11 de març de 2006
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MURS DE CARN HUMANA CONTRA EL CIMENT A EIVISSA (Diàleg irat)


NO VOLEM AUTOPISTA A EIVISSA, A MENORCA, A MALLORCA, A FORMENTERA, A CABRERA: AUTOPISTES A LA MAR!!!

Padrina (dirigint-se a la néta adolescent): No podem perdre el temps. Hem de partir cap a la manifestació contra els asfaltadors! Sempre m’ha agradat arribar de les primeres, sobretot quan hi ha una munió de gent. Has embolicat la pancarta?
Filla (molt enfadada): No hi pots anar de cap manera amb aquestes cames tan inflades! I amb aquest constipat! No veus que amb una empenta et poden esclafar? No tens res dins el cap, mumare! Això és molt perillós! Hi haurà policies i guàrdia civils!
Néta: No l’escoltis, padrina. Els meus amics i jo et protegirem!
Filla: Tu calla i no li donis ales! Que amb això de l’autopista us han begut l’enteniment a tots! No en treureu aguller, no servirà per res tot això de les manifestacions. No sabeu que els que tallen el bacallà ho han decidit? I ells comanden i us passaran per damunt!
Padrina: Se’n guardaran prou d’esclafar-me amb la piconadora! I si tu no vols venir no venguis. En aquesta casa no s’ha obligat mai a ningú. Els que obliguen a fer són els dolents. El meu home, que era un republicà de bon de veres, ja m’ho deia: obligar és més feixista que prohibir. I no seràs tu, filla meva estimada, qui em prohibirà d’assistir a la manifestació. Ala! Menuda, agafa la pancarta, dona’m el braç i anem escapades que arribarem tard!
Néta (amb tendresa cap a la mare): No veus que si tothom pensàs com tu encara ens trobaríem dins les coves i els talaiots? O tot estaria encimentat! Si no lluitam per la nostra terra ens la formigonejaran de dalt a baix. No veus que el que s’ha salvat en qualsevol illa ha estat per la consciència dels seus habitants més sensibilitzats, més lluitadors. No veus que aquesta autopista és una animalada sense sentiten una illa tan petita? Adobar les carreteres, eixamplar-les és bo i necessari, emperò el que volen fer és pura destrucció. I una destrucció que anirà seguida de destruccions en cadena (especulació, urbanitzacions, negocis immobiliaris, més hotels, ciment i més ciment).
Filla: No aconseguireu res. Hi ha massa interessos econòmics en joc. Sou unes ingènues que encara creis que els polítics escolten les veus del carrer. No veieu que els polítics estan manejats pels empresaris, pels especuladors, pels constructors d’urbanitzacions, pels potentats, els amos dels euros. No veieu que tot es mou per la força dels euros?
Padrina: No tenim temps de discutir, filla estimada, si vols en tornar de la manifestació podem fer un debat. Ja sabem que el capital no té sentiments i és un niu de corrupcions, de mangonejos i de brutors. Ja sabem que els corruptes estan conxorxats amb els que comanden, emperò nosaltres tenim una força que val més que qualsevol vadell d’or: la força moral. I la força moral mou autopistes! Ala! Si hi som tots no passaran!

