Miquel Roman

Nou Barris (Barcelona)

12 de maig de 2007
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El centre d’atenció i seguimiento de drogodependents de Via Favencia es traslladarà a l’espai sanitari de Cotxeres de Borbó

Font: diari ABC / ELENA CARRERAS. ÁNGEL MARÍN. BARCELONA. 

La Sala Baluart triplicará su espacio para atender a los heroinómanos. Más de 300 personas acuden cada día a la Sala Baluart para inyentarse heroína en la intimidad Los heroinómanos de Barcelona, y también de fuera de la ciudad, continúan inyectándose en la narcosala de las Drassanes, mientras los operarios municipales trabajan en su interior para ampliar este espacio reservado para el consumo de drogas ilegales.

«La ampliación de la sala Baluart es para mejorar la atención a los usuarios y las condiciones laborales del personal sanitario, y no para poder atender a un mayor número de heroinómanos», asegura Imma Mayol, teniente de alcalde de ICV y responsable de la Agencia de Salud Pública de Barcelona.

A la narcosala de las Drassanes acuden cada día entre 300 y 400 drogadictos, la mayoría de ellos marginales, que han colapsado los servicios de este pequeño local. Cuando el próximo mes de julio finalicen los trabajos de ampliación, la narcosala pasará de 60 a 220 metros cuadrados de superficie.

«Ha tocado techo» El propio concejal de Ciutat Vella, el socialista Carles Martí, reconoce que la Sala Baluart «ha tocado techo» porque el año pasado atendió a 8.768 toxicómanos -123.427 venopunciones anuales, lo que supone una media diaria de 338-. Menos de la mitad de los usuarios (40 por ciento) de la narcosala de las Drassanes son residentes en Ciutat Vella, mientras que el resto viven en otros distritos (20 por ciento) o fuera de la ciudad (40 por ciento), la mayoría de ellos extranjeros.

«Ciutat Vella asume su papel central en la ciudad, y los transeúntes acaban viniendo aquí, pero es verdad que hay personas que usan la Sala Baluart que no son del distrito y tampoco son transeúntes», subraya Martí tras considerar que «sería bueno» que todos los distritos barceloneses dispusieran de una narcosala.

Nuevas salas en la ciudad. El plan municipal de acción de drogodependencias de Barcelona 2006-2008 contempla la apertura de más salas de venopunción en la ciudad. La teniente de alcalde de ICV asegura que a finales de este año se abrirá una nueva narcosala en un antiguo local de la Cruz Roja, emplazado entre el Eixample y Sant Martí, pero Mayol no revela el lugar para evitar posibles protestas vecinales contra su emplazamiento, tal y como sucedió con el centro de la Vall d´Hebron.

El plan municipal preve también la reubicación del centro de atención y seguimiento de drogodependientes de Via Favencia (Nou Barris) a un nuevo espacio sanitario en las cocheras de Borbó, actualmente ocupado por un centro de atención primaria.

No obstante, la ampliación de la Sala Baluart de Ciutat Vella -que concreta el mayor número de heroinómanos porque la mayoría se busca la vida en el centro de la ciudad- es el proyecto estrella de este plan municipal de equipamientos para toxicómanos.

El temor de los vecinos. Mayol reitera, una y otra vez, que la ampliación de la Sala Baluart «no afectará» a la convivencia en Ciutat Vella. Sin embargo, los vecinos y comerciantes del Raval temen que la narcosala ampliada atraiga este verano a más heroinómanos y que, con su presencia, aumente la sensación de inseguridad y de suciedad en las calles del barrio.

Si el impacto es negativo y aumenta el malestar en la zona, los vecinos y comerciantes del Raval anuncian nuevas movilizaciones para pedir el cierre definitivo de la Sala Baluart y que ésta sea substituida por una unidad móvil, igual que el autobús que reparte metadona a los toxicómanos.

El presidente de la Asociación de Vecinos de l´Arc del Teatre, Cecilio Garrido, recuerda que la nascosala trajo al principio más drogadictos y delincuencia a Ciutat Vella, aunque reconoce que en los últimos seis meses «ha mejorado» el clima social en el barrio. «El Raval no va a dar ni un paso atrás, y si vienen más toxicómanos volveremos a salir a la calle», advierte Garrido tras mostrar su desconfianza en el valor de la palabra de un político.

El líder vecinal afirma que no cree lo que dice Mayol de que la ampliación de la narcosala «no afectará» a la convivencia del barrio porque «en verano vienen muchos extranjeros a pincharse» a este centro de las Drassanes.

Además, añade, la teniente de alcalde de Iniciativa aseguró en 2004 a los vecinos, en la apertura de la Sala Baluart, que era «una medida provisional» mientras el Ayuntamiento buscaba otro sitio más adecuado para atender a los drogodependientes. «Han pasado tres años y medio y continuamos igual, sino peor», concluye.

Enric Sánchez, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes del Raval, coincide con Garrido en que «si la ampliación de la Sala Baluart es para acoger más usuarios, entonces, nos oirán». Este líder vecinal exige al gobierno municipal que «cumpla su palabra» de repartir las narcosalas por todos los distritos de Barcelona. «En el Raval no queremos comernos todo «el marrón» de los heroinómanos», advierte.

Cien semanas de protestas Unos dos cientos vecinos irreductibles de la Vall de Hebrón se manifiestan todos los miércoles, y ya llevan más de un centenar de semanas, para protestar contra la narcosala instalada junto a la residencia sanitaria. Toni Mateo, portavoz de la plataforma vecinal, insiste en que la cierren porque «en el barrio no hay tantos toxicómanos como para abrir un centro de atención especial para ellos». Las cifras de uso de la narcosala de la Vall d´Hebrón -en 2006 atendió sólo a 174 personas, lo que supone una media de 0,9 venopunicones diarias- avalan la tesis vecinal. Y, por ello, Mateo insta al Ayuntamiento a ofrecer el mismo servicio a los toxicómanos de la ciudad a través de «una narcosala ambulante (autobús) porque generaría menos molestias a todos los vecinos».


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