Pere Meroño

Diari d'un eurocomunista del #PSUC

6 de novembre de 2007
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?Sobre esto, nosotros no queremos opinar? (8)

El edificio donde vive (…)

el joven matrimonio se inaugura en 1.981, al poco de nacer la hija Chantal. Es un amplio bloque de 125 metros de fachada. Bien ubicado. Con tres porterías –las número 49-51, 53-55 y 57-59-. Once locales comerciales. En una construcción con ático, siete pisos, un entresuelo y una planta baja. Con fachada de obra vista: ladrillos rectangulares y rojos.

 

Los pisos tienen balcón largo y estrecho, con baranda coronada por una pieza de cristal y un listón metálico. Hay que destacar que los pisos más pequeños corresponden a la portería con numeración más baja. Las otras dos, son mayores. La primera portería y la segunda tienen idéntica simetría y la tercera –la de Charo-, debido al desnivel del terreno, diverge en altura y correspondencia entre plantas.

 

Entramos en la portería. La número 57-59. Espacio módico, de geometría tortuosa: un cristal en la pared derecha, un revestimiento de madera, en la otra. El suelo es de baldosas de mármol –material con que se reviste un tramo de pared-, un mármol blanco con figuras estilizadas y grises. Vemos, al fondo, el acceso al subterráneo y la estrecha escalera que asciende hasta los pisos superiores; también dos ascensores y los buzones del vecindario. El vestíbulo tiene forma de “L” y unos 59 m2.

 

Aquí, escalera de aspecto acomodado y limpia, vivió el joven matrimonio y la hija. En el tercer piso primera puerta. Cerca de un cruce en donde el ruido del tránsito rodado es bastante molesto, en una zona muy motorizada a caballo entre Sants y Les Corts.

 

Por lo que respecta a su madre, reside unos centenares de metros más abajo, en la calle Miquel Àngel 93. Entre dos construcciones más antiguas, una de ellas de 1.933. La casa paterna es una discreta edificación de final de los 50 y principios de los 60, con menos de 10 metros de fachada, toda de obra vista, dos ventanas en el frontal de cada planta, excepto la más inferior. Con planta y cuatro pisos de altura. Un piso por rellano. Y, por tanto, con ventilación y luz por delante y por detrás, mirando, ésta última, a un patio interior de manzana.

 

19 de abril del 2.006. Por la noche hablo por teléfono con el presidente de la escalera. El Sr. Aguilar, muy amable, escucha con atención mis explicaciones. Siempre produce cierta sensación comentar según qué cosa por teléfono –desconociendo, a priori, si sabe algo de esto, sin poder mirarle a los ojos, y hablando de un hecho luctuoso que le resulta, a un tiempo, tan cercano y lejano-. Un hecho, quieras o no, que anida, todavía, en el corazón de los vecinos y vecinas más veteranos. Enterrado pero vivo y reviviendo como los restos de una hoguera en la noche fresca y estremecida.

 

18.30h. Jueves 20. Es el día. Es la hora. ¿Por donde empezar? Procederemos desde los pisos inferiores hasta los más altos. Haciendo el puerta a puerta. Toco el timbre con energía pero sin excederme. Una sola vez. Y otra vez medio minuto después. Y otra más si se tercia. Mientras tanto, acerco la oreja para ver si hay algún ruido y observo la mirilla de la puerta. Estoy, en todo momento, en un lugar visible y bien iluminado, en medio del campo visual del vecino o vecina.

 

1º 1ª

 

Oigo unos niños detrás de la puerta. Me abren tres pequeños revoltosos. “Verdaderas fieras”, según confesión del padre. El hombre habla por móvil, desplazándose arriba y abajo con grandes zancadas. Para matar la espera hablo con los pequeñuelos. Celebran, me dicen, Sant Jordi y tienen el rostro embadurnado de chocolate y tinta de rotulador. Poco después se acerca el pater familiar –joven, 1,85m., fuerte-. Explica que la mujer no está. Que ella residía antes que el en este piso. Toma nota del nombre de la antigua vecina por la que estoy aquí y me promete decírselo a su esposa.

 

2º 2ª

 

Pelo corto, con un hijo de 6 o 7 años. Morena y atractiva. Están de alquiler. ¿El propietario? Una inmobiliaria. No sabe nada de nada de lo que le pregunto.

 

2º 1ª

 

Aparece una joven rubia, de ojos sagaces, que me abre la puerta sin retirar la cadena de segu

PS. Aquest fragment del capítol fa part de la versió espanyola del nou llibre que estic fent a hores d’ara.

 . El crim del caixer automàtic 

. El crimen del cajero automático

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