Miquel Roman

2/3/2008 EL PERIODICO Edición Impresa RELACIÓN POLICIAL CON LA COMUNIDAD|LA EFICACIA DEL MÉTODO

Los Mossos de Nou Barris afianzan su modelo de policía de proximidad

1. • La comisaría celebra un encuentro con residentes inmigrantes en una parroquia de Ciutat Meridiana
2. • El sistema corresponsabiliza a los vecinos y a los comerciantes en la mejora de su propia seguridad

MAYKA NAVARRO. BARCELONA. Una virgen María Auxiliadora y un cristo presidieron el encuentro que los Mossos d’Esquadra de Nou Barris celebraron ayer con inmigrantes en la parroquia de Sant Bernat de Claravall, en Ciutat Meridiana. El rector José Antonio Iguácel cedió su altar al mosso Domènec Colomé, que se encargó de transmitir a la cuarentena de asistentes que no deben tener miedo a su policía, que han de confiar y que incluso si están en situación irregular -muchos de los presentes- tienen derechos y los Mossos también velan por ellos.

No fue una cita improvisada. El encuentro forma parte del modelo de policía de proximidad que los mandos de la comisaría de Nou Barris defienden como la más útil de las herramientas para garantizar la seguridad en los 13 barrios de este distrito y mejorar la calidad de vida de sus cerca de 165.000 habitantes.

INVESTIGACIÓN DEL GINECÓLOGO
El modelo no es sencillo. Como reconoce el inspector Joan Coll, el rico tejido asociativo que trabaja en barrios como Porta, Torré Baró, Roquetes, Ciutat Meridiana y la Trinitat Nova permite esta labor de proximidad. Nou Barris ha conseguido que el modelo de complicidad policial con vecinos, comerciantes, inmigrantes y asociaciones -por citar algunos interlocutores- marque el ritmo y la manera de trabajar del resto de unidades de esta comisaría.

Los agentes de proximidad permiten detectar problemas y conflictos sobre los que se actúa antes de que se conviertan en denuncia. Y esa información se traslada oficial o extraoficialmente por los canales de comunicación que mantienen abiertos tanto la ORC (Oficina de Relaciones con la Comunidad) como los agentes de proximidad.

Otro ejemplo de cómo reinvierte esta complicidad en el conjunto de la comisaría se constata en la unidad de investigación. En octubre del 2006, estos agentes llevaron a cabo una compleja y delicada investigación contra el ginecólogo de un ambulatorio, acusado de abusar de sus pacientes. Muchas mujeres eran inmigrantes y aceptaron superar el temor y el rubor de hablar con los policías gracias a la mediación de interlocutores que a diario trabajan con los mossos de proximidad.

Mirta Manzetti y Pilar Murteira, son dos mujeres al frente de La Indomable, una asociación de Nou Barris que trabaja con mujeres inmigrantes. Las dos se deshacen en elogios hacía el cabo Rafael Carmona y sus agentes. Tienen su móvil. El del trabajo y el personal, por si el primero falla. Saben que le pueden llamar a cualquier hora. Y no solo para pedir. También para advertirles de algún conflicto que se está gestando y aportar información delicada sobre algún tema que estén investigando.

“Son un lujo para este barrio. Han conseguido que nos olvidemos de que llevan arma y uniforme. Les conozco a todos por su nombre, me conocen por mi nombre y les saludo con dos besos“, apunta Pilar. Tras este gesto que ahora parece tan sencillo hay un trabajo previo de romper con paciencia las distancias y desconfianzas que separan a un policía de un civil que trabaja al lado de colectivos desfavorecidos.

Los comerciantes son otro grupo beneficiado del modelo. El cabo Carmona reconoce que no ha visitado a los responsables de los 4.000 comercios que hay en Nou Barris, pero sí a la mitad. Algunos, por haber sido víctimas de robos o interlocutores de un grupo de comerciantes, tienen el móvil de los agentes. Un teléfono que, con el tiempo, todos han aprendido a utilizar. Sin abusar. “El
delincuente que actúa en Nou Barris se siente inseguro. Sabe que contamos con cómplices en cada esquina“, afirma Carmona.

Las comunidades de vecinos han centrado mucha de la atención de estos policías. En Ciutat Meridiana, por citar un barrio, los Mossos han celebrado reuniones con las comunidades vecinales de todos los bloques.

Uno a uno. Y han aprendido a mediar en conflictos de convivencia, muchos originados entre inmigrantes y nativos, conscientes de que estas chispas degradan la calidad de vida, causan inseguridad y pueden degenerar en grandes crisis.