a besoin de plus de démocratie et d’intégration politique. Nous ne voulons pas d’un mini traité européen négocié au sommet. Ségolène Royal s’engage à soumettre par référendum le texte du nouveau traité aux citoyens;

L?Europe a besoin de garantir son modèle social, de lutter contre la pauvreté et favoriser l’accès de tous à l’emploi et à la connaissance. Ségolène Royal s?engage en faveur de la cohésion sociale et territoriale;

L?Europe doit prendre la tête de la résistance au changement climatique. C?est une urgence planétaire. Ségolène Royal est une partenaire européenne crédible pour mettre en ?uvre une politique de sobriété énergétique et favoriser les modes de transport les moins polluants;

L’Europe doit développer une agriculture soutenable et diversifiée, bénéficiant à l’économie rurale par une réforme de la PAC destinée à assurer la qualité alimentaire pour la santé et la préservation des sols et des espèces. Ségolène Royal s?engage à en discuter;

L’Europe a besoin d’un monde multipolaire, plus sûr et plus solidaire. Ségolène Royal s’engage à soutenir le développement équitable des pays du Sud et à faire respecter le droit international;

L’Etat de droit, la démocratie et les droits de l’Homme sont au c?ur des valeurs européennes. Ségolène Royal s’engage à lutter contre toutes les formes de violences et d’atteintes à la dignité humaine. Elle défend l’indépendance de la justice et l’Etat impartial.

Avec elle, nous faisons le pari de l’intelligence collective des citoyens et de leur participation, en France et en Europe, pour faire progresser la vie des Européens.

Foto: Segolène Royal. Font: Getty Images/BBC 

Les grans declaracions triomfalistes sobre els èxits aconseguits fins ara per la Unió Europea (UE), que són molts i inqüestionables, amaguen malauradament l’escassa convicció intergovernamental sobre la necessitat de seguir construint més i millor UE. Sóc dels qui defensa que els no al Tractat Constitucional a França i a Països Baixos s’han de llegir més en clau d’europortunitat que de paràl.lisi, així com que se n’han d’extreure lliçons que trascendeixen els territoris francès i holandès. El projecte europeu segueix sent important, necessari i urgent, i tanmateix (segueix…)

trobo a faltar la voluntat de lideratge i la generositat per part dels governs a cedir competències cap a institucions europees i a fer el veritable salt polític que crec que ara reclama la UE.

Després d’haver escoltat les successives presidències en relació amb com seguir endavant el procés constitucional europeu, m’he quedat amb la incòmoda impressió que l’estratègia dels governs és arribar a alguna mena d’acord amb el nou govern francès que surti de les pròximes eleccions de maig, fer alguna mena d’ajustament tècnic en el cas holandès, i ja està. Aquí no ha passat res. La sensació s’ha enfortit en conèixer el contingut de l’enigmàtica Declaració de Berlín feta finalment pública diumenge passat. I tanmateix, què passa amb tot aquella gent que, essent profundament europeista, va optar per manifestar-se contrària al Tractat o, si més no, s’hi va abstenir? Què passa amb la creixent massa d’eurodecepcions?

Malgrat els discursos a favor de més transparència i participació que solen fer els caps d’estat i de govern, la pràctica intergovernamental segueix sent secreta ?tal com ha posat de manifest el procés d’elaboració de la famosa Declaració de Berlín?, i està massa condicionada per dos grans mites: primer, els amos dels Tractats són, i només poden ser, els estats; i segon, que hem d’anar tots a l’una, cosa que ens sotmet contínuament al ja pensat fre britànic, i al nou però igualment empipador xantatge polonès.

En altres paraules, en lloc de veure que la solució de la situació d’impàs actual passa per recuperar el lideratge i l’ambició per una Unió Europea més sòlida políticament i institucionalment que respongui més, millor i més directament a les necessitats de la ciutadania, i això vol dir prendre decisions que facin recuperar la il·lusió europeista a qui l’hagi perduda o estigui a punt de perdre-la, sembla com si els governs dels estats estiguin més obsessionats a acontentar els eterns euroescèptics, els quals, per definició, no estaran mai de contents. Al cap i a la fi, tot rau en una qüestió de coherència entre somnis, discursos i pràctica.

