Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

24 de juny de 2013
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Catalunya: presente y futuro

Aqueix és el títol de la xerrada que els amics de Nabarralde han organitzat avui a Iruña on he exposat una visió panoràmica del moment històric que viu el nostre país. Resumidament n’exposo tot seguit el contingut en castellà per tal que en facin divulgació els patriotes navarresos que m’han convidat a intervenir en el cicle de conferències que commemoren la batalla de Noain.

 

Hace solo unos pocos años la causa nacional vasca era internacionalmente conocida a través del conflicto armado que se desarrollaba en Euskal Herria mientras que el caso catalán era desconocido gracias al oasis autonómico que administraba el presidente Pujol. Hoy en día el proceso independentista catalán ha ganado visibilidad -como mínimo a escala europea- mientras que, aparentemente, la situación política vasca ha entrado en una fase de estabilización donde no aparece a corto plazo una alternativa al sistema concertado dentro del Estado español.

Desde hace siete años, concretamente el 18 de febrero del 2006, el soberanismo civico catalán ha emergido como un fenomeno cada vez más masivo incluso por delante de los partidos que teoricamente habían de liderarlo. ¿ A qué razones cabe atribuir esta transformación ?. En primer lugar, las condiciones de la dominación política y el expolio económico que el orden estatal imponen a Catalunya se han hecho gravosamente patentes ante la ciudadanía en un período de crisis económica en el cual las decisiones que adopta el gobierno español son frontalmente y reiteradamente contrarias a los intereses catalanes.

El bloqueo de las infraestructuras ferroviarias, y de comunicación en general, pensadas para propulsar la megalópolis madrileña impiden el desarrollo y la prosperidad del eje mediterraneo donde se asienta la comunidad nacional catalana. España es un estado fallido, que ha dilapidado los fondos europeos que ha recibido los últimos trenta años y hoy es insostenible sin el saqueo económico del conjunto catalán-valenciano-balear. Continuar atados al Reino de España supone renunciar a un futuro de libertad y prosperidad para acatar nuestra desaparición como pueblo impuesta por el orden estatal centralista y asimilacionista que es lo que  el poder español está buscando con esta involución hacía el modelo anterior a la Constitución del 1978.

En segundo lugar, el fracaso de la reforma estatutaria del 2006 consumado por una sentencia del Tribunal Constitucional que no respeta la voluntad del pueblo catalán expresada en referendum ha dejado inservible el modelo autonómico. Como consecuencia se ha devaluado el papel de los partidos que, como CIU y PSC, basaban su preponderancia en fórmulas intermedias como el federalismo o la negociación sin fin de la dependencia. La disyuntiva actual se plantea políticamente entre quines estan por el futuro -la independencia- y quienes estan por el mantenimiento del orden español establecido.

Los sectores más dinámicos -culturales, cívicos i productivos- ligan con propuestas y estudios de viabilidad las aspiraciones sociales a la causa nacional catalana, mientras que los interesados en mantener la situación fàctica -el conocido como loby del puente aereo, per ejemplo- carecen de argumentario positivo limitandose a apuntalar desde la periferia el supremacismo español. La vitalidad del soberanismo cívico ha propulsado, desde las consultas locales sobre la independència iniciadas el 2009, a los partidos políticos parlamentarios, especialmente después del 11 de septiembre pasado, a convocar una consulta sobre el futuro de Catalunya durante este mandato. La pregunta y la fecha han de hacerse públicas antes del 30 de junio según el pacto subscrito entre CIU i ERC, habiendo de solicitar el Parlamento catalán al gobierno español la autorización para convocarla. La previsible respuesta negativa abre la incognita sobre que va hacer entonces el gobierno de la Generalitat, puesto que el presidente Mas ya ha anunciado que renuncia a la declaración unilateral de independencia. En todo caso, el conflicto político entre Catalunya y el Estado va a continuar abierto aunque a corto plazo no haya una salida institucional democràtica.

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