Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

16 d'abril de 2009
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Amb Natan Lerner

Ahir pel matí vaig visitar a Herzliya, per tercer cop, Natan Lerner (Polònia, 1925), un del juristes israelians de més prestigi internacional. El motiu de la trobada era demanar-li parer sobre el llibre que amb Ehud Manor estem preparant sobre el sistema constitucional de l’Estat d’Israel.

 

Natan Lerner és un home menut però d’una vitalitat intel·lectual extraordinària, catedràtic de dret internacional públic a la Universitat Hebrea de Jerusalem, ara jubilat continua ensenyant cada dia al centre Interdisciplinari d’Herzliya. Xerrem un parell d’hores de les eleccions israelianes (ell és un esquerrà i ateu d’una peça), de la situació política a Catalunya, de la colla de polítics espanyols que desfilen per aquí (Solana, Moratinos..), del totalitarisme religiós i d’un munt de coses més. Ens ofereix un doll de documentació i referències desconegudes per nosaltres, afegint-hi les seves apreciacions personals sempre valuoses. Em demana quin curs segueix la revista “Idees” on ell va col·laborar quan jo n’era director, pregunta per Jordi Pujol i les reaccions a l’ofensiva israeliana contra Hamàs a Gaza a casa nostra, (li mostro un exemplar del pamflet “Aturem-ho”, editat a l’efecte pels catalans solidaris amb la causa palestina).

Acomiadats afectuosament, tornant cap a Tel Aviv, amb Ehud dinem a un restaurant de carretera regentat per àrabs israelians on fan un corder a la brasa boníssim que m’he de menjar bevent llimonada. Sort que a la vesprada amb Bluni i Kalman sopem a la platja, al Manta Ray, on cuinen millor el peix (sense closca) de tota la ciutat. Al novembre passat el vam descobrir amb la meva filla i des d’aleshores és cita obligada cada cop que passo per Israel. Acabo la nit amb Tzvi Manor, guia i amic, que acaba d’acompanyar Jaume Fernàndez i la seva colla de tour per aquests andurrials.

Quatre dies per aquestes terres, on la pau i la guerra són episodis interrelacionats, em carreguen de vitalitat. Aquí hi començo a tenir records personals arran de les visites amb els meus fills, la Gemma i altres persones estimades com Ignasi Carnicer, Juli Gens, Pere Olivé i uns quants amics més.  No és un edèn, ni res que se li assembli, ni em penso convertir al judaisme, ni venir a viure-hi, la meva pàtria és Catalunya, però aquí hi trobo referents que em mouen a pugnar per alliberar l’independentisme català de l’estultícia que el paralitza quan fa propis els dogmes totalitaris de l’antisionisme.

Post Scriptum, 17 de juny del 2016.

Reprodueixo la crònica de l’acte d’homenatge al professor Lerner publicada abans d’ahir al digital Aurora Israel:

Pocos días atrás, el 8 de junio de 2016, la Asociación de Amigos de Habla Hispana de la Universidad de Tel Aviv rindió un homenaje a la trayectoria académica del Profesor Natan Lerner, distinguido jurista con una larga carrera que comenzara en la Argentina, se prolongara en los pasillos de las Naciones Unidas en Nueva York como parte de la delegación del Congreso Judío Mundial a esa Institución y culminara en Israel, donde los últimos 30 años se orientara principalmente a la actividad académica -docencia e investigación- después de un largo período de dedicación a las mejores causas sionistas. Y vale la pena recordar también que durante años Natan Lerner estuvo presente semanalmente en Aurora con una columna de comentarios, siempre agudos, sobre la realidad israelí y su lugar en el mundo.

En ocasión de este homenaje, el Profesor Lerner dictó una conferencia que titulara “Reflexiones críticas de un jurista judío”, en la que presentó una síntesis de su pensamiento sobre la situación actual. Bien vale la pena glosar y comentar aquí los aspectos más salientes de esas reflexiones, que describen con suma agudeza -a mi juicio- la situación actual de la sociedad israelí, al mismo tiempo que aportan material para avanzar en los cambios que esa sociedad debería acometer desde ya para superar esta situación.

Avances científicos y económicos, retroceso moral

En sus reflexiones, el Profesor Lerner destacó los grandes avances de una sociedad y de un país que en el curso de los últimos 70 años ha alcanzado progresos notables en el campo científico y cultural, así como en su desarrollo económico y tecnológico y también en el campo militar, con el fortalecimiento de sus fuerzas de seguridad.

