Jaume Renyer

per l'esquerra de la llibertat

29 de novembre de 2014
0 comentaris

29 de novembre del 1947: les Nacions Unides aproven la partició de la Palestina britànica en dos estats, un àrab i l’altre jueu

Ara que Europa està immersa en una intifada diplomática contra Israel l’aniversari de la decisió de l’assemblea general de les Nacions Unides, avui fa justament seixanta-set anys, dividint el territori del mandat britànic a Palestina (una època en la qual aqueixa denominació identificava també als jueus que l’habitaven) en dos estats, un àrab i l’altre jueu.

La partició d’aqueix territori, arbitràriament delimitat per les potències europees vencedores de la Primera Guerra Mundial, sobre els antics dominis del sultanat turc no responia a criteris ètnics ni històrics, però cercava una solución admisible per ambdues comunitats. Hi havia població  jueva establerta dins del límits de l’eventual estat atorgat als àrabs i també hi havia -hi encara hi ha- població àrab dins de les fronteres de l’estat hebreu. Els jueus acceptaren el veredicte arbitral de l’ONU i els àrabs no: optaren per la guerra i per l’extermini dels jueus, expulsant-los dels territoris dominats per ells. Perderen la guerra, i encara avui es mantenen en aqueixa opció tot aspirant a destruir Israel pel mitjà que sigui. No hi ha pau posible sense reconeixement dels drets que emparen a l’adversari i a aqueix punt encar no hi han arribat els autodenominats “palestins”, ni els estats musulmans que els atien a una guerra religiosa.

Dissortadament, els estats europeus fan costat arbitràriament a la “causa palestina” reconeixent el dret a un estat que no té entitat pròpia, només és una part de la nació àrab (eternament a la recerca d’un projecte constructiu i viable), sense exigir un acord de pau previ i el mutu reconeixement amb Israel. Europa és a les portes d’una imminent onada de violència gihadista, no només contra els jueus que encara hi resten sinó contra la mateixa identitat dels pobles que la conformen i en lloc d’afrontar aqueix perill imminent aposta per la seva autodestrucció sense voler veure que atacant Israel culmina el procés suicïda encetat a Auschwitz.

Post Scriptum, 1 de desembre del 2014.

El president de l’ANP ahir mateix va reiterar un cop més que mai reconeixeran Israel com a estat jueu.

Post Scriptum, 2 de desembre del 2014.

Reprodueixo en versió castellana (gràcies a l’amic Pedro Gómez-Valadés) aqueix article d’Emmanuel Navon publicat el proppassat 28 de novembre al digital israelià i24news, titulat: “La historia de dos ilusos pacifistas y de dos realistas”, on descriu encertadament les actituds confrontades al si de la societat jueva sobre com tractar el conflicte amb els palestins:

“El parlamento español declaró recientemente que debería haber una Palestina independiente, pero no una Cataluña independiente. El parlamento francés también está a punto de preconizar una Palestina independiente, aunque sea muy poco probable pedir al gobierno francés que deje que los habitantes de Nueva Caledonia voten sobre su independencia. Posteriormente, y en línea con estos países, vendrá el Parlamento Europeo en Estrasburgo; pero también es muy poco probable que pida a Turquía que ponga fin a su ocupación de 40 años de Chipre, un miembro de la UE. Con los estados árabes fallidos haciendo implosión y cayendo uno tras otro bajo las garras de Irán (Yemen es el último hasta la fecha), el impulso europeo para crear otro estado árabe más perturba la mente. Sin embargo, hay una explicación parcial de este reciente impulso de los parlamentos europeos a “reconocer” un estado inexistente de Palestina: los parlamentarios europeos están siendo animados a ello por israelíes.