Així, per exemple, difícilment podrem fer creïbles els valors i principis de la UE en termes de drets i llibertats quan dins mateix de la UE alguns governs avalen detencions il·legals, tortures i entregues extraordinàries als Estats Units vulnerant tot principi legal europeu i internacional. No podem parlar dels grans progressos quant a riquesa i prosperitat i oblidar-nos de les grans i creixents borses de pobresa que a causa de l’actual model econòmic globalitzat, existeixen i creixen dins i fora la UE. No és acceptable parlar contínuament de com frenar la immigració clandestina i no fer front de manera seriosa a la constant vulneració dels drets humans més fonamentals de milions d’immigrants legals que treballen a la UE. No podem parlar del gran repte que suposa plantar cara al canvi climàtic i no establir compromisos més concrets i ambiciosos. No podem parlar de democràcia europea mentre el Parlament Europeu no sigui el veritable i principal legislador europeu. No podem parlar de respecte per la diversitat quan dins mateix de la UE hi ha llengües de primera i de segona categoria. No podem ser eficients i coherents a escala internacional amb 27 polítiques exteriors i 27 exèrcits estatals.

En definitiva, només si els governs estan disposats a superar contradiccions i incoherències com les esmentades, el projecte europeu serà creïble en la seva globalitat. En cas contrari, em temo que serà molt difícil que la gent recuperi la il·lusió que fa 50 anys va permetre iniciar el camí. Convé que els governs no oblidin que encara som moltes les persones que seguim creient en l’aventura europea de Bauman, però que les il·lusions s’han d’alimentar amb fets, no amb paraules.

Font foto: Comissió Europea

Fa poc vaig tenir ocasió de sopar a Brussel.les amb una luxosa delegació de periodistes, caps de redacció i directors de mitjans de comunicació de primera fila catalans. Durant el sopar, un d’aquells en què habitualment es parla de tot i no es parla de res en concret, vàrem abordar l’eterna qüestió de com és que els temes europeus, i en concret els debats al Parlament Europeu, passen tant desaparcebuts pels mitjans de comunicació i, per tant, per a la ciutadania. Diversos dels visitants varen reiterar el conegut missatge del: ‘és que ens queda tan lluny això d’Europa’, mentre que per part nostra, és a dir, (segueix…)

dels qui ens toca treballar diàriament dins de les institucions, recordàvem la també coneguda dada que indica que el 70% de les lleis que s’apliquen a l’Estat espanyol són simplement trasposicions de normatives europees que, prèviament, hem discutit i aprovat (en funció de la correlació de forces existents) al Parlament Europeu. Com podem, doncs, seguir considerant i dient, fins i tot des de mitjans de comunicació de primera fila, que ‘Europa ens queda lluny’?

Per altra banda, la paradoxa arriba al punt que, en llegir els diaris o fins i tot en escoltar les noticies de la Ràdio o la TV, són constantment presents els temes que tenen a veure amb política europea, i per tant també catalana i espanyola, els quals seguim ben de prop des del Parlament Europeu. La única particularitat, però, és que se solen enfocar com si es tractés de qüestions que no tenen res a veure amb les inquietuds ‘locals’, i per tant no se sol tenir en compte el fet que hi ha diferents opcions polítiques a escala europea, que inclouen les diferents sensibilitats polítiques locals, que tenen punts de vista particulars sobre aquests temes, i per tant no necessàriament coincidents.

