“El logro más importante de la huelga general, al margen del porcentaje de participación en esta, ha sido poner de manifiesto un malestar general en nuestra sociedad: de quienes han participado y de quienes –por motivos de índole muy diversa– no la han secundado. La reforma laboral y el anunciado tratamiento de las pensiones, las medidas contra la crisis, la falta de alternativas de la oposición política y de la patronal y el alejamiento en el que se percibe a los sindicatos respecto a la realidad concreta de los trabajadores. Todo ello ha bullido en el trasfondo de la jornada de huelga, pero ha quedado, de algún modo, soterrado bajo una capa de desesperanza”.
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