Amnistía Internacional (AI) acusó el pasado enero al Gobierno de Camerún, que preside Paul Biya, de utilizar ” de forma habitual” la tortura y el homicidio para reprimir la disidencia política. Según un nuevo informe de AI, ha habido un periodo de 10 años de graves violaciones de los derechos humanos en los que las fuerzas de seguridad del país emplearon de forma excesiva e innecesaria la fuerza y quedaron impunes.
Tawanda
Hondora, director adjunto del Programa Regional de Amnistía
Internacional para África, aseguró que “En Camerún no se tolera la
oposición política” y añadió que “Toda opinión que no coincide con el
gobierno, se reprime mediante la violencia o el abuso”.
A
finales de febrero del año anterior, las fuerzas de seguridad acabaron
con la vida de un centenar de civiles durante las manifestaciones en
contra de la subida del coste de la vida. Amnistía Internacional ha
visto y recibido documentos gráficos y testimonios que aseguran que en
lugar de los hechos se disparó a quemarropa a las víctimas.
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