Al superintendente Ohayón, un mizrají –judío israelí originario de los países árabes- le toca en Un asesinato literario: Un caso crítico (Siruela) bucear en el mundo académico. Debe resolver un crimen doble que deja sin palabras al departamento de poesía de la universidad Hebrea de Jerusalén. Allí transcurre la novela, en ese bastión laico y liberal del saber israelí, que se asienta sobre una colina (Har HaTsofim en hebreo), en el Jerusalén oriental, es decir, en territorio ocupado palestino (…)
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