Parteixen, aviadet, la Padrina i la Néta agafades del bracet amb la pancarta que diu: NO VOLEM AUTOPISTES A EIVISSA! LLIBERTAT PER A LA TERRA!
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  1. La familia Matutes lleva más de trescientos años de presencia en la isla de Ibiza, como marinos y comerciantes. En particular, nuestro abuelo Abel Matutes Torres, fue el gran impulsor de la economía y modernización de la isla de Ibiza, ya en el siglo XIX y principios del XX. Entre otros logros, creó unos astilleros que durante décadas dieron trabajo a decenas de ibicencos, implantó la energía eléctrica en Ibiza, en 1907, un año antes que Mallorca, y fundó la Banca Abel Matutes, todo un símbolo de confianza y seriedad para los ibicencos. Desde siempre, nos hemos esforzado todos los miembros de la familia en seguir su ejemplo civilizador: cumpliendo los acuerdos alcanzados, manteniendo la palabra dada, diciendo la verdad, y por encima de todo, respetando a las personas. El Grupo de Empresas Matutes, fundado por nuestro padre a principios de los años 60, al margen de otras empresas de la familia Matutes, se ha esforzado desde su creación por conservar y acrecentar estas virtudes, conocidas por todos los ibicencos. Desde su creación, nunca ninguna de las Empresas Matutes ha sido objeto de expediente alguno de defraudación de impuestos, ni de ocultación, ni de defraudación de los derechos de los trabajadores. Nunca las Empresas Matutes han sido denunciadas por falta de pago o por incumplimiento de algún compromiso público o privado. Empresas Matutes siempre se ha caracterizado por el cumplimiento de la Ley y un escrupuloso respeto a la verdad. Consecuentes con esta actitud, ya en el año 1977, cuando fui elegido senador y presidente del Partido Popular en Ibiza y Formentera, nos impusimos un código ético de conducta, tomando la decisión de no concurrir a ninguna subasta pública por obras en las Islas Baleares y, muy especialmente, en la isla de Ibiza. Ningún Ayuntamiento de la isla de Ibiza, ni el Consell Insular, ni el Govern balear ha recibido jamás ninguna oferta de Empresas Matutes para ningún tipo de obra pública, ni hemos participado en obra alguna promovida desde estas instituciones para evitar que pudiera hablarse de influencias en su adjudicación. Además de lo anterior, desde la Fundación Abel Matutes hemos promovido obras sociales y culturales y, mediante la donación de fincas emblemáticas al pueblo de Ibiza a través del Consell Insular, hemos contribuido a la conservación de nuestro patrimonio arqueológico (poblado fenicio, finca Sa Caleta), histórico (torre y finca de sa Sal Rossa) y natural (finca des Coll des Jundal y Serra de sa Cova Santa). Y si estamos aplicando voluntariamente estos códigos de conducta desde 1977, resulta obvio que no íbamos a quebrar esta línea de conducta ahora, asociándonos con las empresas adjudicatarias de la construcción del desdoblamiento de estas carreteras, ni en ninguna obra que se construya en la isla de Ibiza. Y si alguna vez decidiéramos cambiar nuestro código de conducta, lo cual por otra parte sería perfectamente legal y legítimo, lo haríamos abiertamente, con «luz y taquígrafos» y no a escondidas. Sin embargo, desde hace casi un año, hemos tenido que hacer frente a una campaña de intoxicación y desprestigio por parte de algunos miembros de la Plataforma Antiautopista y del Partido Comunista, que han pretendido manipular a la opinión pública, implicando a Empresas Matutes como socios de estas obras de desdoblamiento, a pesar de nuestros desmentidos. Esta permanente campaña es la que me ha llevado a ofrecer un premio de 300.000 euros, al primero que pueda aportar una prueba concluyente de esta supuesta participación de las Empresas Matutes, en dichos desdoblamientos. Yo mismo tuve dudas a la hora de dar este paso, pero finalmente consideré que era imprescindible dar este «aldabonazo», para dejar las cosas claras. Huelga decir, que no tengo ninguna probabilidad de tener que pagar , porque lo que «no existe», no se puede probar. En segundo lugar, ahora puedo defender con más libertad mi opinión, favorable a estos desdoblamientos, como simple empresario y ciudadano, al igual otros muchos. No sólo son buenos proyectos, sino que además nadie ha presentado, que yo sepa, un proyecto alternativo que no respetara estos trazados. Igualmente apoyaría estos proyectos si los acometiera un gobierno socialista, como apoyé en su día la ampliación del dique del puerto de Ibiza, contra los mismos que ahora se oponen a las carreteras. Finalmente, yo quisiera con toda la humildad de que soy capaz, hacer un ruego a la Plataforma Antiautopista, y a quienes les han apoyado hasta ahora: 1. Aportemos todos moderación y sentido constructivo. Es éste un debate amargo y estéril y, mientras tanto, se nos escapa el futuro 2. Dejemos a las instituciones hacer su trabajo. 3. Respetemos la legalidad y las sentencias judiciales. La Humanidad ha tardado milenios en organizar la convivencia pacífica, en el seno de las sociedades democráticas (sólo un 10% de la población) y todavía hay muchas deficiencias que mejorar. Pero la Ley es la única garantía de libertad para todos. La ley es la que fija hasta dónde puede llegar mi libertad, sin pisar la libertad de los demás y viceversa. Y los únicos intérpretes de la ley son los jueces. Con sus faltas y sus errores, sí, pero son la única garantía para todos. Ergo, respetemos las sentencias de los tribunales y desterremos la violencia y las amenazas, como instrumento de acción política. No hacerlo así, es primar la barbarie y la fuerza bruta. Las recientes amenazas y zarandeos al presidente Palau (presidente elegido por todos los ibicencos y formenterenses) son, políticamente, lo más grave que ha ocurrido en Ibiza desde la Guerra Civil. ¡Pilar!, ¿es que no tienes vergüenza? Finalmente y en última instancia, el que tiene el monopolio de la fuerza es el Gobierno. Está obligado a respetar y hacer respetar la ley, y a ejecutar y hacer cumplir las decisiones judiciales. Si no lo hiciera así, perdería toda su legitimidad para gobernar y el caos acabaría adueñándose de todo. Espero que los delegados del Gobierno concernidos tomen buena nota de su responsabilidad y del mal ejemplo que se está dando a nuestros jóvenes, al ignorar las leyes y las sentencias judiciales. Este respeto a las leyes y a los jueces es lo que, entre todos, hemos de lograr. Yo también desearía que se abra un diálogo entre gobierno y oposición sobre estos temas pero, entre tanto, el Govern tiene toda la legitimidad para seguir trabajando en sus proyectos legalmente tramitados y que cuentan con el respaldo de los jueces y de la mayoría de los ciudadanos, según diversas encuestas de opinión muy recientes. En las próximas elecciones, dentro de un año, los ciudadanos serán convocados de nuevo a las urnas para renovar o revocar la confianza en este Govern y Consell Insular. Mientras tanto, respetemos a las instituciones y a quienes están al frente. Abel Matutes Juan es empresario, presidente de Empresas Matutes y ex ministro de Asuntos Exteriores

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