Pere Meroño

Diari d'un eurocomunista del #PSUC

25 de febrer de 2010
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28-F: Vota aunque sea que NO (Referéndums por la independencia de Catalunya)

Este domingo 28 de febrero de 2010, igual que hace tres meses, unas docenas de municipios de tu país y 300.000 ciudadanas y ciudadanos catalanes, están convocados a pronunciarse, con un sí, un no, o votando en blanco, sobre la independencia de Catalunya en el marco de unos referéndums estrictamente consultivos, sin valor jurídico ni político alguno, puesto que la Constitución vigente prohíbe este tipo de actos. A raíz de este evento me gustaría compartir contigo algunas breves reflexiones no sin antes decirte que, cuando la ciudad de Barcelona sea llamada a pronunciarse, votaré, con la cabeza y con el corazón, por la independencia de mi país (…)

En primer lugar, permíteme una escueta presentación. Me llamo Pere Meroño, he militado durante veinte años en la izquierda comunista y socialista catalana (PSUC y PSC), defendiendo, contra viento y marea, la Constitución española y el Estatut, y propugnando una España plural y respetuosa con las naciones, pueblos, y regiones que la integran, amén de un marco legal español federalista. Nací en Barcelona, pero mis ancestros por parte de padre son cántabros, y vallisoletanos por parte de madre. En casa, la única lengua hablada por mi familia –mi madre, mi padre, mi hermano, yo mismo- ha sido la castellana.

 

Mi historia política, es evidente, ha sufrido una evolución y un cambio. Es, no cabe duda, la crónica de una profunda decepción. La de un Estado español desleal con los acuerdos firmados; que niega la pluralidad; que envenena la convivencia acusando a los poderes públicos catalanes de querer acabar con el español, poniendo trabas a su equiparación legal y real con la otra lengua cooficial en Catalunya. La de un Estado español que niega el poder de decisión sobre asuntos claves para nuestro presente y para nuestro futuro; que nos hace soportar un expolio fiscal de magnitudes estratosféricas.

 

Mi decepción, y enfado, es, en suma, contra un Estado español que nos condena a una lenta e imparable decadencia como sociedad y a una pérdida severa en el bienestar de sus ciudadanas y ciudadanos. El primer Estatut, el de 1.979, ha sido cicateramente recortado, vaciado de competencias, y lo que acontece con el segundo Estatut clama al cielo por la burla y humillación que comporta. Sería, por ello, propio de majaderos no replantearselo todo.

 

Ante todos estos hechos, hace años que abracé la creencia de que -como el hombre que deja la casa familiar para labrar su propio futuro, como el matrimonio que se separa ante la inexistencia de amor, interés, y la ausencia de un proyecto común-, ante todo ello, digo, creo que la mejor solución para Catalunya, y, ojo,  también para España, es una separación civilizada, libremente acordada y consentida. Creo que convendrás conmigo que no hay nada peor que estar continuamente a la greña.


Estos días he estado releyendo “Catalanismo y revolución burguesa” un libro de Jordi Solé Tura, al que quiero aprovechar para rendirle tributo.Un libro que, nuevamente, me ha causado tan honda impresión como la que me produjo en 1.984 cuando lo leí. Solé Tura escribe, entre otras muchas cosas, del egregio patriota que fue Enric Prat de la Riba, president de la Mancomunitat y fiel representante de la pujante burguesía industrial catalana.

Pues bien, han sido 100 los años transcurridos desde el nacimiento del catalanismo -dice Solé Tura, antiguo diputado comunista, ministro socialista, y uno de los padres de la Constitución- un siglo en que Catalunya ha pedido, se ha ofrecido, reiteradamente, para construir, desde la lealtad, y el respecto a la personalidad propia de cada nación y región, una España grande y democrática y moderna. La sola respuesta obtenida del estado ante tamaña oferta ha sido, bien el desprecio, el silencio, la persecución en toda regla, o el soscavamiento  y la falta a la palabra dada.
  

Es por todo ello por lo que votaré Sí en la consulta que se celebrará en mi ciudad dentro de unos meses, y por lo que te pido que votes, aunque sea que No.

 

Y me permito pedirte que votes porque este es tu país, porque tienes derecho a pronunciarte sobre nuestro futuro, porque es bueno que conozcamos cuantos No comparten esta ilusionante y serena propuesta de futuro que es la independencia.

 

Sí, lo sé, estas consultas no son legales, que son de mentirijilla, tal vez pienses, inclusos, que son una solemne memez. No lo creas, constituyen, a pesar de todo –no lo dudes ni un momento- ningún juego. Y vas a ver como van en serio.

 

Se me antoja que lo que se plantea, por primera vez desde la recuperación de la democracia, no es baladí. Verás como, más pronto que tarde, la sociedad catalana, serán llamada a pronunciarse, mediante referéndum, sobre el mismo tema, y que la convocatoria resultará vinculante y el resultado tendrá serias, plenas, y rotundas consecuencias jurídicas y políticas. Más pronto que tarde, recuerda lo que te digo.

 

Por último dos deseos estrictamente personales, no sin agradecer de antemano tu atención, sobre la cita de este domingo: en primer lugar, hago votos por una participación popular importante. En segundo lugar, me gustaría un resultado electoral reñido, ajustado –como todos los datos demoscópicos apuntan-, con un sí mayoritario, y un no numeroso, fuerte, bien asentado.

 

Insisto: la cita de este domingo va en serio. Y tu voto, sea cual fuere, debe pesar. El 13-D te concierne, usa tu libertad para que tu opinión cuente.


Más adelante, cuando se produzca el referéndum definitivo, unos y otros, los del sí y los del no, tendremos ocasión, entre todos, sin exclusiones de ningún tipo, de llevar a la práctica, ahora sí, en libertad, y dueños de nuestro destino, el gran sueño catalán.
 

Un cordial saludo.

 

Pere Meroño

 

CAT ’06  La nit dels somriures glaçats

 

Josep Pallach 1920/1977

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