BLOG DEL BIC (CLR*CDR) 2002

VISQUEM LA INDEPENDÈNCIA: Per assolir-la sols ens calen tres coses: L'Anhel, una estelada i el "PROU" definitiu. CLR*CDR/BIC: Reafirmar el 1r d'octubre, completar la DUI, assegurar el català.

12 d'octubre de 2006
Sense categoria
0 comentaris

502. L’execució de Lluís Companys i Jover, Honorable President de la Generalitat de Catalunya.

HISTÒRIA – Escrits LA SENTÈNCIA DE MORT DE LLUÍS COMPANYS

     Acabada la celebració del judici, el tribunal, que continuà reunit, dictà la sentència que condemnava a mort el president de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys. El text que, a la Causa, consta escrit a mà pel vocal ponent, Adriano Coronel Velázquez, és el següent: SENTENCIAEn la plaza de Barcelona a catorce de Octubre de mil novecientos cuarenta, reunido el Consejo de Guerra de Oficiales Generales para ver y fallar la presente causa instruida en procedimiento sumarísimo ordinario contra Luis Companys Jover, paisano, oído el Fiscal y Defensor. RESULTANDO: Que el procesado Luis Companys Jover, de 58 años de edad, de estado casado, natural de Tarrós (Lérida) y profesión Abogado, desde su juventud siempre tuvo significación política izquierdista, con cuyo carácter fue elegido diputado varias veces, fundando el Partido de Esquerra Catalana de la que fue Jefe de minoria en las Cortes, proclamando en 1931 y en unión de Macià la República Catalana, llegando después a la presiden cia de la Generalidad desde la que en Octubre de 1934 proclamó el «Estat Català», lo que origina su prisión y condena por el delito de rebelión, pena de la que fue amnistiado en el año 1936, volviendo con tal motivo a ocupar la Presidencia de la Generalidad. RESULTANDO: Que al producirse el Glorioso Movimiento Nacional, el 17 de julio de 1936, el procesado continuó en dicho cargo de Presidente de la Generalidad, oponiéndose decididamente al triunfo del Alzamiento a cuyo fin celebró reuniones en las Consejerias de la Generalidad de las que salió acordado el reparto de las armas que con profusión se hizo a los elementos frente-populistas para oponerse al Ejército Nacional, dirigiendo numerosas alocuciones alentadoras de la resistencia a la Causa Nacional y encauzando desde la propia Generalidad la lucha animada por medio de órdenes que transmitió a las fuerzas dependientes de su gobierno. RESULTANDO: Que el procesado no puso remedio para reprimir los desórdenes, crímenes, asesinatos, robos, saqueos y depredaciones de toda clase, a que los elementos izquierdistas de dedicaron y que no sólo los toteró sino que con actuación más bien fueron favorecidos y alentados. RESULTANDO: Que el procesado presidiendo el Gobierno de la Generalidad legisló ampliamente en toda clase de materias, inspirándose siempre en el afán de conseguir el triunfo de las izquierdas, llegando en este órden a incluso asumir facultades que nunca le correspondieron, organizando milicias armadas, con nombramientos expresos de Jefes militares, organización de la Industria de guerra, declaración de Plaza bloqueada de la de Barcelona, creación de Tribunales Populares, con distribuciones y nombramientos de funcionarios judiciales en consonancia con sus ideas políticas, organizando las patrullas de control a las que dispensó tal protección, no obstante los crímenes que cometían, que incluso hizo pasar, a su disolución, muchos de sus componentes al Cuerpo de Mozos de Escuadra, mantuvo inteligencia con organizaciones extranjeras favorecedoras de la rebeldia y finalmente dispuso incautaciones e intervenciones de bienes y bancarias. RESULTANDO: Que huido a Francia el procesado, ante el avance de nuestras fuerzas, en dicha nación vecina continuó usando el título de Presidente de la Generalidad, haciendo propaganda de todas calses y manteniendo relaciones políticas con otros huidos con el fin de entorpecer al Gobierno Nacional. ECHOS PROVADOS Vistos los autos siendo Vocal Ponente el Auditor de Brigada, don Adriano Coronel Velázquez. CONSIRERANDO: Que asumido el poder legítimo del Estado por las Autoridades Militares que a partir del 17 de julio de 1936 se alzaron en