Miquel Roman

LA VANGUARDIA. En Barcelona se suspendieron cinco de los desfiles (Sants, Horta, Les Corts, Gràcia y Sant Martí), pero la gran rúa de la ciudad no se detuvo. Salió puntual a las 20.30 horas. Centenares de personas – muy pocas disfrazadas- animaron a cada una de las agrupaciones. Empezó en Lesseps con los pregoneros disfrazados de souvenirs: vestido de flamenca, sombrero de mexicano y bufanda del Barça.

A través de una gran cortina roja con topos blancos aparecieron una por una las comparsas, cada una con su música. La primera, la de Ciutat Meridiana, en la que el grupo iba de egipcios. Después pasaron los de la Esquerra del Eixample, unos imitadores de Elvis con mucho éxito. Una de las más arriesgadas resultó ser la de Can Peguera, que puso en escena una decena de personas desnudas y envueltas en papel de plástico dentro de una jaula gritando "¡Agua!".

Junto a ellos, en el exterior, caminaban unos médicos.Los disfraces de la del Raval evocaban a grandes estrellas. Las musas del Palau de la Música ganaron en aplausos. Las comparsas de Nou Barris y Gràcia desfilaron juntas, muy llamativas como indios futuristas. Y así hasta 40 y 1.500 participantes, que concluyeron en los Jardinets. Tras su paso, los equipos de BCN Neta iban con la escoba.

La rúa lució pese al disfraz de aguafiestas de febrero.