Entre ellos destaca Michael Ben-Yair, quien trabajó como fiscal general de Israel entre 1993 y 1997. En abril de 2013, Ben-Yair escribió en su página de Facebook que los asentamientos israelíes en Cisjordania son “los actos más perversos y necios desde la Segunda Guerra Mundial“. Cuando se le preguntó si pensaba que los asentamientos israelíes eran peores que los genocidios de Camboya y Darfur, o de los gulags de Stalin, Ben-Yair respondió positivamente. Típicamente, Ben-Yair intenta crear una dicotomía entre un Israel moral pre-1967 y un Israel inmoral posterior a 1967. Él borra completamente de su narrativa lo que los árabes llaman la Nakba, es decir, las expulsiones y destrucciones de 1948. Para los árabes, la cicatriz histórica está en 1948, no en 1967. Es por ello por lo qué insisten en lo que llaman el “derecho de retorno” y es por eso que todos los intentos y propuestas para resolver el conflicto que se han centrado en lo sucedido en 1967 (el control israelí de los territorios autónomos palestinos), y no en 1948 (la creación de Israel), han fracasado.

Ben-Yair y sus acólitos israelíes que presionan a los europeos para que reconozcan “Palestina” se niegan a enfrentarse a ese hecho. Esta es la razón de que hayan fracasado sus intentos de resolver el conflicto y es por eso que, en consecuencia, ninguna mayoría política ha surgido en Israel desde mediados de la década de 1990 para poner en práctica sus políticas. En lugar de volver a evaluar sus políticas fracasadas, los “negacionistas de 1948” (como yo les llamo) tratan de imponer a Israel, a través de la presión extranjera, una política que los votantes israelíes ya no están dispuestos a comprar. De ahí la creación de “J-Street” en Estados Unidos, y de ahí la activa presión de los partidos políticos y los medios de comunicación europeos para tratar de ayudar a estas frustradas viejas glorias israelíes. Entre las apariciones más recientes y notables en los medias europeos de estos grupos de presión israelíes en Europa está una entrevista el 18 de noviembre a Yael Lerer (una “autora israelí“, tal como se describe a sí misma), en el canal árabe de Francia 24 (en el programa de la noche “Al-Niqash“). Allí, ella culpó a Benjamin Netanyahu por el asesinato de los fieles judíos en Jerusalén ese mismo día, y dijo que una nueva intifada sería “una buena cosa“.

Por el contrario, hay israelíes que apoyaban los acuerdos de Oslo y que siguen favoreciendo una solución de dos estados, pero que también se han dado cuenta, y reconocen, que ninguna paz será posible siempre y cuando los palestinos insistan en el llamado “derecho de retorno” y continúen difamando y demonizando a Israel. Entre ellos destaca el veterano periodista Ben-Dror Yemini, cuyo libro “La Industria de la Mentira“, fue publicado recientemente en hebreo y será publicado en inglés muy pronto. Yemini expone meticulosamente la campaña de difamación  dirigida contra Israel en los campus, entre las ONG y en la ONU, y muestra cómo el Estado de Israel se ha convertido en “el judío de las naciones“, es decir, el chivo expiatorio de los males del mundo. Yemini apoya la paz y una solución de dos estados, pero ninguna paz será posible, argumenta, junto a esa industria de la mentira.

Así como el libro de Yemini se publicó en septiembre de 2014, George Deek, el subjefe de misión en la embajada de Israel en Noruega, pronunció un apasionado discurso. Deek, un árabe cristiano y un alto diplomático israelí, contó la historia de su familia. Explicó que su abuelo dejó Jaffa en 1948, pero decidió volver y construir una nueva vida en Israel. “Los palestinos“, dijo, “se han convertido en esclavos del pasado“. Pidió al mundo árabe que pusiera fin al vergonzoso trato que daban a los refugiados palestinos, que abandonara la fantasía del llamado derecho de retorno, y que se empezara a pensar en la construcción de un futuro mejor, al igual que los judíos hicieron después del Holocausto. “Ha llegado el momento de poner fin a la cultura de odio y de la incitación“, concluyó Deek.

Gente como Michael Ben-Yair y Yael Lerer dicen que quieren la paz, pero la verdad es que perpetúan el conflicto tomando parte activa en la cultura de demonización, la falsificación y la victimización. Ben-Dror Yemini y George Deek, por el contrario, transmiten un mensaje de cordura, coraje y esperanza. Esto trasciende la división derecha-izquierda: ninguna verdadera paz puede emerger de la producción de la mentira, de la perpetuación de la victimización y del rechazo de la autocrítica”.

Post Scriptum, 30 de novembre del 2021.