cumplimiento de la misión atribuida al Ejército en su Ley constitutiva de deender la Patria contra enemigos tanto exteriores como interiores, que significaban los partidos y el llamado gobierno del Frente Popular, y que surgido así el Nuevo Estafo, la oposición armada contra el mismo origina la rebelión definida en el artículo 237 del Código de Justícia Militar. CONSIRERANDO: Que del expresado delito es responsable en concepto de autor el procesado porquelos hechos que la Sentencia declara, ponen de manifiesto que los realizó en notoria compenetración ideológica con los propósitos perseguidos en la rebelión y para la consecución de los fines de ella por lo que incurrió en la responsabilidad que determina el citado artículo 237 en relación con el nº 2 del 238 del expresado Código de Justícia Militar. CONSIRERANDO: Que concurren en este caso, además de la destacada personalidad del procesado por el cargo que desempeñó, las circunstancias agravantes de trascendencia del delito y el daño causado con relación al servicio a los intereses del Estado y a los particulares a que se refiere el artículo 173 del Cófigo Castrense. CONSIRERANDO: Que toda persona criminalmente responsable de un delito o falta lo es también civilmente, VISTOS los artículos citados y los demás de general aplicación, así como el número 2 del Grupo 1º del anexo a la orden de 25 de enero de 1940 (B.O. número 26) y Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939. FALLAMOS , que debemos condenar y condenamos al ex-Presidente del disuelto Gobierno de la Generalidad catalana, Luis Companys Jover, como responsable en concepto de autor por adhesión del expresado delito de rebelión militar, a la pena de Muerte con accesorion legales caso de indulto y expresa reserva de la acción civil o responsabilidad de igual clase en cuantía undetermonada. Lo que por esta nuestra sentencia juzgando, pronunciamos, mandamos y firmamos Manuel González, Federico García Rivera, Fernando Giménez Sáenz, Rafael Latorre, Gonzalo Calvo, José Irigoyen y Adriano Velázquez. Des del mateix any 1940 va començar a córrer la notícia, en forma de rumors, que alguns dels generals que formaven part del tribunal militar s?havien resistit a aprovar aquesta sentència. Àdhuc es va dir que s?havia formulat algun vot particular. Ara en poder consultar l?original de la Causa, constatem que no existeix el text de cap vot particular ni signes que l?original hagi estat manipulat. Tanmateix, creiem que algun general es va resistir a donar la seva conformitat a la sentència, sense arribar a fer un vot particular, Un, segurament, va ser el general Gonzalo Calvo, retirat des d?abans de la proclamació de la República, resident a Barcelona i molt integrat a la societat cataana. Sembla indicar la seva resistència el fet que la seva signatura, a l?original d ela sentència, no es troba en segon lloc, tal com li corresponia per la seva situació jeràrdica a l?exèrcit, sinó al final de les signatures. Un altre general que sembla que també es resistí a dignar la sentèncua fou José Irigoyen.L?EXECUCIÓ Al matí del dia 14, les germanes de Companys esperaven, impacients, notícies del consell de gerra que s?estava celebrant contra el seu germà i, molt especialment, de la sentència que s?havia de dictar. Ramona, al començament de l?anotació del seu Diari corresponent a aquest dia, escrivia: ( En tornar en A. de portar la roba i menjar, em diu que llavors sortien del judici. Hi havia gran nombre d?oficials i caps de l?exèrcit. Pel que diuen es veu que l?acusat estava molt serè. Tota la tarda vaig estar esperant un «pase» per anar a Montjuïc. )El capità defensor, Ramon de Colubí, havia promès que tot seguit que tingués notícies de la sentència del consell de guerra aniria a casa de les germanes a informar-les i que a més, intentaria d?aconseguir un permís de visita per aquella mateixa tarda. Les hores anaven passant. L?angoixa dels familiars de Companys, reunits a casa de Ramona, creixia Mentrestant la sentència seguia els tràmits del procediment militar. immediatament de signada, era examinada per l?auditor de guerra, el qual