Pere Meroño

Diari d'un eurocomunista del #PSUC

18 de febrer de 2011
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Vida de ?Monica? (roja y clandestina)

Italiana del Véneto, su nombre de guerra –de militante comunista- es “Monica”. Estudia en Ca’ Foscari, Venezia, lengua y literatura extranjera. Reside en Francia a partir de 1965. Trabaja como lectora de italiano en Marsella y otras ciudades galas. El “amore” la lleva a Barcelona. También a Madrid. El viaje en tren de Barcelona a Madrid dura 36 horas, averías, incidencias. Madrid: ciudad pequeña pequeña. Más desierta que Barcelona. No le gustó ni un pelo (…)

De nuevo retorna a Barcelona, en donde plantarà sus reales. Monica prefiere vivir cerca de la frontera. La Barcelona de aquellos años: librerias tristes; sin nada. Ausencia de gente reunida en la calle –la dictadura prohibía la concentración de un número determinado de personas-. Eso sí, bocadillos fabulosos en las esquinas.

 

La pensión Goya, en la calle Tallers, deviene su lugar de residencia durante 2 años. Barcelona. Finales de 1969. conocerá, pronto, a gente muy inteligente, muy preparada. Se une a ellos y ellas.

 

Recuerda el final del primer tiempo, cuando la ruptura. 1974. Reuniones de fin de semana en Sant Cugat del Vallès. Casal Borja, recinto perteneciente a la Compañía de Jesús. Infantilismo –que en gente adulta carga un poco-. Dos sectores claramente establecidos: los que estaban allí para luchar contra el franquismo, y aspiraban a un lugar de poder, y los que apostaban por seguir con la propuesta política.

 

Años a venir, otro recinto. El espacioso local del partido en la Plaza Reial barcelonesa, actual residencia del arquitecto Oriol Bohigas.

 

Mucha dedicación profesional. Largas horas de trabajo. pocos vínculos orgánicos, solo una célula que actuaba por encargo de la dirección. Contactos, propaganda, proselitismo. Ella era su responsable. Punto de reunión: el barrio de Gràcia. Ahora en su casa, ahora en otra. Monica trabaja con jovenes en escuelas de idiomas.

 

Militante de la CGIL, y muy desengañada con los sindicatos de hoy en día, -y en el caso que de la CGIL por que en su sector, se prestó poca o nula atención al personal eventual-, conoce y trata a importantes personajes políticos italianos: Vittorio Foa, Lucio Magri, Vittorio Rieser. A este último, durante una conversación, y después de observarlo, le suelta: “Vittorio, siempre té veo instalado entre el pasado y el futuro. Nunca en el presente”.

 

Siguiendo con los sindicatos, apuesta por organizaciones con anclaje nacional pero tambien europeo.

 

Me recuerda que en su país, Italia, voto unas cuantas veces al PCI pero jamás fue miembro. Y simpatizó, preferentemente, con Avanguarda Operaia.

 

Firme pero nada sectaria aunque crítica, se siente roja y también anarquista. Y militó en Barcelona entre 1972 y 1982.

 

CANIGÓ, setmanari independent dels Països Catalans

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