Avui, a The Times of Israel: L’ONU marque l’anniversaire du Plan de partition, Erdan fulmine. L’ambassadeur a rappelé que les Juifs avaient accepté le vote du 29 novembre 1947, alors que les Arabes avaient décidé de déclarer la guerre.

Israël a protesté lundi contre le fait que les Nations unies aient choisi de marquer le 74e anniversaire du vote historique sur le plan de partition, qui prévoyait un État juif aux côtés d’un État arabe dans la Palestine mandataire britannique, en organisant un événement de solidarité avec les Palestiniens.

L’ambassadeur israélien auprès de l’ONU, Gilad Erdan, a qualifié de « scandaleuse » la décision de tenir un événement à l’Assemblée générale visant à renforcer le « droit au retour » des Palestiniens en ce jour.

Le 29 novembre 1947, l’Assemblée générale des Nations unies a voté pour reconnaître la création d’un État juif dans certaines parties du mandat. Les Juifs ont accepté le plan avec enthousiasme, tandis que les Palestiniens et les États arabes voisins l’ont rejeté et ont lancé ce qui allait devenir la guerre d’indépendance d’Israël.

« Le 29 novembre, il y a exactement 74 ans, les Nations unies ont reconnu le droit du peuple juif à un État. Les Juifs et Israël ont accepté ce plan de partage et les Palestiniens et les pays arabes l’ont rejeté et ont essayé de nous détruire », a déclaré Erdan.

« Les Palestiniens et les pays arabes n’ont pas seulement attaqué Israël, l’État juif, ils ont également persécuté, massacré et finalement expulsé les communautés juives dans leurs propres pays », a-t-il ajouté, accusant la communauté internationale d’ignorer ces événements et de se concentrer uniquement sur les Palestiniens.

« Au lieu de cela, l’ONU a l’audace d’organiser un événement de solidarité avec les Palestiniens le jour anniversaire de la décision des Palestiniens de choisir la violence. Et le jour où les Palestiniens ont choisi la violence, l’ONU ose également mettre en avant… le scandaleux, le faux ‘droit au retour’, une demande qui conduirait à l’effacement total de l’État juif », a-t-il déclaré.

Le « droit au retour » est l’un des principaux points de litige dans le conflit israélo-palestinien. Les Palestiniens affirment que cinq millions de personnes – des dizaines de milliers de réfugiés originaires de ce qui est aujourd’hui Israël, et leurs millions de descendants – ont le droit de retourner sur leurs terres ancestrales.

Israël rejette cette demande, affirmant qu’elle représente une tentative des Palestiniens de détruire Israël démographiquement. La population d’Israël compte près de neuf millions d’habitants, dont les trois quarts sont juifs. Un afflux de millions de personnes signifierait qu’Israël ne pourrait plus être un État à majorité juive.

Pour mettre en exergue ces problèmes, la mission d’Israël auprès de l’ONU a lancé lundi une campagne en collaboration avec le Congrès juif mondial. Des camions circuleront dans New York avec le message « N’effacez pas l’histoire juive ».

Erdan souhaite particulièrement rappeler le sort des centaines de milliers de Juifs qui ont été expulsés des terres arabes après la création de l’État d’Israël et dont les biens ont été confisqués.

« En mettant en avant et en amplifiant d’un côté le récit faux et dangereux des Palestiniens et en taisant… les vraies… histoires tragiques des réfugiés juifs qui ont été expulsés des pays arabes et d’Iran, l’ONU efface l’histoire juive et déforme la vérité et nous ne permettrons jamais que cela se produise », a déclaré Erdan”.

Post Scriptum, 2 de desembre del 2022.

Coincidint amb 75è aniversari de la resolució de les Nacions Unides acordant la partició  de la Palestina britànica l’UN General Assembly votes in favor of commemorating Palestinian ‘Nakba’. Pro-Palestinian resolution lamenting Israel’s birth passes 90-30, as Israeli envoy blasts move as a ‘disgrace’ and unveils display about Jewish expulsions from Mideast countries”. “L’ONU confond Indépendance d’Israël et Nakba” deliberadament per desnaturalitzar el 75è aniversari de la creació de l’Estat d’Israel que s’escau l’any vinent.

