Fòrum Narcís Monturiol

Grup d'opinió

1 de febrer de 2016
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BORSA I POLÍTICA

NOTAS  COMPLEMENTARIAS  SOBRE  LA  LLAMADA  ‘CUESTIÓN  CATALANA’.

Invitado por la Sociedad Civil para el Diálogo (SCD) a exponer mi punto de vista de simple ciudadano sobre  el presente, y sobre posibles horizontes futuros,  de y para Cataluña, empiezo con una referencia, acorde con la entidad que nos acoge: la del Club Siglo XXI.  En tiempos pasados,  oíamos en este espacio-oasis, en donde el diálogo era aún posible,  referencias a uno de nuestros clásicos… que lo fue también de ‘Cuadernos para el Diálogo’, revista que nacía en tiempos de Concilio Vaticano II y tras el llamado, por el régimen franquista, ‘contubernio de Munich’,  intento serio para aunar a voces y a personas solventes que querían, para España, un futuro de libertades  progresivas.

Antes de su marcha forzada hacia su exilio de Colliure, Antonio Machado pasó unos días en Barcelona. Y allí publicó artículos  –que más tarde dio a conocer Aurora de Albornoz–  sobre sus puntos de vista acerca de Cataluña, en tiempos tan trágicos, a las pocas semanas de la entrada de las tropas franquistas a Barcelona, el 26 de enero de 1936. Empiezo con tres frases-versos de Machado:

Uno:

Para dialogar, preguntar primero: después escuchar.

¿Tu verdad?  No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela.

Hoy es siempre todavía.

Me quedo con la tercera, porque me indignan los comentarios de quienes creen que cuanto se mueve hoy en el país en donde he nacido no es más que un sarpullido circunstancial que pasará como pasan, en la mayoría de los casos, las fiebres infantiles. Y no. El “hoy es siempre todavía”  rememora un pasado, describe un presente y marca las posibles líneas de un futuro.  Para recordar que, en esta cuestión, es cierto   –como decía el PSUC, fuerza política que fue hegemónica en el llamado tardofranquismo–  que ‘venim de lluny i anem més lluny encara’. A modo de minuta, apunto referencias históricas en los puntos  2, 3, 4 y 5.

Dos.  En el pasado:  1885. Memorial de greuges. (Valentí Almirall):  Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña. Alegato presentado a Alfonso XII, el 10 de marzo de 1885.

‘Mancomunitat de Catalunya’.  Enric Prat de la Riba: unión de 4 provincias catalanas. N. 6 abril 1914. Muere con la dictadura de Primo de Rivera.  “Prat de la Riba convirtió la Mancomunidad en una plataforma política de reconstrucción nacional, canalizando el dinamismo de amplios sectores del país:  Escola del Treball, FP,

Universitat Industrial, Escola Superior d’Agricultura, Institut d’Estudis Catalans, Xarxa de Biblioteques Populars, Escola de Bibliotecàries (Eugeni d’Ors), infraestructures viàries”.

1917.  ‘La Asamblea de Parlamentarios’ en Barcelona  (julio, 1917), a pesar de la prohibición del gobierno central (Dato) y del despliegue de Ejército, Guardia Civil y policía, que detuvieron a los 68 de los 15 senadores y 63 diputados:

“Que es voluntad de Cataluña la obtención de un régimen de plena autonomía;  que es de gran conveniencia para España transformar la organización del Estado basándola en un régimen de autonomías que, adaptando su estructura a la realidad española, aumente su cohesión orgánica y facilite el libre desenvolvimiento de sus energías colectivas”.

1931:  proyecto de Estatut d’Autonomia de Catalunya. Se trata del no-nato Estatut de Núria, que fue sometido y aprobado en referéndum por una amplia mayoría de catalanas/catalanes mayores de edad…  y anulado, más tarde, por el gobierno de la República.

1932. Estatut d’Autonomia de Catalunya. Aprobado con muchos recortes el 9 setiembre 1932. (Es interesante consultar los debates parlamentarios a favor y en contra del tal Estatut).  Suspensión parcial tras los hechos de octubre de 1934, en que el president Companys proclama el ‘Estado Catalán dentro de la República Federal Española’. Recuperado en febrero de 1936. Abolido por Franco en abril de 1938, cuando sus tropas penetran por primera vez en Lleida (Catalunya).

Tres. La reivindicación, bajo el franquismo, del Estatuto.  Como acto de militancia política, tan limitada por el régimen franquista. La ‘Assemblea de Catalunya’, plataforma unitaria antifranquista (1971-1976). ‘LLibertat. Amnistia. Estatut d’Autonomia. Solidaritat amb tots els pobles d’espanya. Exercici del drets dels pobles a l’Autodeterminació’.

18 diciembre 1979: Estatut d’Autonomia de Catalunya:  “En el procés de recuperació de les llibertats democràtiques, el poble de Catalunya recupera les seves institucions d’autogovern”.

El poder municipal reasume un notable peso político y social en Cataluña. El Parlament trata de diseñar, dentro de las competencias limitadas, que le han sido cedidas, las estructuras y las herramientas legales de autogobierno. Desde 1984, Jordi Pujol, nunca independentista, consigue  mayoría absoluta que le permite ‘mandar’, más de 20 años,  en Cataluña y a la vez presionar  –mediante la cesión de los votos de sus parlamentarios a favor de la gobernabilidad del gobierno de España, tanto al PSOE como al primer gobierno del PP–  a las autoridades españolas

Cuatro.  El año 2006, siendo presidente de la Generalitat el socialista Pasqual Maragall, nuevo Estatut d’Autonomia, votado por el Parlament y refrendado en referéndum. A pesar de los promesas del presidente Rodríguez Zapatero, el texto sufre mutilaciones y recortes. En el ínterin, don Mariano Rajoy, registrador de la propiedad y político del grupo mayoritario de la oposición, lidera una campaña de recogida de firmas, en todo el territorio nacional, contra el  nuevo Estatut.

