Miquel Roman

La foto de familia es una realidad en el Kasal. Padres, hermanos y amigos pasan de etiquetas y trabajan con un fin. (Foto: Juan Carlos Ballardo). Juli Rubia>Latino.

En el Kasal de Joves de Roquetes, ubicado en el distrito de Nou Barris de Barcelona, hay un trajín intenso de jóvenes latinos y catalanes. Hace pocos meses se presentó el proyecto ‘Unidos por el Flow’, fruto de una intensa labor comunitaria, donde varias decenas de adolescentes y jóvenes de todas las procedencias, entre ellos integrantes de Latin Kings y Ñetas, interactúan para conseguir “la transformación social por medio del arte urbano, concretamente del hip hop”. Para ello utilizan herramientas educativas como la música, la danza o el teatro.

Dalila Rojas tiene 40 años y vino
desde Honduras en 1996. Trajo a su hijo Raphel Enmanuel hace ocho años
y ahora ya tiene 16. Asegura que “cuando a tu hijo le tienes que decir
no a algo debes darle los motivos. Cuando me dijo que en el Kasal
estaban trabajando conjuntamente Latin, Ñetas y catalanes no entendí
nada y me preocupé. No quería que se involucrara en algo que me
asustaba, pero decidí venir y saber lo que pasaba. La realidad no tenía
nada que ver con la imagen tergiversada que nos han creado. Estos
chicos son fabulosos. Tenía miedo de la droga, pero estos chicos la
tienen prohibida por convencimiento propio. Su trabajo es espectacular”.

En
ese mismo sentido se manifiesta la española Juani Romero, que tiene dos
sobrinas en el Kasal. Ella piensa que “los chicos latinos tienen mucho
más respeto y cariño que los de aquí. Antes éramos racistas con los
gitanos, ahora lo somos con los latinos. Mis sobrinas me comunicaron
que venían al Kasal a rapear y no me escondieron nada de los grupos que
venían. Sólo sabía de ellos por lo que decían en la tele, así que pedí
día y hora para entrevistarme con el responsable del Kasal. ¡Vaya
sorpresa! ¡Qué equivocados estábamos todos! Estos chavales están muy
unidos y son muy sanos”.

En el Kasal también se encuentran
Miriam Tamay y Edwim Yépez, padres de Byron, quien vino de Ecuador hace
cuatro años. Sus padres recuerdan que estaban “muy asustados cuando nos
enteramos de la presencia de los Latin Kings y los Ñetas y,
sinceramente, le prohibimos que viniera al Kasal. Pero quisimos
comprobar si decía la verdad sobre la bondad del proyecto y del
trabajo.Ahora podemos decir que nuestro hijo está aquí como si
estuviera con nosotros en casa”.

El coordinador del proyecto
‘Unidos por el Flow’, Xaime López (Chispón) explica que “lo más
importante de todo esto ha sido el proceso y no el resultado. Se ha
construido un proyecto educativo para la sociedad. Esta es la visión
real de lo que está pasando en las calles. En Madrid, bajo el prisma
policial, sería imposible: no se puede trabajar con personas ilegales y
sin rostro”.