” /…/ Los serbios habían lanzado, hacía un año, una ofensiva
contra los albanokosovares rebeldes y habían matado a muchos inocentes;
mujeres y niños murieron quemados en sus propias casas. La última
oleada de agresiones serbias había desatado otro éxodo de refugiados y
había aumentado el deseo de los albanokosovares de alcanzar la
independencia. La matanza recordaba demasiado a los primeros días del
conflicto de Bosnia, que, al igual que Kosovo, agrandó la brecha entre
los musulmanes europeos y los cristianos ortodoxos serbios, una
frontera en la que se habían producido conflictos regularmente durante
los últimos seiscientos años. En 1974, Tito había concedido la autonomía a Kosovo, la soberanía sobre el gobierno del país y el control sobre sus escuelas. En 1989, Milosevic les había arrebatado esa autonomía /…/
/…/ El día 24, expliqué al pueblo norteamericano qué estaba haciendo y por qué. Dije que Milosevic
había arrebatado a los kosovares su autonomía; les había negado su
derecho garantizado por la Constitución a hablar en su propia lengua,
llevar sus escuelas y gobernarse a sí mismos. Describí las atrocidades
que los serbios habían llevado a cabo: las matanzas de civiles, la
quema de aldeas y los refugiados expulsados de sus hogares, al menos
sesenta mil en las últimas cinco semanas y en total un cuarto de
millón. Finalmente, puse los últimos acontecimientos en el contexto de
las guerras que Milosevic ya había librado contra Bosnia y Croacia, y el impacto destructivo de sus asesinatos en el futuro de Europa /…/ “.
Bill Clinton, “My life”
Editoral Plaza & Janés
[ Publicat a wwww.jordipique.net el 17 de febrer ]
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