… “Si se sigue practicando el schrage no pasará mucho tiempo en que las derechas económicas y políticas organicen su propio somatén. Lo harán, que nadie lo dude –repasen la historia de la Barcelona de la «Rosa de foc», en los años veinte– con muchos medios financieros y mediáticos. La batalla de masas, entonces, se irá empequeñeciendo y todo quedará en una lucha entre comandos. En ese terreno, los afectados directamente por las hipotecas tienen todas las de perder y, por supuesto, el movimiento que les da apoyo” (…)
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