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[No escrivim èglogues] · [Bloc intermitent]

16 de desembre de 2011
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Saber llegir la realitat: un apunt de José Martí Gómez

Cada dos mesos quan arriba ‘Carrer’, el ‘Carrer’ de la FAVB, el periodisme reviu i passa de tot. En el darrer número, dues joies. La memòria de la impunitat fiscal d’Urdangarin i, sobretot sobretot, la nota de José Martí Gómez, reporter entre reporters, que recorda com eren -com són– les coses, a propòsit d’un fet aparentment coincident: que l’indult al vicepresident del Santander va coincidir amb la posada en llibertat de Pascual Estivill. Causalitats causals, la denúncia falsa -per la que va ser condemnat Alfredo Saez, número 2 del Santander- interposada pel banquer la va ‘gestionar’… Pascual Estivill. Dos atracadors, tots dos, de moqueta. Paraula de José Martí.

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Pascual Estevill, en libertad | JOSEP MARTÍ GÓMEZ

En una prueba de equidad que demuestra que la justicia es igual para todos, el mismo día que se indultaba al chorizo bancario Sáenz salía de la cárcel el chorizo jurista Pascual Estevill. Ambos estaban relacionados, como diría José María Mena, en el mismo atraco de moqueta. Cómo el abogado Pascual Estevill llegó al Consejo del Poder Judicial sabiendo como se sabía que era un chorizo de guante blanco es un misterio, aunque hay sospechas: convivencia con sectores corruptos de CiU. Una prueba: un alto cargo del ministerio de Justicia telefoneó a un alto cargo de CiU para aconsejarle de forma confidencial que tomaran medidas en el caso Estevill antes de que estallase el escándalo. Días después Pascual Estevill se encaró con el alto cargo de Justicia y le dijo que el de CiU se lo había explicado todo y fuese con cuidado con lo que iba diciendo confidencialmente. Tipo curioso este Pascual Estevill, que según su leyenda pasó de cuidar cabras en el campo y pisar mierda a prevaricar en los despachos sin dejar de pisar mierda. Un miembro de La Lamentable, el abogado Mateo Seguí, coincidió en un bar con Pascual Estevill cuando vivía el tiempo del “no sabe usted con quien está hablando”. Mateo pidió un cortado. Pascual Estevill, dicharachero, pidió un café con leche, un croissant y un habano Montecristo. Minutos después se despidió de Mateo con un golpecito afectuoso en la espalda y se marchó sin pagar. Al ácrata Mateo el cortado le salió por dos mil pesetas pero no le guardó rencor y, los ácratas son así, le fue a visitar en la cárcel cuando a Pascual Estevill le cayó encima el tinglado de chantaje y corrupción que había montado. Seguía fumando habanos Montecristo. [Fotografia:Jorge Quiñoa]


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