Post Scriptum, 8 de desembre del 2023.

Editorial del Jerusalem Post del proppassat 29 de novembre: “Marking the anniversary of UN Partition Plan. Looking back on the anniversary of the UN’s approval of the Partition Plan on November 29, 1947, during Israel’s war against Hamas.”

This week marks the anniversary of a pivotal moment in history – the approval of the UN Partition Plan on November 29, 1947.

This visionary plan aimed to create two separate states, one Jewish, and one Arab, with an international zone encompassing Jerusalem and Bethlehem. Undoubtedly, the UN’s decision laid the groundwork for peace plans and the future of the region; it also offered a diplomatic framework for Israel’s establishment as an independent state, but it has become a tool for perpetuating conflicts, wielded by some of Israel’s adversaries. Today, the UN and some member states seem to have deviated from both the spirit and the substance of that decision.

The partition plan faced dissent within the UN General Assembly, with 33 states in favor, 13 against, and 10 abstentions. Despite the Zionist leadership in Palestine’s acceptance of the plan and demonstration of its commitment to working within its imperfect constraints, the Arab states and the Arab population in Palestine at the time, chose war. The ensuing conflict forced Israel to fight for its existence between 1947 and 1948, successfully overcoming Egypt, Jordan, Lebanon, Syria, and volunteers from across North Africa and the Middle East.

Paralleling the past 

Paralleling those historic struggles, Israel today faces a battle against the genocidal attacks of Hamas. While Israel’s military strength has evolved and grown over time, Hamas poses a unique challenge by using Israeli hostages and Palestinian civilians as human shields, exploiting international sympathy for the Palestinian cause.

Regrettably, international organizations, including various UN bodies and the International Committee of the Red Cross, have fallen short of their responsibilities. Women’s organizations, both within and outside the UN, have neglected to support female victims of Hamas crimes.

Israel has had to exert substantial effort to document, inter alia, the sexual violence perpetrated by Hamas on October 7, while it is the UN that should have played a crucial role in documenting the war crimes of Hamas, as it has in other conflicts. Moreover, renowned human rights groups such as Amnesty International, Human Rights Watch, Save the Children, and others, should have taken the lead in documenting and reporting on the crimes of October 7.

Instead, Israel has had to tirelessly struggle to bring attention to the crimes committed by Hamas on the global stage. The October 7 massacre by Hamas marked an unprecedented level of violence and mass murder, surpassing even the atrocities committed by other terrorist groups, such as those in the 2008 Mumbai attacks. Despite the severity of the situation, some countries, including Russia and China, have failed to condemn Hamas’s crimes.

Furthermore, the Red Cross has not visited Israelis held in Gaza, leaving elderly hostages without essential medical care for 50 days. The lack of vocal demands from humanitarian groups, including the Red Cross, and the disappointment from other humanitarian organizations, contribute to the impunity enjoyed by Hamas for its crimes. The ability of Hamas leaders to travel freely around the region – from Doha to Beirut to Ankara – illustrates the sense of immunity that this group continues to enjoy.

It is imperative for the UN and human rights organizations to reassess their roles and functions. The ongoing war provides them with a unique opportunity to reinvent themselves, breaking free from past biases and resisting manipulation by authoritarian regimes cynically exploiting the UN to advance their interests and shield themselves from critique.

Responsibility also lies with the Western nations that backed the November 1947 resolution and consider themselves among Israel’s friends today. It is incumbent upon them to ensure that human rights are not sacrificed in appeasing Hamas. As Hamas pursues regional goals, seeking to undermine the Palestinian Authority and instigate violence, chaos, genocide, and instability in the Middle East, it must be confronted with resolute determination.

The spirit of 1947 must be revived, not only in unwavering support for Israel’s rights, but also in the defense of the rights of free peoples in the region to live without the looming threat of extremism. This requires a global commitment to justice, accountability, and a renewed dedication to the founding principles of the UN.

 

Deixa un comentari

L'adreça electrònica no es publicarà. Els camps necessaris estan marcats amb *

Aquest lloc està protegit per reCAPTCHA i s’apliquen la política de privadesa i les condicions del servei de Google.

Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!