Antoni Escudero i Martínez

Lo que preocupa especialmente al sector turístico catalán es la disminución de reservas para agosto

(Vanguardia 13 juliol 2008)
En lo que va de temporada la presencia de medusas no ha sido alarmante en la costa catalana, aunque sí se ha registrado algún episodio puntual como durante el fin de semana de Sant Joan en la Costa Brava, cuando numerosas medusas se acercaron a las playas de Palafrugell y Begur. Ayer mismo a última hora de la tarde, en la playa del Miracle de Tarragona veinte bañistas tuvieron que ser atendidos por la Creu Roja por picaduras de medusas. El fenómeno no preocupa, por ahora, al sector turístico, mucho más ocupado en cómo remontar las reservas previstas para agosto y cómo les afectará la crisis.

“Es evidente que cualquier cosa que afecte a la imagen de la playa repercute en negativo, pero por ahora no tenemos constancia de que haya medusas”, explica un hotelero de Salou, quien añade que a pesar de todo es peor que ondee la bandera amarilla o roja por una mancha de hidrocarburos o productos industriales en el agua, como ha ocurrido hace unos días en el Garraf, que por una causa natural como sería la presencia masiva de medusas. Lo que preocupa ahora a los hoteleros catalanes es la previsible reducción del turismo, especialmente de la clientela nacional, durante el mes de agosto. Las reservas llegan cada vez más tarde, y a juzgar por el ritmo registrado hasta ahora las previsiones no son optimistas. Además, el gasto que hacen los visitantes cuando están de vacaciones se reduce cada año más, constata Maria Eugenia Arbó, presidenta de la Associació Hotelera Salou Cambrils La Pineda.

En este contexto, la presencia de medusas registrada hasta ahora no preocupa al sector turístico de la costa tarraconense y, hasta este momento, las medusas tampoco vienen siendo un problema para las playas de la Costa Brava.

Según los responsables de la Creu Roja y de las concejalías de Turismo de las localidades costeras del litoral gerundense, por ahora únicamente se ha registrado un episodio de presencia masiva de medusas en las aguas de las playas. Fue el pasado mes de junio, coincidiendo con el fin de semana de Sant Joan, y se produjo en una zona muy delimitada de la Costa Brava, en algunas de las playas de los municipios de Palafrugell y Begur. Otro caso similar se registró ayer mismo sólo en la playa del Miracle, la más urbana de Tarragona. “A última hora de la tarde, vinieron una veintena de bañistas con picaduras, pero ha sido el único capítulo de este tipo que hemos registrado y sólo en esta playa”, mantiene Joan Carles Castellví, responsable de la Creu Roja.

Por eso, y aparte de alguna queja puntual, los representantes del sector turístico de la Costa Brava están más preocupados por pensar cómo se desarrollará la temporada y qué incidencia podrá tener la actual crisis económica que afecta al país. Los hoteleros no piensan que la posible presencia de medusas en las playas, si es que acaba produciéndose también este año, pueda tener “repercusiones en las reservas y en la afluencia de turistas a la Costa Brava”, explicaba uno de ellos, que aseguraba que acaban produciendo más pérdidas para el sector “las previsiones de mal tiempo para un fin de semana lanzadas por cualquier meteorólogo en la televisión” que las posibles plagas de medusas.

Por suerte, según reconocía ayer el presidente de la Federació d´Hostaleria de Girona, Antoni Escudero, “por ahora las playas están limpias, las banderas verdes ondean y la gente puede bañarse con tranquilidad”. El máximo responsable de la federación comenta que “bastantes dificultades hay ya como para que ahora aparecieran también las medusas”. Y en el caso de que lo hicieran, añade, “poco se podría hacer, teniendo en cuenta que se trata de un fenómeno que se ve agravado por factores sobre los que no tenemos influencia”.