Haz la prueba. Pregunta a tus amigos, familiares o conocidos que te señalen en un mapa donde está Togo. Nadie lo sabe. Como mucho te dirán que en África.
No mentiré. Ni yo misma sabía exactamente donde estaba. Por ese motivo decidí hacer mi trabajo sobre este país. Y todo lo que he descubierto es un nuevo mundo. Una realidad desconocida pero muy próxima. Un país que recibe muchas ayudas, pero que necesita buenos dirigentes para saberlas administrar. Gobiernos corruptos han ido haciendo la herida más grande. Escaso en recursos, Togo depende mucho del exterior. Pero como todos sabemos la deuda externa de estos países ahoga a sus economías. Un círculo que no acaba.
Descubro a una familia granadina que se siente medio de aquí medio de allí. El padre, Raymond, se enamoró de Togo hace muchos años. Ese amor lo ha plasmado en la creación de una Fundación. Él me habla de la realidad del país, de las ganas que hay por parte de la juventud de salir adelante. Pero saben que el camino es largo y difícil. Desde aquí, lo único que podemos hacer es aportar nuestro granito de arena. Y sobretodo concienciar a la gente de que existe un pequeño país, no muy lejos de aquí, que nos necesita. A partir de ahora ya sabré señalar Togo en un mapa. Ahora conozco una nueva realidad.
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