proposava al capità general la seva aprovació. Ho feia en aquests termes: Es pertinente que V.E. apruebe por sus propios fundamentos la sentencia recaída, y siendo firme, si V.E. así lo acuerda, volverán los autos al Instructor para notificación, cumplimiento con arreglo a lo dispuesto en el ya citado artículo 662 del Código Castrensa, sin que dado lo preceptuado en el mismo y en la Oeden del Excmo. Sr. Ministro del Ejército de 3 del corriente mes, sea preciso para la ejecución del fallo solicitar la autorización de dicho Ministro, y remisión de los oportunos testimonios al Consejo Supremo de Justícia Militar y al Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de esta Plaza. V.E. no obstante resolverá. De conformidad con el anterior dictamen y por sus propios fundamentos apruebo la sentencia dictada por el Consejo de Guerra de Oficiales Generales celebrado en el día de hoy en esta Plaza por la que se impone la pena de muerte al procedaso Luis Companys Jover, y siendo firme y ejecutoria en virtud del artículo 662 del Código de Justícia Militar, en relación con la Orden circular del 3 de octubre del corriente año, pase al Juez Instructor para cumplimentar la pena impuesta y demás trámites. Així, doncs, malgrat el seu parer advers a la condemna a mort de Companys perquè creia que era contraproduent per al règim, el capità general, Orgaz, s?inclinava finalment davant la voluntat de Franco i aprovava la sentència de mort. Així aquesta es convertia en ferma i executòria immediatament, sense cap possibilitat de demanda de commutació de la penal adreçada al ministre de la guerra o al general Franco. Perquè aquell «enterado» de Franco, que havia de precedir les execucions i que tants de republicans havia enviat a la tomba, a partir de principis d?aquell any quaranta haia deixat de ser necessari per procedir a les execucions en casos com el del president Companys. Resultava que per tal d? «agilitzar» el compliment de les molt nombroses sentències de mort que, en espera del preceptiu «enterado» de Franco, s?arribava a demorar mesos i mesos, s?havia publicat l?Ordre circular del 25 de gener (B.O.E, 26-I-1940), on es disposava que, en el cas de les persones condemnades a mort, per l?aplicació de l?esmentat article 238 del Codi de justícia militar, que haguessin estat membres dels governs, diputats, governadors civils o altres alts càrrecs de l?administració republicana, no «se podrà elevar al jefe del Estado la propuesta de conmutación de la pena de muerte por la reclusión perpetua» . El contingut d?aquesta Ordre circular havia estat reiterat i complementat pel l?Ordre del Ministeri de l?Exèrcit del 3 d?aquell mateix mes d?octubre, en la qual es disposava que no era «preciso para la ejecución del fallo» , en els esmentats casos, l?aprovació ni del ministre de l?Exèrcit. Per tant, en el cas del president Companys era de plena aplicació l?esmentat article 662 del Codi de justícia militar, en el qual es disposava La sentencia que el Consejo de guerra pronuncie en los juicios sumarísimos será firme con la aprobación de la Autoridad Judicial del Ejército o distrito, de acuerdo con su Auditor.Aprovada la sentència de mort pel capità general, tot seguit el jutge instructor dictava la providència en què es disposava: «notifiquese la sentencia y decreto de aprobación de la misma al reo, en el momento de ponérsele en Capilla, y transcurridas seis horas, procédase a la ejecución de la pena de muerte impuesta, interésese del señor Gobernador Militar el sitio donde deba verificarse y dé las órdenes oportunas para conducción del reo y las demás necesarias; levántese las correspondientes diligencias de haberse cumplido aquélla, procédase a continuación a su enterramiento del cual deberá expenderse asimismo la oportuna diligencia, solicítese con antelación les Juzgado Municipal certificado de defunción para su unión a los autos» . Com a conseqüència, el jutge, amb ej seu secretari Urrutia Huerta, en traslladava al castell de Montjuïc per tal de llegir la sentència de mort al condemnat Lluís Companys i ordenar la seva entrada en capella. Així consta en la