Wu Ming.cat

¿Ya puedo hablar de mi trabajo? (…)

Lo digo porque, al principio cuando entramos en Almacén, mi compañera y yo, hubo un rechazo muy grande, por lo que comentábamos, porque eramos mujeres y había un sector siempre bastante machista, hay que decirlo así. Pero es que, en general, la mentalidad de BRAUN ha sido una mentalidad machista. No ha dado opción, a la mujer, en según qué puesto de trabajo; sin dar la oportunidad, siquiera, de poder demostrar-lo, por decirlo de alguna manera.

Entonces, cuando nosotros llegamos allí, pues bueno hubo un rechazo general, tanto de los compañeros como de los jefes, ¿sabes?. Y la opción que nos dieron fue, más que nada, el puesto no que tuviera menos responsabilidad, que responsabilidad lo tenían todos, sino el puesto que ellos consideraban que era menos importante. Y entonces, cuando empezamos, lo hicimos en el “muelle”, como lo llamamos nosotros, que consiste que cuando vienen los camiones pues descargarlos, comprobar las cantidades, hay un sistema informático que nos permite etiquetarlos, luego los mandamos al lugar pues que corresponde, y allí es donde empecé.

El rechazo no era un rechazo claramente manifestado, por ejemplo, no podían decirme que a mi no me enseñaban estas cosas porque era mujer, pero si que era un rechazo que tu lo notabas, lo palpabas. Porque, claro, tu decías: bueno a ver, si yo empiezo aquí lo más lógico es que se me forme y que se me forme como a todo el mundo. Porque no es un trabajo como el de una cadena que tu pones un tornillo y sabes que la formación es una hora o dos y tu acabas de saber poner el tornillo. Allí, no. Yo, por ejemplo, no había cogido nunca un toro, una carretilla eléctrica, no había cogido una carretilla elevadora, y, claro, para tu acceder a esos puestos de trabajo tenías que tener una formación previa. Y, por ejemplo, en el caso concreto del robot no nos han llegado a formar, y no por que no se haya pedido. Que se ha pedido por escrito. Se ha pedido a través del comité de empresa. El comité, bien, yo hablo de mi sindicato, por que yo soy de Comisiones Obreras, y cuando lo he necesitado, yo he recurrido a ellos. Entonces, son los que más han batallado y han luchado porque se haga esta formación. Y, bueno, eran muy y muy reacios.

Yo recuerdo, como anécdota, cuando llegamos allí hubo responsables que se apostaron una cena que cuando nosotras llevasemos dos días allí, pues que ibamos a tirar la toalla; porque no se creían que podiamos hacer el trabajo como un hombre. Que claro, el tiempo ha demostrado que podemos hacerlo, evidentemente. Porque no es un trabajo que sea de esfuerzo. Claro si hubiese sido así, a lo mejor yo no puedo hacer como un compañero, que no se debe hacer, pues coger un palet y subirlo con las manos, solamente, y ponerlo encima de otro. Yo no puedo hacer eso. Y tampoco coger cajas de peso. Tampoco es que sea necesario. Pues si tu debes levantar una caja le puedes pedir ayuda a un compañero para que te eche una mano, y ya está. Quiero decir que era un rechazo que se palpaba en el ambiente.

Yo recuerdo que había transportistas que los primeros días decían ” a mi que no me venga cargar esta mujer, eh”, como queriendo decir que haber que va hacer, que me va romper el camión. Y, bueno, pues en esa línea. Haber, descaradamente, no, porque no se lo hubiesemos consentido tampoco. Luego, a nivel personal, yo no hubiese consentido que me dijeran que yo no podía o eso. Pero sí que lo detectaba en el ambiente. Sí. Con el tiempo, cuando hablas con los compañeros te dicen pues que sí, que es verdad. Yo tengo un compañero, que plegó el otro día, que me dijo ” la primera vez que viniste aquí, al Almacén, yo creía que me ibas a quitar el puesto de trabajo “. O sea que, ja, ja, ja, es así.

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