R d'acció

El Festival exalta las tradiciones de la tribu más numerosa de Venezuela

Los indígenas compiten en juegos tradicionales

Los Wayúu inician la celebración del Festival de la Cultura de su pueblo con un sonoro toque de “kasha”, el tambor ancestral de la tribu más numerosa de Venezuela. El Festival fue creado para rescatar y preservar las tradiciones culturales y los saberes ancestrales. Este año, 150.000 indígenas se han reunido en la vigésima cuarta edición que se celebra en Uribia, considerada la capital indígena.  Durante el Festival, los indígenas compiten en juegos tradicionales, como el tiro de piedra con una honda, el tiro de arco y flecha, el trompo y el tejo wayúu, que consiste en lanzar una piedra hasta un lugar determinado, el tiro del cardón (cactos) y combates de lucha libre. También se realizan una carrera de caballos y una de burros.

Venezuela es un país multicultural y plurilingüe. Cuenta con 506.341 indígenas distribuidos en 34 pueblos y representan el 2,2% de la población. El pueblo indígena con mayor representación es el Wayuú. Habitan principalmente en el Noroeste del Zulia (estado de Venezuela con una de las más grandes reservas de petróleo y gas de América) y en La Guajira colombiana (con quien hace frontera). Los Wayuú han tratado siempre permanecer independientes de Venezuela y Colombia. Procuran regirse por sus propias leyes. Actualmente los Wayúu viven en rancherías, agrupaciones de casas hechas de barro y madera, dispersas por el desierto. Sus condiciones de vida son muy precarias porque carecen de mínimos servicios públicos: el agua escasea, no hay alcantarillado, las comunicaciones son difíciles y la atención sanitaria es casi inexistente. Dado el notorio abandono en el que se encuentran los Wayúu que viven en el lado colombiano, muchos, al tener libre tránsito por las dos naciones, prefieren vivir en Venezuela que les ofrece una mejor calidad de vida.

El pueblo Wayuú es uno de los pueblos arawak (nombre genérico de pueblos indígenas asentados en las Antillas en el siglo XV). Con una gran corriente migratoria se desplazaron por la Amazonia y las Antillas hacia el 150a.C  La horticultura, la caza y la pesca eran parte de sus costumbres ancestrales. La vivienda era comunitaria, en forma de maloca; casas ancestrales donde vivían varias familias relacionadas por el parentesco.  Los Wayuú no fueron conquistados por los europeos hasta después de la independencia de Venezuela y Colombia gracias a la resistencia indígena y a las duras condiciones ambientales del desierto, que sirvió como refugio a los Wayuú. A pesar de la expansión de las dos Repúblicas sobre el territorio, los Wayuú mantuvieron una amplia autonomía extralegal que no ha sido reconocida constitucionalmente hasta hace poco. El pueblo está dedicado especialmente al pastoreo. Los bovinos se consideran el mayor valor y cada clan tiene una marca de hierro para marcar sus cabras o chivos. Anteriormente se criaban muchos caballos, asnos y mulas, pero las epidemias han disminuido las especies. Entre los wayúu el ganado es la principal riqueza y además el principal motivo de prestigio. Aunque se comercia con él, se intercambia de modo no comercial: para sellar una alianza matrimonial, como derecho sobre una descendencia o para compensar daños o delitos, solucionar conflictos y establecer la paz. La sociedad está organizada en clanes eiruku. Entre el pueblo wayúu existe todavía la autoridad tradicional y un sistema autóctono de la administración de la justicia en la cual se destaca el pütchipü o pütche’ejachi, es decir, el portador de la palabra o “palabrero”, quien resuelve los conflictos entre los diferentes clanes. El hombre puede tener varias mujeres. Antes del matrimonio el novio debe llegar a un acuerdo con los padres de la novia en una reunión denominada ápajá y entregar a ellos la cantidad de ganado y joyas que acuerden. La mujer permanece en el hogar y es símbolo de respeto y unidad. Pero son ellas y el tío materno quienes tienen la autoridad y la responsabilidad sobre los hijos. Un personaje de gran importancia en cada comunidad es el piachi’, quien ha adquirido poder espiritual mediante su experiencia visionaria y las virtudes otorgadas durante sueños o trances que se interpretan como la incorporación de un espíritu protector Seyuu, por lo que es llamado para curar. Los espíritus se comunican con los humanos vivos en los sueños. El wayúu cree que tras la muerte va a Jepirá, el Cabo de la Vela, lugar de felicidad donde se descansa hasta que tras el segundo velorio, cuando los restos son exhumados para llevarlos un sitio definitivo, el espíritu del muerto toma el camino hacia la eternidad.

Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!