causa: En Barcelona, a catorce de Octubre de mil novecientos cuarenta. Constituido el Juzgado en el Castillo de Montjuich de esta plaza, ante S.E. el Señor Juez y teniendo a mi presencia a Luis Companys Jover, asistido de su defensor, le notifiqué por lectura íntegra y entrega de copia literal la Sentencia dictada por el Consejo de Guerra que lo juzgó y el Decreto de aprobación de la misma. Acto seguido fue trasladado el reo a la Capilla del Caudillo, haciéndole presente el Señor Juez que podía pedir los auxilios que necesitase. Deixem que sigui Ramona Companys que expliqui les darreres hores de la vida del seu germà. En el seu diari anotà: ( Tota la tarda vaig estar esperant un «pase» per anar a Montjuïc. Per fi a les 8 de la nit vingué el Capità defensor i em digué qie les noves eren dolentes i, per tant, podia avisar a la funerària. No sé com vaig poder sostenir-me, no recordo haver sentit mai tan forta emoció. La meva germana Alba caigué demaiada. Faig avisas la funerària i un cotxe per anat a Montjuïc ) va ser probablement el seu cunyat Ramon Puig, marit de Maria Alba, acompanyat d?algun amic de la família Companys, el que va anar als serveis funeraris de l?Ajuntament de Barcelona. Allí va adquirir a perpetuïtat, a nom de Ramona Companys, un nínxol del Cementiri Nou, de Montjuïc, on pogués sel col-locat el cadàver de Lluís Companys, per evitar que fos enterrat a la fosa comuna de la Pedrera, on eren inhumats els cossos dels executats per sentència dels tribunals militars, així com aquells cadàvers que no reclamava ningú o als quals ningú no oferia un nínxol per ser enterrats. També van adquirir un taüt noble, de «roure-cascall» , on pogués sel col-locat dignament el cos del president Companys, l?endemà, a l?hora d?enterrar-lo. Després, ja de nit, les germanes van dirigir-se cap el castell de Montjuïc, amb el cotxe que havien llogat. Ramona escriu al seu diari: (A les deu som ja al castell. Ens diuen que les ordres són severíssimes i per tant no podem veure el meu germà més que des de la finestra, a tres metres de distància. El pobre màrtir veig que la té mig overta i crec que estava escrivint. Jo crido: «Lluís». Al sentir la meva veu obre la finestra de bat a bat i diu: «què voltes nena en aquestes hores per aquí dalt, no veus que no passa res, si em matessin staria ja en Capella». Llavors un dels militars diu: «després ja li llegiran la sentència». «Esta bé, contesta ell, però jo creia que abans em posarien en capella».. Estava fora de mi, i vaig protestar de que no poguéssim abraçar per darrera vegada el meu gremà. També ho va fer ell. Llavors el Comandant digué que ell no podia donar el permís, però podia anar a demanar-lo al jutge. Vaig fer-ho amb la intenció de commoure el cor d?aquells homes dient-los que per sobre de totes les ordres pensava que tenien cor i que eren humans. ) Ramona Compànys, desesperada, tanmateix encara deia als militars que l?atenien: ( «Yo creo que es providencial que la hayan juzgado hoy, vigilia de Santa Teresa. Yo les pediría a ustedes que no tengan que ejecutarlo esta noche. Yo les ruego que pidan a la gran Doctora que les ilumine, para que no firmen nada irreparable. ) Però el que era irreparable ja estava signat.El jutge militar, que es trobava al castell fent els tràmits per a l?execució, concedí el permís de visita. Era un fet excepcional, perquè els familiars dels condemnats a mort pels tribunals militars que anaven a ser executats, en aquells anys no podien acomiadar-se mai d?ells, car no eren avisats del dia del compliment de la sentència. La noticia de la seva execució els arribava quan el capellà de la presó, després de la mort, anava al domicili dels familiars a entregar-los la carta de comiat, en el cas que l?hagués escrit el pres, i, en el cas contrari, s?assabentaven de la mort el dia que portaven el paquet a la presó, i aquest els era retornat perquè el destinatari ja no existia. Concedit el permís de visita, les germanes estraren a la cel-la de Lluís Companys. Conta Ramona en el seu diari: ( Entraren les meves germanes més mortes que vives, però en ésser dins i veure la seva