Jaume Renyer

Manuel Ballbé Mallol (Barcelona, 1951) és catedràtic de Dret Administratiu a la Universitat Autònoma de Barcelona i un dels juristes més innovadors i brillants del nostre país.

Avui ha intervingut al Fórum d’actualització de Dret local que a la ciutat de Reus organitza la Càtedra Antoni Pedrol Rius d’Estudis Locals, depenent de la Universitat Rovira i Virgili. El tema de la seva exposició era les relacions entre Catalunya i España i realment feia temps que no sentia una anàlisi original, positiva i globalitzadora com la seva. Dissortadament, les seves paraules no han quedat enregistrades ni tampoc està previst que s’editin i haurem d’anar rastrejant les pistes del seu pensament a les nombroses i diverses publicacions de les quals és autor.

En síntesi ha vingut a dir que el poble català ha sobreviscut a les adversitats històriques passades i presents a base d’esperit de superació, capacitat creativa i originalitat. I que en l’actual conjuntura el pessimisme i la decadència que el país pateix en molts camps és degut a la pèrdua de confiança en aquestes potencialitats i en una errònia percepció de la realitat en molts camps. Les dades de seguretat ciutadana, d’atractiu turístic, de capacitat d’integració social són molt positives i poc valorades. Hi ha poca autoestima i massa subordinació envers l’ordre estatal.

Post Scriptum, 11 de febrer del 2020.

Ahir va morir, als seixanta vuit anys d’edat, Manuel Ballbé Mallol, deixant una extensa obra i la memòria d’un esperit creatiu, unes qualitats escasses al nostre món jurídic com reflecteixen en aqueix escrit cinc dels seus deixebles més preuats:

Un jurista inconformista

El 10 de febrero de 2020 hemos perdido a un Maestro, un Padre, un Amigo, un Hombre generoso, divertido, visionario y apasionado de la vida: el Dr. Manuel Ballbé Mallol, Catedrático de Derecho Administrativo de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Hijo del destacado Catedrático de Derecho Administrativo, Manuel Ballbé i Prunés ―quién dejó prematuramente a él y a sus otros nueve hermanos y hermanas― se autodefinía, con el humor que lo caracterizaba, “huérfano del cuerpo” y, en esta condición existencial, se formó al amparo del magisterio del Profesor García de Enterría y de su maestro, el Profesor José Ramón Parada Vázquez.

Manuel Ballbé fue un verdadero defensor de la democracia ―fue detenido en 1974 por las fuerzas de seguridad franquistas― y, además, un gran estudioso, tal como puso de manifiesto su trascendental trabajo Orden público y militarismo en la España constitucional (1812-1983) en cuyo prólogo, García de Enterría afirmaba que se trataba de un libro “decisivo para la comprensión de nuestra historia política contemporánea”. Diez años después de su detención fue galardonado en el Día de la Policía por sus trabajos, que abrieron paso a las reformas dirigidas a promover unos cuerpos de seguridad democráticos y profesionales. La obra de Manuel Ballbé debe ser considerada un clásico, en el sentido de que nunca agota su sentido, valor y capacidad de inspiración. Su lección sigue siendo increíblemente actual.

Manuel Ballbé fue, en efecto, un estudioso visionario y precursor: ya en 1984 alertaba del peligro de “tratar a los ciudadanos como enemigos”; mucho antes de que en el siglo XXI descubriéramos los horrores, los abusos y las mentiras de la guerra global contra el terror. Sus escritos sobre procesos de integración europea, federalismo y derecho global fueron pioneros en la doctrina y aún brindan enormes oportunidades de reflexión en estos tiempos de desafíos tan complejos. Cuando multi- e interdisciplinariedad eran unas virtudes apenas reconocidas, Manuel Ballbé las practicaba con convicción, y aunque tuviera que sacrificar la pureza de los métodos, realizó una investigación espectacularmente multidisciplinaria con una pericia magistral, en palabras de García de Enterría.

Sin embargo, recordar a Manuel Ballbé sólo por sus escritos sería tremendamente injusto. Destacaba, pues, por sus dotes humanas: su curiosidad, alegría, generosidad y cariño. Quién ha conocido a Manuel Ballbé ha resultado siempre contagiado por semejante torbellino de ideas geniales y de bondad. No se pueden cuantificar sus actos de generosidad, que bien atesoran quienes han resultado beneficiados por ellos.

Era un feminista convencido, además, como gran lector de Martha Nussbaum, creía en la centralidad de las emociones y del cariño. Su curiosidad e intereses eran enormes y sus planteamientos siempre originales e inconformistas. En cualquiera de sus discursos, el Derecho podía ir de la mano de la teoría política y de la económica, de la historia, de la neurociencia, de la psicología, de la estadística y de la bioquímica. Quién lo frecuentaba tenía iguales posibilidades de terminar un encuentro con él con un buen libro o con una prueba analítica de cabello para controlar el nivel intracelular de metales pesados. O ambas cosas.

Quién ha tenido la ocasión de estar con él en los últimos tiempos, en los que luchaba contra la enfermedad que nos lo ha arrebatado demasiado pronto, hubiera encontrado un hombre siempre intelectualmente inquieto e inspirador, pero sobre todo un testimonio del amor por la vida.

Marta Franch Saguer, Josep Ramon Fuentes Gasó, Judith Gifreu Font, Lucia Casado Casado i Endrius Cocciolo.

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