Si la ofensiva anti-Estatut del PP, entre otros, soliviantaba los ánimos de los votantes de Cataluña –en el preámbulo del texto leemos:  ‘Cataluña ha ido construyéndose a lo largo del tiempo con las aportaciones de energías de muchas generaciones, de muchas tradiciones y culturas, que han encontrado en ella una tierra de acogida’– , fue el veredicto del Tribunal Constitucional de 2010 el que incrementó y alimentó las protestas de estos últimos cinco años en Cataluña.  Audiencia Nacional y Mariano Rajoy, junto con la actitud hostil y tendenciosa (y/o desinformada) de muchos medios de comunicación,  pasarán a la historia como el argumento más desestabilizante de Cataluña desde 2006 a 2015.

Cinco:  el listado de afirmaciones, a menudo proclamadas como dogmas irrefutables, ha envenenado las bases de la convivencia y del diálogo.  La petición legítima de un referéndum, como el que ha desactivado  muchos  resquemores en Quebec o en Escocia, ¿no debería ser una terapia para el llamado ‘problema catalán’? ¿Por qué se insiste en la inviabilidad económica de una Cataluña fuera de España? ¿Por qué se insiste en la posible fuga de Bancos sin hablar de quienes quisieran sustituirles? ¿O en la exclusión ‘trágica’ (¿?) de Cataluña de la UE e incluso de la UEFA?

¿Qué valor tienen las propuestas federalizantes de PSC-PSOE, cuando la Constitución  cita ‘el federalismo’  solamente una vez para rechazarlo de plano? (art. 145.1) .

 

¿QUÉ  SIGNIFICA  DIALOGAR?

El pasado setiembre, la ciudadanía catalana volvió a las urnas.  Los resultados dejaron clara que la fuerza más votada   –aunque sin conseguir una mayoría absoluta–  se pronunciaba a favor del ejercicio del derecho a la autodeterminación. Y que la fuerza política con más peso en el resto de España, el PP, era relegada en Cataluña a una no sé si gloriosa sexta posición. Entre unos y otros, formaciones políticas con programas distintos   –algunas, como la CUP, con propuestas más radicales, en cuanto a programas tanto de política social como de exigencias en el camino hacia la Independencia de Cataluña;  otras, como C’s, con una oposición frontal hacia el proceso de Independencia patrocinada por la CUP;  otras, como el PSC-PSOE,  con propuestas sociales con voluntad transformadora pero que no se sumaban  al camino hacia el referéndum sobre la Independencia;   otras, como ‘En Comú’, que, aunque tan importantes en los tiempos de la Assemblea de Catalunya  (que había nacido formalmente el 7 de noviembre de 1971), no avalaban tampoco la vía hacia la independencia, etc.

La legítima diversidad de proyectos políticos parecía destinada a abortar la formación de un nuevo gobierno para Cataluña. No fue así. En todo caso, la primera respuesta del Monarca de España, de nuevo un Felipe de Borbón (de tan lúgubres recuerdos para la Cataluña posterior al 11 setiembre 1714), fue la de no recibir a la presidenta del Parlament catalán, gesto que dice ‘demasiado’  sobre la voluntad de diálogo con los representantes del  pueblo catalán del Jefe del Estado Español.

 

VALORACIÓN  PSEUDOBURSÁTIL  DE  LA  POLÍTICA

Tras la convocatoria electoral del 20-D      –nunca se ha sentido tan navideño el ejecutivo estatal español– , al parecer tampoco las dos fuerzas más votadas lo tienen fácil para constituir un nuevo gobierno. ¿Por qué?

En primer lugar,  por la repugnante violación de la sintaxis (tanto de los políticos electos como de demasiados medios de comunicación) y su tendencia a una simplificación, patética, de las valoraciones. ¿Qué sentido tiene calificar de ‘chavista’  a la formación política emergente que más ha crecido?  ¿Por qué la presidenta de Andalucía  –del PSOE–  insiste en que ella y los suyos jamás de podrán asociar con los que quieren ‘romper a España’?  ¿Sería capaz de elaborar una lista de quiénes han tratado de romper, por ejemplo desde la corrupción, a la España tan invocada? ¿No será que doña Susana manda en Andalucía porque así lo quiso ‘Ciudadanos’, opuestos, sin dobles lenguajes, al proceso independentista catalán?

En segundo lugar:  don Mariano Rajoy encabeza la formación política que más escaños ha perdido en las elecciones pasadas. ¿Quién, experto en Bolsa, compraría acciones de una empresa, aparentemente solvente, que ha perdido un tan alto porcentaje de escaños… aunque siga siendo la más votada?  Rajoy (y su equipo ministerial)  pasarán a la historia política como los depredadores más voraces del PP. ¿Por qué no lo confiesan sin tapujos?  Aplíquese  lo mismo a Pedro Sánchez. En todo caso,  ¿pueden ser PP y PSOE los pedagogos del futuro de España,  los terapeutas de una Cataluña a la que consideran tan enferma?  Como sugería mi patrón, Ignacio de Loyola, deberían recordar que ‘en tiempo de desolación… no hacer mudanzas’.  En el nuevo centenario de santa Teresa de Jesús, otro consejo a PP y a PSOE: “humildad es andar en verdad”. La mentira, también la política, corroe. Y no la pueden convertir en argumento quienes hablan de regenerar a España.

     

                                           Ignasi  Riera (Madrid)    31 enero 2016.

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