Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

6 de gener de 2016
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Marcel·lí Perelló: “Gracias CUP”

Ahir, Marcel·lí Perelló i Valls, editorialista del diari mexicà Excelsior va dedicar el seu article a la situació política catalana amb un text que duia per títol “Gracias CUP”. Segurament els cupaires no ho saben, ni els interessa llegir-lo. Tampoc deuen saber que aqueix patriota és fill del destacat militant d’Estat Català Marcel·lí Perelló i Domingo, (pels anticapitalistes nostrats ésser separatista és equivalent a ser feixista, per això els valents de la PUA va agredir els militants d’EC al Pi de les Tres Branques l’any 1996) i ell mateix té una llarga trajectòria com a revolucionari (dels de veritat) i militant independentista (PSAN, Nacionalistes d’Esquerra i ERC).

Marcel·lí Perelló fou membre del Partido Comunista Mexicano des del 1965 i dirigent de la revolta universitària de l’any 1968 que estroncà el règim amb la matança de la Plaça de les Tres Cultures). Exiliat a Romania, l’any 1977 i fins el 1985 visquè a Catalunya, on també ha tornat el seu germà Carles, militant d’ERC com ell mentre restà al nostre país essent profesor a la UAB.

Ahir va deixar anar el seu sentiment de patriota dolgut per la infame actuació de la direcció de la CUP com queda clar en aqueix article:

“El domingo se produjo la catástrofe. El primer domingo del año fue nefasto para los catalanes. Sin duda uno de los días más tristes de su historia. De la historia de un país que se las ha visto de todas. Desde que fue trágicamente conquistado por los españoles en el siglo XVIII, hasta la derrota frente al franquismo en el XX, pasando por la intervención francesa del XIX.

Todos ellos, sin embargo, fueron reveses frente a los extranjeros, y eso constituye si no un consuelo, sí una explicación. La de anteayer, en cambio, fue un descalabro interno, a manos de propios catalanes, y ello acentúa el dolor, el desgarramiento, hasta volverlo insoportable. Y agrava las consecuencias, haciéndolas tal vez irreversibles. Al menos por un largo periodo histórico.

No voy a entrar en detalles, tal vez imprescindibles. Pero no puedo ni quiero. El caso es que como usted ya sabe bien, hace cuatro o cinco años, el movimiento de liberación nacional de Cataluña conoció un auge tan impensado como arrollador. Cientos de organizaciones, de las más diversas características y dimensiones, se unieron a la causa, pasando por alto los rencores y discrepancias que hasta entonces las habían dividido. El objetivo era uno solo: la independencia nacional.

Millones de personas salieron a las calles, con un entusiasmo, convicción y alegría desbordante y sin precedentes. La victoria era segura, contundente e inminente. Salvando todas los perversos, ingentes y continuos obstáculos que tendió el gobierno español, se llegó finalmente a las elecciones decisivas del 27 de septiembre que los independentistas ganaron con mayoría absoluta.

El triunfo estaba cantado. Sólo faltaba formar gobierno. El primer gobierno independentista de los últimos 300 años. Bastaba que las dos formaciones soberanistas se pusieran de acuerdo: JxS, Junts pel Sí, “Juntos por el Sí”, una amplísima alianza policroma que ganó 62 escaños, y la CUP, “Candidatura de Unidad Popular integrada por ultraizquierdistas, que obtuvo 10.

Ahí la puerca torció el rabo, pues estos últimos se negaron a votar por Artur Mas, el candidato de JxS, alegando que era “burgués” y “procapitalista”. Tal cual. No obstante, se entablaron negociaciones y se elaboró un listado de requisitos y exigencias. En un momento dado la unión pareció posible, aunque las concesiones nunca eran suficientes.

Propusieron entonces rehacer diversos incisos mediante ofrecimientos seductores, Mas incorporando valiosas iniciativas, dejando esta naciente unidad en vía óptima. Además tantearon rutas alternas integradas con instrumentos organizativos nuevos.

Todo fue inútil. Era no. Y fue no. Este domingo fue el definitivo. Dando al traste con todo lo logrado hasta ahora. Los anhelos y la ilusión de millones fueron hechos añicos. De aquella “revolución de las sonrisas” no queda nada. Contra el sectarismo, la estulticia y la más que probable infiltración de agentes provocadores en la CUP, no hubo qué hacer. El desánimo y la tristeza señorean por pueblos y ciudades. Cataluña hoy es un páramo.