Pero estos avances contrastan actualmente con un estancamiento político, institucional y moral, que se ha ido gestando a lo largo del tiempo y que hoy se manifiesta en diferentes planos, entre los que se destacan: una crisis de la democracia sustantiva, más allá de sus aspectos formales (la persistente carencia de una Constitución no es una casualidad, sino la forma de mantenimiento de esa ambigüedad democrática), acompañada de ataques a la sociedad liberal, abierta y democrática ; los brotes recurrentes -y crecientes- de racismo y de segregación étnica, junto a discriminación religiosa y clericalismo; el distanciamiento entre la sociedad israelí y la diáspora judía; un cierto neo-sionismo de carácter tribal, inmobiliario, que está sustituyendo al llamado sionismo “ingenuo”, verdadero responsable de la admirable epopeya que significó en su momento la creación del Estado de Israel: un creciente culto de la fuerza, acompañado por una estatización de la ortodoxia, con su consiguiente agresión a la libertad de conciencia y a una sociedad pluralista.

Frente a todo ello, las respuestas que propone el Profesor Lerner -y que en su compleja sencillez enfrentan a fondo los problemas de esta sociedad- no constituyen un programa rígidamente ordenado ni un recetario a seguir al pie de la letra. Se trata -nuevamente- de reflexiones sobre caminos a seguir, o más bien pasos a dar, para recuperar las virtudes del pasado y construir nuevas bases de solidaridad nacional e internacional, removiendo instituciones que congelan el estatus quo.

Así, una propuesta central es la desmitificación de mitos tales como los de “pueblo elegido”, “eterna víctima”, “la sacralidad de la tierra”; y con ello, hace frente al culto a la fuerza, que tiende peligrosamente a sustituir la solidaridad por la imposición. Es preciso retomar los principios liberales, entendidos como los que defienden la libertad de expresión, la aplicación universal de los derechos humanos, la vigencia de los derechos de las minorías y la continua perfección de la democracia.

En ese contexto, es necesario superar en Israel -trascender – las estructuras arcaicas de funcionamiento de los partidos políticos y desprofesionalizar -para volverla nuevamente atractiva y respetable- la actividad política. Es urgente reabrir el diálogo con el mundo, retomando el mensaje sionista que el mundo aceptó en su momento, y que llevó a la creación y consolidación del Estado. Y volver a aprender que un arreglo no es una mala palabra, y que el más fuerte puede -y debe, en muchos casos- tomar la iniciativa. Y que el “no”, no es la respuesta permanente que se espera de nosotros.

Creo haber sido fiel, en la medida de lo posible, a lo que el Profesor Lerner expresara -aunque él lo hiciera con mayor coherencia y explicaciones. A partir de ello, me tomo el atrevimiento de agregar algunas reflexiones, esas sí de mi cosecha. El estancamiento social, político e institucional descrito, el deslizamiento hacia prácticas que atentan contra la democracia, la discriminación y segregación crecientes, constituyen una realidad que convive con una razonable inserción económica internacional y con desarrollos culturales y científicos que se traducen en la práctica en la creación y oferta de nuevos bienes y servicios, la mayor parte de los cuales pasan a ser producidos y comercializados fuera del país.

Israel experimenta una inversión de valores

Pero todo ello está enmarcado por una situación que se viene prolongando -y profundizando- desde hace casi 50 años. Se trata de la ocupación de los territorios conquistados durante la Guerra de los Seis Días, y de su mantenimiento hasta el presente. Es difícil establecer una clara relación de causalidad entre la continuidad de la ocupación -y el desarrollo de los asentamientos en los territorios ocupados- y el deslizamiento de la sociedad israelí hacia valores cada vez más alejados de los que caracterizaron en su momento al sionismo. (Y el sionismo aquí es sinónimo del movimiento creado para el establecimiento de un hogar nacional judío, en el que los ideales de democracia y de equidad social constituirían la base de una convivencia pacífica y armoniosa: la lectura de Altneuland, por ejemplo, es una de las primeras muestras de esa concepción, ingenua si se quiere pero totalmente válida como guía).

Lo que resulta claro es que la ocupación -y la actitud frente a la ocupación- está vinculada de manera notoria con la inversión de valores que está experimentando gran parte de la sociedad israelí. Y por su parte, esa inversión de valores facilita y aún promueve la continuidad de esa ocupación. Con esto se perpetuaría un estatus quo que conduciría, en un paso de tragedia que aparecería como inevitable, a la consolidación de un Estado donde los valores democráticos -si aún pesaran- se subordinarían a la dominación de un grupo nacional sobre otro.

Sin embargo, es preciso y necesario seguir pensando que se puede trascender esta etapa y que es posible recuperar, para ésta y para las futuras generaciones, valores que tengan simultáneamente, para utilizar palabras del Profesor Lerner, una dimensión parroquial y universal. Esta posibilidad no reconoce un camino único ni soluciones instantáneas, pero no caben dudas de su necesidad y de su urgencia. Porque esperamos, como dice la vieja canción de Jánuca, la Fiesta de las Luminarias: “Y en nuestros días, todo el pueblo de Israel se unirá, se levantará y se redimirá” Y agregaría: Una redención universal y compartida, porque no se vale una redención a costa del otro.

