Miquel Roman

La Vanguardia. Los aficionados al deporte piden al Ayuntamiento de Barcelona más instalaciones públicas. Barcelona es la tercera ciudad del mundo con un porcentaje más alto de ciudadanos aficionados a practicar deporte. · Las encuestas sobre los hábitos deportivos pone de manifiesto que 300.000 barceloneses practican deporte de forma habitual. La práctica más habitual es caminar (27,3%), seguida de la natación (25,1%), la gimnasia de mantenimiento (18,5%) y el fútbol (10,2%).

Jordi Bordas. Los barceloneses, deportistas por convicción (los cálculos de que dispone el Ayuntamiento indican que una de cada cinco personas que viven en Barcelona hace deporte habitualmente), piden al Ayuntamiento más instalaciones deportivas. No para contemplar un espectáculo o asistir a una exhibición, sino para poder dar rienda suelta a su afición: correr, nadar, ir en bicicleta, hacer gimnasia, jugar al fútbol, al baloncesto o simplemente pasear.

Porque la afición de los barceloneses por el deporte va mucho más allá, por ejemplo, de acudir en masa al festival aéreo conocido como la fórmula 1 del aire (1,3 millones de personas se concentraron el año pasado en las playas olímpicas), llenar el estadio del FC Barcelona o abarrotar el Palau Sant Jordi.

Esta afición por el deporte se plasma en los 300.000 ciudadanos que, por sistema y voluntad propia, acuden, casi a partes iguales, a una instalación deportiva, bien sea pública o privada, de forma periódica. "Esos 300.000 barceloneses, explica a La Vanguardia el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona, Pere Alcober, son el 20% de la población de la ciudad, un porcentaje que nos sitúa en el tercer puesto entre todas las ciudades del mundo en una lista que encabeza San Francisco".

El concejal no ignora la presión que esa afición por el deporte arrastra tras de sí. Por eso no se extraña de que, en la última encuesta del Ayuntamiento para conocer más a fondo los hábitos deportivos de los barceloneses, el 55% de las personas preguntadas "considerara que la dotación de instalaciones deportivas con que cuenta la ciudad es insuficiente o muy insuficiente".

Esta valoración media tiene en Nou Barris y Les Corts los extremos más opuestos. Mientras la insatisfacción entre los vecinos de Nou Barris es más alta (se sitúa en un 63%), la de los residentes en Les Corts es mucho más benévola: el 57,7 están satisfechos con lo que tienen en su distrito, que es el que más clubs privados acoge.

Al referirse en concreto a las instalaciones que hay en su barrio, son los vecinos de Ciutat Vella quienes peor opinión tienen de lo que está a su alrededor: el 80,7% piensa que esos equipamientos son insuficientes. A poca distancia están los de Sarrià-Sant Gervasi (72%), y son otra vez los de Les Corts los más contentos con la oferta que tienen en su barrio, un 47,8%.

Además de las instalaciones, los barceloneses también han valorado los espacios públicos que la ciudad pone a su disposición. Para los habituales del deporte, los que más les gustan son, por este orden, las playas (que reciben una puntuación de 2,7 sobre 5), los carriles bici (con la misma puntuación) y las pistas de petanca y los circuitos de footing y fitness, valorados todos ellos con un 2,6. Esas preferencias están en concordancia con las prácticas deportivas que suelen protagonizar. Según la encuesta del Ayuntamiento, la primera de ellas es caminar, disciplina que es un hábito para el 27,3% de cuantos respondieron a las preguntas de los encuestadores. A continuación se sitúa la natación (25,1%), la gimnasia de mantenimiento (18,5%) y el fútbol (10,2%).

Ya esos deportistas no les importa demasiado el momento del día: sus preferencias horarias se reparten prácticamente de la misma forma entre la mañana y la tarde. Frente al 36,3 por ciento que hacen deporte desde las nueve de la mañana hasta mediodía, se encuentra el 35,8 que lo hace entre las cuatro y las ocho de la tarde.

Uno de los aspectos que más llaman la atención de la encuesta de los hábitos deportivos en Barcelona estriba en el grado de asociación de los barceloneses. Más de la mitad de ese colectivo (exactamente el 51,6 por ciento) practica su disciplina en alguna instalación a la que se ha abonado (véase el cuadro publicado en la página anterior). La que encabeza el ranking corresponde a la cadena Dir (con una docena de centros y unos 80.000 clientes), que precede a entidades tan arraigadas en la ciudad como los clubs de natación Sant Andreu o Barceloneta o más modernas, como Európolis.

¿Qué instalaciones echan en falta los barceloneses? Básicamente, las piscinas. Uno de cada dos ciudadanos así lo indicó sin apenas diferenciar entre piscinas al aire libre o cubiertas. En ambos casos, desearían tener una lo más cerca posible de donde se encuentran. Pisando los talones, la encuesta sitúa los pabellones polideportivos cubiertos y los gimnasios. La afición por las actividades al aire libre queda reflejada en las mejoras que, a juicio de cuantos respondieron, deberían introducirse para satisfacer plenamente sus deseos. Nada menos que el 95 por ciento de los consultados se mostró favorable a que los equipamientos deportivos enclavados en la calle fueran mejorados, una petición que hacían extensa a la información sobre el deporte que se practica en los colegios, al incremento de los acontecimientos deportivos populares y los internacionales. Ocho de cada diez personas abogaron también por que Barcelona sea promovida en el mundo entero como "la ciudad del deporte".

El concejal Alcober no parece amilanarse ante estas críticas y exigencias. Al contrario. "Esta encuesta fue realizada a mediados del año pasado. Pues bien, desde entonces ya hemos venido actuando en enclaves tan concretos como la estación de França, las antiguas cocheras de Borbó o las instalaciones de la Mar Bella. Pero nuestro objetivo no sólo es elaborar un mapa de equipamientos deportivos, sino desarrollar una política que favorezca aún más la práctica deportiva".

De su lista de prioridades destacó como irrenunciable poner a disposición de los ciudadanos "una instalación deportiva que se encuentre a tan sólo diez minutos andando, lo que nos obligará a ampliar el número de pabellones municipales, que es en la actualidad de 130". Más lejana se encuentra en el tiempo otra idea que, de implantarse, constituiría un hito en la trayectoria deportiva de Barcelona. "Nos planteamos la posibilidad de que cualquier socio de una instalación municipal, que ahora sólo puede acudir a la suya, tenga la posibilidad de ir a otra distinta, de forma que, por poner un ejemplo, si está abonado a una instalación en Horta, acuda a una de Sants. Podría utilizar su carnet de socio en cualquiera de ellas, tanto en aquella a la que se abonó como en otra. Esa fórmula choca, en la actualidad, con el modelo de gestión que hay en cada centro, que es propia y exclusiva, pero siempre se pueden encontrar soluciones".

De ser así, se llegaría a combatir una de las excusas esgrimidas por quienes rechazan hacer deporte. Casi siete de cada 10 barceloneses que no se acercan a un pabellón deportivo, una piscina, un campo de fútbol o una pista de tenis justificaron su actitud en que no disponen del tiempo suficiente para ello. En este amplio pelotón (el 68,3% de los encuestados) figura también aquellos que salen fatigados del trabajo (37,2%) o, simplemente, que no se sienten atraídos en absoluto por el deporte. Al analizar este apartado sorprende que el 4,8 por ciento de las respuestas recibidas haga referencia a que el ciudadano no ve la "utilidad" de hacer deporte. Aunque lo más preocupante es que el gran bloque social que piensa así sea el de los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años.