Decido, para ilustrar la magnitud del estrago, traducir y reproducir in extenso el texto que escribe y me hace llegar mi hija Aina. No es su estilo ni tiene por costumbre escribir textos políticos. Tal vez debí decir que no era su costumbre. Su magnífica, desgarradora y despiadada filípica es el mejor retrato de la situación hoy, de los sentimientos, frustración y rabia de buena parte del pueblo catalán.

“Gracias CUP. Gracias por habernos hecho perder las elecciones, tanto en porcentaje como en escaños. Gracias por estar a la altura del proyecto de la República Catalana. Gracias  por votar junto a los españolistas del PSC, C’s y PP. Gracias por decir sí a la independencia pero actuar en contra. Gracias por dar la gran alegría a Rajoy, a Soraya, a Montoro y a todo el PP.

“Gracias CUP. Gracias por todo lo que dirán de Cataluña los medios extranjeros. Gracias por imponer que el mundo es el que debe adaptarse a la CUP. Gracias por actuar como si tuvieran ustedes 62 diputados a la hora de exigir y sólo 10 a la hora de aceptar responsabilidades de gobierno. Gracias por su “lo que importa es el qué, el cuándo y el cómo, y no el quién” y clavarse en ese quién para dinamitar el proceso.

“Gracias CUP. Gracias por ese “gobernémonos”, haciéndonos creer que el sufijo “nos” aludía a todos los catalanes, cuando en realidad se refería sólo a ustedes. Gracias por priorizar la caída de Mas por encima de una movilización social a favor de los desposeídos. Gracias por aleccionarnos que el enemigo era tan sólo el Tribunal Constitucional Español. Gracias por ponerle “pausa” al proceso. Era eso precisamente lo que necesitábamos. Gracias por llevarnos a nuevas elecciones. Gracias por ser un partido sin ninguna pretensión de gobierno. Gracias por habernos hecho creer que eran ustedes políticos diferentes a los habituales. Gracias por haber captado el voto de los jóvenes y haberlos dejado ahora colgados de la brocha. Gracias por la imagen que través de ustedes dio este domingo todo el independentismo.

“Gracias CUP. Gracias por ser demócratas que respetan el resultado de las elecciones y el 62 a 10. Gracias por dar la razón a los escépticos y a los pesimistas. Gracias por haber dado la razón a La Razón. Gracias por debilitar una lucha social y burlarse del esfuerzo de tanta gente en los últimos cinco años. Gracias por escuchar esa cadena humana de 400 kilómetros, la gran V chica de dos millones de personas o el maremágnum de la Meridiana hace apenas cuatro meses. Gracias por obedecer el mandato de las consultas ciudadanas que llevaron a cabo los pueblos del país. Y gracias porque los votos que recibirán ustedes en marzo ya no serán contados como independentistas.

“Gracias CUP. Pero recuerden que en este país, el suyo y el nuestro, quien pone y quita presidentes somos los ciudadanos, no la CUP. Aprendan de una buena vez cómo funciona la democracia. Quien decide son las urnas”.

Post Scriptum, 6 d’agost del 2017.

Ahir va morir a Mèxic Marcel·lí Perelló Valls, només dos diaris catalans s’han fet discretament ressò de la notícia (Vilaweb i Ara), sobta el silenci de l’independentisme contemporani, sense memòria i sense identitat, però en canvi la seva entrada a la wikipèdia ha estat actualitzada diligentmemt per afegir-hi un episodi rebutjable, si es confirma com a cert, d’unes declaracions masclistes en una ràdio mexicana. La dimensió global del personatge està, però, molt per damunt de la majoria dels dirigents de l’actual esquerra independentista nostrada, com ho demostra l’article que encapçala aqueixa apunt. Fa uns anys, (excepcionalment el 20 d’octubre del 2012), el blocaire “L’ombra de l’atzavara” li va dedicar un apunt.

Post Scriptum, 5 d’agost del 2022.

No sé que hagués dit Marcel·lí Perelló si hagués viscut, però a la vista dels esdeveniments protagonitzats per la CUP (sotmetiment voluntari d’Anna Gabriel a lespanyola justícia, complicitat en la defenestració de Laura Borràs) s’hagués indignat novament.

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