Post Scriptum, 16 d’abril del 2019.

El doctor Natan Lerner va morir el 29 de gener del 2018. Heus aquí la breu ressenya que en va fer el digital Aurora: “Nacido en Polonia el 12 de octubre de 1925 y educado en Argentina, el Dr. Natán Lerner se graduó de abogado en 1950 y obtuvo su doctorado en Derecho y Ciencias Sociales en 1958, ambos en la Universidad de Buenos Aires. Fue Vicepresidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas) en Argentina. Practicó la abogacía en Buenos Aires hasta 1963, cuando se estableció en Nueva York y trabajó como representante del Congreso Judío Mundial en las Naciones Unidas.

Se trasladó a Israel en 1966, donde fue director de la Oficina israelí del Congreso Judío Mundial hasta 1983. Desde 1984 hasta 1989 fue director del International Center for the University Teaching of Jewish Civilization. Simultáneamente enseñó Derecho Internacional y Derechos Humanos a nivel universitario y fue colaborador de Aurora por más de quince años.

Desde 1989 la docencia universitaria ha sido su actividad principal. Desde que dejó la Universidad de Tel Aviv, después de más de 20 años de docencia, el Profesor Lerner enseñó en el Centro Interdisciplinario Herzliya. Dio conferencias frecuentes en el exterior, figuraba en la lista de expertos de organizaciones internacionales, y fue Consultor de la UNESCO en discriminación racial.

Lerner fue autor de los siguientes libros en inglés: Religion, Secular Beliefs and Human Rights (2006); Religion, Beliefs and International Human Rights (2000); Group Rights and Discrimination in International Law (2003); The UN Convention on the Elimination of All Forms of Racial Discrimination (1980); The Crime of Incitement to Group Hatred (1965).

También publicó varios libros en castellano. Sus libros sobre Discriminación Racial y Religión se tradujeron al japonés y el libro Derechos de Grupo al castellano. “De lo parroquial y lo universal”, fue una colección de ensayos editada por Aurora.”

  1. Tens raó en la qüestió de l’estultícia d’alguns sectors de l’independentisme català en relació l’antisionisme, però l’estultícia sempre neix del desconeixement i per desgràcia a la gent cada vegada ens és més fàcil opinar sense haver-nos documentat prèviament del que parlem i deixar-nos dur pel cabdal del corrent majoritari i per tot el que els mitjans ens pretenen fer creure. La realitat sempre és diferent i té molts miratges que cal eliminar per analitzar-la amb la màxima objectivitat i atrevir-se a opinar sobre una qüestió tant sensible com és el cas d’Israel i de Palestina. Personalment és una qüestió que em produeix molta tristesa i angoixa perquè penso que és hi ha massa sofriment per les dues bandes i que una convivència és possible i la història ho ha demostrat, però sóc totalment profana sobre el cas, a diferència de tu. Quan tingui temps estudiaré la qüestió amb més profunditat. Lamento molt que alguns sectors independentistes catalans adoptin el dogmes totalitaris de l’antisionisme igual que ho fan molts d’altres sectors de la població i que no copsin que el nostre poble està sofrint un genocidi sense sang, més cruel i més lent, perquè gairebé no et permet ni rebelar-t’hi. I aquests sectors que fan seu els dogmes totalitaris antisionistes són incapaços de plantar cara  a un estat que ens està aniquilant com a país i ens està prenent la dignitat com a poble amb un tractament cada dia més injust. Això és el que a mi em fa pugnar. Ara per ara entenc la teva preocupació però  tant se me’n fa que pensin els independentistes del sionisme, necessito creure que serem capaços de mirar el nostre voltant i poder copsar la trista realitat que ens envolta i el funest futur que ens espera com a país perquè no hem estat capaços de tirar tots junts endavant un projecte que durant un temps haguerem pogut liderar aconseguit un camp de vot que era inimaginable anys enrera, no hem sabut aprofitar l’ocasió. No es tracta d’alliberar l’independentisme català de l’estultícia envers el sionisme o no, sino de la seva pròpia estultícia interna que e fa adoptar actituds incoherents i de la seva incapacitat per fer un front comú que dugui a la llibertat de la nació, no creus?

    Teresa

  2. L’independentisme català i la política nacional catalana en general, si s’ha d’alliberar d’alguna cosa, no l’única, és del sionisme latent en tots i cada un dels seus actes.
    No crec que Palestina sigui el model ni el referent per Catalunya, però de cap manera el referent nacional d’un poble que aspira a la seva sobirania nacional, mo pot ser un implant fet per les potències colonialistes en un territori, que a més d’anorrear i desplaçar forçosament un poble, ha mantingut el bel·licisme i la barbàrie institucional com a únic mitjà  per a mantenir la seva ocupació.  

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