Wu Ming.cat

A l'esquerra, la CUP

7 de juny de 2007
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A les cadenes de muntatge (4)

“Estuve trabajando desde los 14 años también en una empresa pequeña del metal (…)


y alternaba con los estudios, trabajaba por las mañanas y por la tarde pues iba a la escuela nocturna.

Ingresé el año 1.975, con 16 años de edad. Comencé con la categoría que tengo ahora misma: en montaje de cadena y bueno con todos los aparatos que en la historia de X han pasado, muchísimos, ahora mismo sólo están la plancha y el minipimer. Pero ha habido muchas gamas más. Y bueno, pues eran las líneas de montaje con todo lo que tenían: montaje, premontaje, embalado, todo lo que con llevaba una línea.

Las líneas de montaje pues empiezan por las primeras fases, hay entre 15 y 20 trabajadoras según lo que es la gama y según la especialidad que tenga o la complejidad. Comienzas haciendo, pues, pequeños montajes, los motores pequeñitos y terminas con el embalaje, que ya va al almacén para su distribución a tiendas, almacenes o donde sea. Empieza todo, por lo más fácil o sencillo, no sé acoplar un motor a unas arandelas, le metes el aparato…Todo, el número de trabajadores, según la complejidad. El aparato más complejo en ese sentido ha sido la plancha.

La cadena, como va por tiempos, no te puedes levantar cuando te plazca. Tienes unos tiempos de descanso, puesto que es un todo: tu haces una fase y la compañera de al lado toma lo que tu has hecho, acoplando otra fase más. Y así sucesivamente. Por tanto, tienes que mantener un ritmo que marque la cadena para que todo el mundo lleve el mismo, más o menos. Es un ritmo que se mantiene toda la jornada. Cada día. Lógicamente se te hace aburrido… Hace años intentamos que se rotaran los puestos de trabajo, se hacía lo que te indicaba el mando. Ahora ya no. En el momento en que en X se hace una línea de montaje, se cuenta con la rotación: cada 2 horas un puesto de trabajo diferente para que la trabajadora o trabajador no esté haciendo siempre los mismos movimientos ni la misma faena, de esta manera vas dando la vuelta a lo que es la línea de montaje.

En la época en que yo comencé éramos unas 1.200 trabajadoras y trabajadores, quizás más. Todo, todo se concentraba en la fábrica. En Esplugues. Bueno lo que era la comercial estaba enfrente. Siempre ha estado todo en el mismo edificio. Cuando yo ingresé ya no era capital catalán si no que era alemán.

Cuando entré en X éramos muchísimas mujeres, más de la mitad de la plantilla. De todas las edades. Yo por mi juventud era como la pinche, preparabas el material para las cadenas para las compañeras que estaban sentadas. Las mujeres estábamos en las líneas de montaje y los hombres, pues en puestos más complejos como eran las líneas de motores o las máquinas de inyección o eran los mecánicos. Había, sin embargo, unas pocas mujeres en las líneas de control de calidad, de responsables, de encargadas. Que unos años fueron eliminadas.

Éramos, entonces, gente muy joven, que veníamos a trabajar pues con muchísima alegría. Después van pasando los años, van echando novio, la mayoría se casan, llegan las separaciones, las que van teniendo niños. Todo una historia, al fin y al cabo, hemos pasado allí tantisimos años.

Por entonces, y en las líneas de montaje, solamente trabajábamos mujeres. Después la cosa cambió, fueron entrando hombres, ya sea mayores o más jóvenes y, por tanto, si trabajaban en las líneas cobraban, ellos, como nosotras las mujeres. No había, por tanto, una discriminación directa.

El responsable era el hombre, los de los inyectores de plástico eran hombres, y las líneas de montaje solamente éramos mujeres. ¿Las razones de todo ello? Porqué las mujeres en lo que era habilidad y trabajos más pequeños, no sé si será verdad, nos adaptábamos mejor, al considerar que era el trabajo de valor retributivo más bajo, que las mujeres, entonces, en cuestiones de trabajo, éramos un complemento al sueldo del hombre, el cual, por norma, tenía que ganar más por qué era el cabeza de familia, dijo en aquellos tiempos, y después también por eso, por que las mujeres nos habituábamos más, nos conformábamos mejor en trabajar en las cadenas que los hombres. Llegaba un hombre, y a nadie se le metía en la cabeza de ponerlo en una línea de cadena. Eso, naturalmente, hoy ha cambiado: hoy es muy habitual encontrar hombres en las cadenas”.

Em dic Ming. Wu Ming.cat

BRAUN, memòries d’una fàbrica / BRAUN, memorias de una fábrica

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