placidesa i serenitat s?aconsolaren una mina. En Lluís estava més content que mai i deia que la seva més gran tristesa era no haver pogut fer més bé, el no haver pogut alleugerir els sofriments del poble ) Van parlar llargament amb el seu germà, en presència del defensor militar, del governador militar i del jutge militar. Facilità també unes notícies d?aquella visita Manuel Companys, en una carta que escrigue a la filla del president, Maria, exilada a Mèxic, amb dades que li havia enviat, a Montpeller, la seva germana Ramona, Escrivia: ( Ell, la pena que l?entristí fins al darrer moment és la sort del Lluïset, que llavors encara no sabíem on era. La Ramona va tranquil-lizar-lo dient-li una piadosa mentida de què l?havien trobat. El president es manté serè. No sent ressentiment envers ningú, i així quan una de les germanes, desesperada, acuas de botxins els que l?anaven a afusellar, ell la feia callar. Les germanes, que eren molt religioses, li parlen del consol de la religió en els darrers moments de la vida, de reconciliar-se amb Déu. Alba li diu: «Tota la mamñilia, fins i tot els paresa, han mort confortats». El president els contestà: «Si és un consol per vosaltres ho faré. Jo crec en Déu, però en els homes…., ja ho veieu». ) Era prop de les dues de la matinada, quan les tres germanes hagueren d?acomiadar-se per sempre del seu germà Lluís i abandonar el castell. Es van donar la darrera abraçada entre el plor d?elles. Ell en mantenia serè. L?hora de l?execució s?acostava. Des de les primeres hores de la tarda s?havien anat reforçant els serveis de vigilància en els accessos i voltants del castell de Montjuïc així com a la carretera que mena al Cementiri Nou, situat a la mateixa muntanya. Anaren arribant al castell les persones que havien d?assistir o participar en l?execució: metge forense, capellans, els soldats del piquet d?execució…Al castell ningú no dormí aquela nit, ni guardians ni presos. S?anaven realitzant ela tràmits legals. Com hem dit foren llegides al president Companys la sentència que el condemnava a mort i la seva aprovació. Ell ho escoltà sense inmutar-se i no va fer cap comentari. Després Companys demanà que el visités un sacerdot caputxí. Recordem que els caputxins eren coneguts per la seva catalanitat i el seu esperit obert. Per raons que desconeixem no fou possible la seva presència. Van visitar-lo, doncs, un capellà castrense i un jesuïta. Aquest era molt probablement el pare Isidre Griful. El pare Griful era aleshores un predicador famós, el qual, un temps després, com que els seus sermons -tot i ser pronunciats en llengua castellana, com era obligatori- eren considerats massa catalanistes i desfavorables al règim, fou obligat a traslladar-se a l?Uruguai, on morí. Companys va parlar llargament amb ell. Després demanà que el deixessin sol per reflexionar. Al cap d?una estona el cridà i li comunicà que acceptava els auxilis espirituals. No ha d?estranyar aquesta decisió de Lluís Companys car els darrers escrits són impregnats de religiositat i de fe en Déu. Després de confessar-se, va assistir a la misa, que volgué ajudar ell mateig. Recordava que d?infant havia fet d?escolà. El sacerdot li facilità un llibre perquè pogués contestar. A l?hora de la comunió, combregà. Com a tots els condemnats a mort que es troben en capella, li fou preguntat si desitjava alguna cosa. Amb un punt d?humor demanà pa amb xocolata d?Agramunt, aquella xocolata que, quan era infant, menjava amb delit al seu poble del Terròs, a l?Urgell. Les seves germanes, sabent que el farien content, n?hi havien portat. Desprès demanà una ampolla de conyac. En prenguè un parell de copes, escases. Va estampar la seva signatura a l?etiqueta de l?ampolla i va lliurar-la al governador militar del castell, el tinent coronel Joaquín Pascual Sánchez, com a prova d?agraïment pel tracte correcte que havia rebut durant el seu empresonament a Montjuïc. Al seu defensor, el capità Colubí, , que amb tanta dignitat i tant de coratge havia actuat en la seva defensa, li regalà els botons de puny d?or que duia. Li va dir que, ja que no podia pagar-lo, volgués acceptar