EL DESPRECIO DE LA VERDAD
Deixa un comentariDel bloc de Lluís Foix. Mostra de la sensibilitat i saber fer d’un gran periodista que sap fer d’un article, un assaig.
El olvido y la memoria no se encuentran ni siquiera en el horizonte. La historia no está tejida por manos inocentes. Los horrores que quisiéramos olvidar son precisamente los que deberíamos recordar.
Desde el Holocausto a Darfur pasando por Ruanda, Camboya y las matanzas de Oriente Medio de nuestros días no podemos archivarlas en el lado opaco de nuestra memoria.
Me parece una indecencia que los iraquíes, libaneses, palestinos o israelíes, todas las víctimas de la violencia sectaria, se queden en las hemerotecas o en los noticiarios como archivando piezas de un museo.
La historia no se hace sino que se rehace, se enriquece con nuevos datos y hechos que han pasado, con las intenciones de quienes la protagonizaron, con las ideas muchas veces perversas que llevaron a las grandes desgracias de la Humanidad.
Hay que rescatar la verdad lo más objetivada posible de lo que ha ocurrido. Y contarla. Para que no se repita. Pero me parece que la verdad está condenada a un perpetuo exilio.Nos molesta hasta el punto que a veces provoca la burla y hasta el odio.
La verdad, a veces, no es políticamente correcta. Es despreciada en nombre de un país, de un gobierno, de una idea. Lamentable.
Como si la verdad quedara encerrada en los cenáculos de los poderosos, de los sabios, con una codificación hermética indescifrable. Es entonces cuando la mentira campa por sus respetos y nos envuelve a todos con formas que parecen verdaderas.