Per exemple, quan es parla de decisions preses pel Consell relatives al canvi climàtic, sovint sembla com si el Consell o la Comissió fossin institucions apolítiques, independents, que ‘imposen’ criteris als ciutadans i ciutadanes catalanes per pur caprici, mentre que al mateix temps se sol obviar, primer, que amddues institucions responen a la correlació de forces que avui existeix entre els governs dels 27 Estats membres, i segon, que prèviament a que es faci pública la decisió en qüestió, hi ha hagut un procés en el qual hi ha participat, entre d’altres, però de manera significativa, el Parlament Europeu, amb les seves diferents sensibilitats, i que la postura del Parlament respon també a l’actual correlació de forces existent en el sí de l’Eurocambra. En canvi, és habitual que els mitjans passin de puntetes sobre el debat parlamentari europeu, es limitin a comunicar el resultat final, obviin el fet que hi ha hagut diferents propostes, esmenes que s’han guanyat o perdut, i matisos de diferents grups. Per regla general no sol haver-hi una ronda entre els diferents grups per tal que aquests comentin el resultat (si han votat a favor, en contra, i per què), cosa que sí se sol fer, en canvi, quan la qüestió arriba al Congrés, on simplement es tracta de traspossar la norma europea i, per tant, el marge de debat polític ha quedat ja molt limitat. Tot plegat, lògicament, contribueix a alimentar la imatge que Brussel.les és una mena de realitat aliena a la discrepància política que ens és més propera i que, per definició, tots els qui treballem a les institucions europees tenim la mateixa sensibilitat política, cosa que no és sempre certa. La conseqüència és, malauradament, que la gent arriba a la conclusió que això de votar a les eleccions europees (les de més baixa participació habitualment), no té massa sentit.

Per altra banda, és també freqüent que el Parlament Europeu aparegui només als mitjans quan s’hi tracten qüestions que tenen a veure amb el nostre entorn inmediat, sigui Catalunya o la política espanyola, cosa que, des d’un punt de vista comunicactiu, em sembla totalment lògic. El problema, però, és si la informació parlamentària es redueix només, o gairebé exclusivament, a aquesta dimensió, ja que llavors es genera també la impressió que el Parlament Europeu és una mena de Congrés bis.

Val a dir, i m’afanyo a remarcar-ho, que els i les corresponsals que treballen a Brussel.les demostren continuament la seva gran vàlua professional i personal, i tenint en compte les dificultats tècniques, així com la precarietat de mitjans amb la que es veuen forçats a treballar, duen a terme una tasca fonamental d’informació i comunicació que no només cal reconèixer, sinó aplaudir. Tenint en compte que la mateixa persona ha de cobrir Consell, Comissió, Parlament Europeu, OTAN, … són més que comprensibles les dificultats a les que s’enfronten per poder informar amb detall de tot allò que passa a les institucions europees, que és molt. 

No vull acabar sense assumir també la part de responsabilitat que em pertoca, que lògicament és molta. És evident que per tal que els mitjans expliquin allò que es fa a les institucions, cal fer coses, i aquesta és la nostra feina. Certament de vegades aquestes coses es fan millor o pitjor, i sovint les cojuntures fan que aquelles iniciatives que consideres que són més rellevants políticament i que han suposat un major esforç passin desaparcebudes, mentre que d’altres que han estat fruit de l’oportunitat adquireixen una dimensió mediàtica possiblement desproporcionada.

Sigui com sigui, per part meva, i a través d’aquest bloc, espero poder contribuir a reduir aquesta aparent, i repeteixo, equivocada, imatge que el Parlament Europeu en particular, i les institucions europees en general, ens queden lluny. I és que avui, amb Internet, es pot dir que un tema no interessa, però no que no hi ha informació.

Tot plegat em porta a la conclusió que la qüestió de la percepció que molta gent té sobre la ‘llunyania de les institucions’ només es podrà resoldre si tothom complim amb la nostra responsabilitat específica, i si tots plegats assumim que hem i podem fer més fer incrementar la transparència i la publicitat dels debats parlamentaris europeus les conclusions dels quals, no ens enganyem, afecten cada cop més a les nostres vides quotidianes.

Font foto: Comissió Europea