aquell petit obsequi com a penyora de gratitud. L?hora de l?execució havia estat assenyalada a les sis del matí, quan comença a fer-se cñar al mes d?octubre. Aquell dia, però, va néixer molt ennuvolat, talment que en aquella hora encara fosquejava. L?execució, per tant, s?hagué de demorar fins que es fes clar, en compliment del que disposava la llei espanyola en el cas de les execucions de la pena de mort. Cal dir, tantmateix, que no sempre eren tant exigents en el compliment de la legalitat en les execucions d?aquells temps. Al Camp de la Bota, lloc habitual de les execucions de la postguerra, si en el moment de l?afusellament encara fosquejava, els fars dels cotxes de la comitiva i àdhuc del cotxe dels serveis de la funeraria suplien la llum del dia. Mentre esperava que claregués, el president Companys, amb la comitiva que l?acompanyava, romangué al pati d?armes del castell. Companys sperà el darrer moment de vida tot passejant i fumant un cigarret. Passats uns minuts, en començar a fr-se clar, s?adreçà als que l?acompanyaven, i els va dir simplement: «vamos ya..» . Un testimoni franquista remarca que ho va dir serenament, sense inmutar-se, com si aquelles paraules que pronunciava no l?acostessin fatalment al moment de la seva mort. La comitiva f´nebre començà a caminar en silenci cap al fossar de Santa Elena, lloc habitual de les execucions al castell de Montjuïc, les autoritats franquistes havien prohibit d?afusellar-hi cap republicà, car aquest fossar havia estat utilitzat durant la guerra per executar-hi els partidaris del Movimiento, condemnats a mort pels tribunals republicans. Iniciava la marxa un soldat, que portava una creu alçada, seguien doa altres soldats, que il-luminaven el camí amb dos potents focus de gasolina; a continuació marxava el president Companys, que continuava fumant una cigarreta, acompanyat dels dos sacerdots i del defensor, després el jutje militar, el governador de a fortalesa i altres persones. Tancava la marxa un piquet de la Guardia Civil manat per un oficial. La comitiva es va dirigir cap al passadís subterrani que, descendint de l?esplanada nord del castell, comunica amb el fossar de Santa Eulàlia, el qual dóna sobre l?Exposició. El descens es va fer lentament, en fila india. El silenci era total, impresionant, només trencat per la fressa dels passos. En arribar al fossar, la comitiva es va refer. Companys tornà a parlar animadament amb els dos sacerdots que l?acompanyaven, i se?l veié somriure. Desprès s?acomiadà dels seus acompanyants més inmediats i, molt especialment, del seu defensor. I amb pas decidit anà a situar-se al peu del mur. El piquet que l?anava a executar estava integrat er soldats d?infanteria. El manava un tinent provisional, que havia estat elegit per torn rigurós. Era molt jove. Se?l veia emocionat, com n?estaven també molts dels presents. L?oficial s?acostà al president Companys per tal d?embenar-li els ulls i posar-lo d?esquena al piquet d?execució. Companys, però, amb un gest sobri i sense pronunciar un sol mot, refusà el drap i es situà de cara, mirant sense titubejar el piquet. En la tènue llu d?aquella matinada destacaven les seves sabatilles de roba blanca i el mocadoret blanc que duia, com sempre, amb les quatre puntes, a la butxaca superior de l?americana. En el moment en què els soldats anaven a disparar, cridà amb força i clarament :»Per Catalunya !» . Aquestes foren les seves darreres paraules. Caigué malferit, malgrat que els soldats havien disparat des d?una distància d?uns sis metres. L?oficial que manava el piquet se li acostà per donar-li el tret de gràcia. Desconcertat, emocionat, li tremolava el pols. Va haver de repetir els trets per acabar l?execució. Desprès s?ajupí per comprovar la mort, i, en fer-ho, recollí discretament el mocadoret blanc que el president Companys duia a la butxaqueta de l?americana. Era xop de sang. L?oficial va guardar-lo. El seu gest, però, fou vist pel capità de la Guardia Civil, Gonzalo Fernández Valdés, agent dels serveis militars d?informació, present a l?execució, el qual va denunciar l?oficial. Aquest fou obligat a tornar