Cuesta de imaginarse a Hector negociando estrategias económicas en Bruselas o a Teresina convenciendo al ministro de Cultura para una nueva colección de cuentos infantiles sobre la papa y el choclo… cuesta imaginarlos mientras bailaban la música negra-limeña que un magnífico conjunto interpretaba en vivo en "Don Porfirio", un delicioso tugurio del barrio de Barranco, al que los turistas no llegan si no es de la mano de unos amfitriones tan estupendos, como nuestros amigos de Lima.
Teresina y Hector, dos grandes profesionales de la edición y las finanzas, grandiosos amigos de Charo y Gonzalo y entrañables amigos de los amigos de sus amigos, son dos piezas importantes del Linaje Iberoamericano de Nasca un conglomerado mágico que se ha forjado en el Perú, en esa semana maravillosa de traspaso de 2007 a 2008. Cristina, la tia Tere, los chicos Villaran-Elias, la familia de Charo, y el resto de sus amigos peruanos, completan el grupo. Como núcleo de ese "parentesco civil" Gonzalo y Charo y como líder imprescindible de la conexión ibero-americana, Anamaria. Gracias a ella , los tres chilenos Moira, Valentina y Felipe, el brasileiro Faxina i el catalán que subscribe, no sólo hemos "descubierto" el Perú (sin traiciones ni saqueos como otros) y vivido momentos inolbidables, sinó que hemos anudado los lazos de ese linaje que, estoy seguro, permanecerá vivo y con ganas de reencuentro por los siglos de los siglos.
Charo me encargó que hiciese un "documento fundacional" del Linaje Iberoamericano de Nasca; me costará condensar todo lo que quisiera expresar en él. Pero lo haré.
Esto del linaje entre personas que no se conocían pero que confraternizan rápidamente, por tener vínculos comunes basados en gente que se quiere, nos lo contó un monge budista de Bután que conocimos -en una circunstancia parecida- en un pueblito del Pirineo aragonés (al norte de España).
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Hola Xavier,