EDITORIAL
El principal partido de la oposición se corrompe con trajes valencianos. El juez más mediático del país no ha logrado dejar de ejercer pese a haber cambiado de traje a tenor del poder. Y España viste de gala cuando se reúne con un dictador con traje de demócrata. El Rey reina pero no gobierna, sin embargo ha sido el único capaz de enmudecer un discurso populista que destruye a la rica Venezuela. La corrupción, la violencia, las diferencias sociales y la economía sumergida hacen añicos un país en apariencia no tercermundista. La falta de impulso de reivindicación y de protesta, enmudece a una sociedad que aparenta conformidad, pero que vive miedosa o inevitablemente vendida. Mientras, su principal dirigente alza el dedo y cubaniza un país donde pretende aposentarse a las duras o a las maduras. Y a España parece no serle suficiente que el alma del Libertador Simón Bolívar haga (posibles) buenas migas con Euskadi Ta Askatasuna. Muchas empresas de capital español, además de una importante colonia española, se encuentran asentadas en el país venezolano. La política y la diplomacia se mueven entre la ética y estética. Mientras no haya una ruptura oficial de relaciones, las formas se deberán mantener. Y cada uno con su traje y mirando a otro lado para poder seguir manteniendo la armonía mundial. Aunque bajo tanto tejido… las fibras se estén pudriendo.
Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!
Hola Lara, creo que un personaje como Simón Bolívar no se puede comparar con Euskadi Ta Askatasuna. Simplemente por rigor histórico. Saludos.