Nueve cuentos. Nueve. Que nos transportan al “planeta Munro” como quien no quiere la cosa. Una broma de adolescentes cambia involuntariamente el destino de una tenaz ama de llaves justo antes de entrar en la categoría de solterona (…)
De visita en casa de su tía, una estudiante universitaria se topa con los muebles de la familia y un secreto largamente escondido.
La vida de un mujeriego inveterado se tambalea al internar a su esposa en un hogar de ancianos.
Una joven sometida a radioterapia descubre un puente ideal para el futuro repentinamente recobrado pero fuertemente cuestionado por la vida que surge y se apaga.
Al recordar una tarde de tórrido amor con un desconocido, una mujer descubre cómo ese encuentro la transformó de raíz y al tiempo la sostuvo reciamente el resto de sus días.
Una pareja instalada en la vejez, sufre como uno de sus miembros empieza a desubicarse y a perder la cabeza: el ingreso en un equipamiento especializado amenaza, y de que manera, su presente.
Largamente aplazado mi interés por sumergirme en los libros de la canadiense Alice Munro, compruebo su tacto e inteligencia para trenzar historias comunes, dramas secretos y solitarios, amores a la deriva, tropezones vitales que pueblan el cielo de negras nubes. Con naturalidad, sin gesticulaciones vanas, Munro nos sumerge en la vida cotidiana. Munro, sus cuentos, son, de hecho, noble y pura vida.
http://twitter.com/perermerono
CANIGÓ, setmanari independent dels Països Catalans
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