aquell mocador, que quedà en poder dels serveis d?informació militar de la 2ª Bis. Posteriorment, aquell oficial fou sotmès a un tribunal d?honor i expulsat de l?exèrcit. Poc desprès de l?execució, el defensor militar deia a Ramona, la germana del president, que Companys havia estat el més tranquil i serè de tots els presents. Lluís Companys havia mort amb la dignitat que corresponia a un president de Catalunya. Eren les 6.30 del matí aproximadament. Lluís Companys tenia 58 anys. La seva execució corresponia al numero 2.761 de les realitzades a Catalunya pel règim franquista des de l?ocupació de Barcelona, el 26 de gener de l?any anterior. El jutje militar va redactar immediatament la diligència que acreditava l?execució. Deia: En Barcelona, a quince de Octubre de mil novecientos cuarenta. Se hace constar por medio de la presente, que a las seis, del día de hoy, ha sido ejecutada por fusilamiento la pena de muerte en la persona del reo Luis Companys Jover, en los fosos de Santa Eulalia, del castillo de Montjuich. Una vez ejecutada, el médico militar, Don Luis Mª Callís Farriol, Teniente Forense de la Plaza, previo reconocimiento del cuerpo del reo, certificó su defunción També el metge forense civil Pere Abadal i Botanch certificà la mort del president Companys. Uns soldats van traslladar el cadàver del fossar de Santa Eulàlia al furgó militar que l?havia de conduir al Cementiri Nou, situat a la mateixa muntanya de Montjuïc. El furgó era a l?entrada del castell. Van traslladar-lo en una civera de les que s?utilitzaven a la infermeria del castell. El cadàver estava cobert amb una manta vermela. Al peu del furgó, el cos de Lluís Companys fou col-locat en el modestíssim taüt de beneficència que, per ordre de les autoritats militars, havien facilitat els serveis funeraris de la Casa de la Caritat, tal com es feia en el cas dels executats per sentència de consell de guerra. L?ordre que havia rebut la direcció de la Casa de la Caritat, el dia abans, deia així: Auditoría de Guerra. Teniendo que llevarse a efecto el entierro de un condenado a la última pena y cuya ejecución se llevará a efecto en las primeras horas de la madrugada de mañana día 15, tengo el honor [sic] de ponerlo en su conocimiento para que sea facilitado un féretro a tal fin. Dios salve a España y guarde a Vd. muchos años. Barcelona, a 14 de octubre de 1940. El General Juez Instructos. (signat) Ramón de Puig. Sr. Director de la Casa Provincial de Caridad. Ciudad. El féretro irá a recogerlo un furgón militar de este Govierno Militar En aquella «santa muntanya» de Montjuïc fou enterrat al president Companys. Al Cementiri Nou. Al mateix cementiri on reposaven les restes dels presidents Francesc Macià i Enric Prat de la Riba. A la làpida del ninxol on era enterrat Lluís Companys les autoritats franquistes no van permeter d?inscriure-hi el seu nom, no cap altra indicació sobre la persona que hi reposava. Tantmateix, es va anar savent que el president Companys era enterrat allí, i durant els anys de la dictadura franquista, tot sovint mans anònimes hi deixaven rams de flors amb una llaçada de la bandera catalana. També, burlant la vigilància a què era sotmesa aquella sepultura, es va fotografiar. I les fotografies foren publicades en fulls i periòdics, editats a l?exili i clandestinament a l?interior de Catalunya. Desprès de l?execució, un tinent que servia en la bateria d?artilleria de costa, de guarnició, a la muntanya de Montjuüc, es va adreçar als soldats catalans que hi feien el servei militar i, brutalment, els diguè: «catalanes, hemos fusilado a vuestro presidente» . Tenia raó: havia estat afusellat el president dels catalans. Per això Companys esdevenia, per sobre dels encerts i error de la seva actuació política durant tota la seva vida, el president màrtir, el president de tots els catalans. L?odi anticatalà l?havia convertit en símbol català.

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Aquest lloc està protegit per reCAPTCHA i s’apliquen la política de privadesa i les condicions del servei de Google.

Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!