La propuesta consiste en un intercambio de servicios. Me ofrecí como esposa a cualquier cubano que quisiera emigrar a España, pagándole los gastos de la boda y el pasaje. Pedí a los interesados que me escribieran “la carta de amor más bonita del mundo”; basándose en este material un jurado compuesto por tres jineteras –prostitutas- cubanas hizo la selección de la carta ganadora y, por tanto, de mi futuro esposo(…)
El seleccionado debía comprometerse a estar a mi disposición durante los años de espera para legalizar su situación en España, siempre que yo lo necesite, para participar en diferentes actividades relacionadas con la realización de la obra, como por ejemplo, asistir a exteriorizar su agradecimiento en medios públicos o acompañarme a eventos públicos. Una vez que haya conseguido sus papeles legales españoles nos divorciaremos, terminando con ello el contrato que nos une, y si se vende la obra nos repartiremos las ganancias a partes iguales.
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CANIGÓ, setmanari independent dels Països Catalans