Wu Ming.cat

A l'esquerra, la CUP

15 de juny de 2007
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El primer dia a BRAUN (7)

“Entré en 1969, en BRAUN, con categoría ninguna, especialista que llamaban (…).

El sueldo… ay, tengo muy mala memoria para eso… unas 30.000 pesetas al mes, me parece que por ahí andaba. Unas 30.000.

Uy! el primer día, entré a las 6 de la mañana y hasta las 3 de la tarde. Y yo, bueno, vine asustada, porque me dijeron: “vendrás a las cadenas”. Y yo esperaba ver cadenas. Cadenas. Ja, ja, ja. Sí, lo que se llama una cadena. Y, no, no, entré a trabajar ahí y un poquito así, yo jamás había visto una fábrica siquiera, en el pueblo no habían fábricas, y bueno, me pusieron al lado de un encarg…, de un jefe que había y a la sección –porque claro, como vine recomendada por aquella persona, que además tenía un carguito aquí, en la empresa- pues me pusieron al lado de aquel hombre, y bueno, yo estuve toda la mañana ahí sentada. Que no me movía ni del sitio. Recuerdo que había unos cojinetes, que había una chica de al lado que los hacía, y yo fui a tocarlo, a ver si estaba blando o estaba duro, no, no tenía ni idea de qué era aquello. Bueno, el primer día así pasó, no sé, me tuvieron que avisar para ir a almorzar, porque yo ni sabía que tocaban un pito para ir a comer: ¡si no tenía ni idea de lo que era una fábrica!

El primer día me pusieron a hacer más turbinas para unos calefactores que aquí hacíamos y que se han hecho hasta hace muy poco. Calefactor. Y aquello se montaba las turbinas con unos álames, uno por uno, en un utilaje, daba vueltas, ponía uno. Eso fue lo primero que hice, yo. Tenía una persona al lado que te enseñaba –”eso lo tienes que hacer así”- y ya está. Fue un rato sólo. Aquello era muy simple, era poner unas varillas en unas ranuras, y ya está.

Mi sección toda eran mujeres. Yo veía gente muy mayor, y ahora pienso que eran mujeres que tenían 20-23 años, yo las veía muy mayores, muy sueltas, muy resueltas, que te decían: “niña, vente, vente, que vamo a comé”, o “vente, si quiere ir lavabo, ve”. Muy resueltas. Yo estaba como muy, muy, muy asustada, no sé la palabra exacta. Y ellas pues yo veía eso: había unas líneas de montaje, había tres cadenas, hacían el minipimer, el citromatric –que era el exprimidor de naranjas-, y hacían, en una cadena, en la misma, el calefactor y un ventilador, las dos cosas juntas. Y había gente mayor, y otra señora con 30 años. Yo las veía muy mayores. Y recuerdo eso, luego había puestos de montaje individuales, el mío era uno –un premontaje-, y la mesa del jefe, que estaba subido en una tribuna, había una tarima, y encima estaba la mesa del jefe. Lo veían muy por encima, je, je, de lo que éramos el resto. Pues esa era la foto: una nave muy grande, con mucha gente.

Podía haber en aquella nave, que era muy grande, por lo que yo veía, que estaba todo junto la parte de montaje, y luego estaba motores, y luego más hacía arriba, estaba bobinaje. En la parte de montaje pues podría haber 100, 200 personas, bien, bien. Eso era la llamada fábrica vieja. Era una sola nave de una sola planta. Con diferentes secciones todo junto. Había algunas que estaban separadas: estaba calidad, que era control de entrada, que estaba separado, estaba la parte de plásticos, estaba separada con una pared, luego estaba la parte donde estaban los mecánicos, también estaba en un cuarto o así. Pero lo demás era toda una nave. Muy grande, muy grande. Y la gente muy cerca, porque éramos muchas gente. Había florecentes, ventanas. El suelo era de cemento y las paredes pintadas. Muy alta la nave, el equivalente a dos o tres pisos, de altura. Ahora, la nave nuestra, de menaje, huele a barniz, la de plástico, a plástico, depende. Luego había un cuarto que era del tricloro, que había como una bañera inmensa, un depósito, donde se lavaban las cosas. Aquello hacía muy, muy mala olor, también.

Vestía bata azul. Y he pasado por muchos colores, porque yo he pasado por calidad, he estado veinte años en calidad, yo entré en producción pero al muy poquito tiempo, no sé, no pasó de un año, y un señor que teníamos de encargado, en calidad, que el otro día lo ví al cabo de los veinticinco años, que me hizo mucha ilusión verlo, y se fijó “hay por qué no te vienes a calidad y tal –en calidad se ganaba un poquito más, que había más puntuación- y estábamos, como quien dice, un poquito mejor mirados, era como un escaloncito más. Y después, pues el departamento que yo estaba, dentro de calidad, pues desapareció y pasé a producción otra vez. Y allí, hasta ahora, estuve diecisiete años”.

Qui som:

Em dic Ming. Wu Ming.cat

BRAUN, memòries d’una fàbrica / BRAUN, memorias de una fábrica

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