Miquel Roman

EL PERIODICO 20/7/7. El distrito trata de calmar los ánimos tras la tensa manifestación del miércoles

El distrito de Nou Barris, La Guàrdia Urbana y los Mossos d’Esquadra han acordado extender el plan de emergencia en Ciutat Meridiana que se había desplegado provisionalmente después de que la pasada verbena de Sant Joan siete vecinos fueran agredidos por un grupo de jóvenes latinoamericanos. Carmen Andrés, concejala de Nou Barris, explicó que tras el incidente se aumentó la vigilancia policial para evitar venganzas. Ahora, tras la tensa manifestación del pasado miércoles para exigir más seguridad, el distrito ha acordado con los cuerpos policiales mantener el despliegue policial previsto para la crisis.

Foto: PERE BATLLE DAVID PLACER. Los Mossos intentan evitar el corte de la estación de Cercanías de Torre Baró, el miércoles pasado.

PLAN DE CHOQUE. La concejal del distrito dijo ayer que el ayuntamiento es consciente de la gravedad del problema y por ello había acordado con los representantes vecinales un plan de choque. Además de una mayor vigilancia, el distrito aprobó la asignación de cuatro mediadores que atenderán los conflictos de convivencia que se produzcan entre los inmigrantes y los autóctonos. Andrés agregó que mejorarán la limpieza y se abrirán los espacios de los colegios para celebrar actividades especiales con los jóvenes.

Pero todas estas medidas, anunciadas el miércoles por la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana, fueron rechazadas de forma contundente por los 250 vecinos que se congregaron en la plaza Roja. Los manifestantes abuchearon a sus representantes y reclamaron más policías en el barrio, al grito de "mano dura".

12 AGENTES. Andrés aseguró que los Mossos evalúan un incremento de agentes en la zona. Actualmente tres coches con dos policías cada uno patrullan la zona. Las acciones son reforzadas por una furgoneta más con seis agentes. Pero los vecinos consideran insuficiente el despliegue y exigen atacar la delincuencia en la zona que, según ellos, continúa en aumento. El descontento es patente en la zona y su último síntoma fueron los disturbios producidos durante la manifestación del miércoles. Los vecinos se retiraron indignados después de que los agentes cargaran contra la manifestación que, paradójicamente, pedía más policía.