3 de setembre de 2009
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Zapatero quizás no sabe más, de Lluís Foix en La Vanguardia

Sobre un gobernante, la peor sospecha que le puede caer es que se perciba que no domina la situación. Es mucho peor que equivocarse. Al presidente Zapatero le ha tocado bajar por la incómoda pendiente de la crisis económica, viniendo de un periodo de vacas gordas en el que teníamos, son palabras suyas, el mejor sistema financiero de Europa, que no había crisis, que acabaríamos el año pasado con crecimiento de empleo, que habíamos pasado ya a Italia y que, cuidado, podríamos alcanzar pronto a Francia.

La realidad, para el infortunio de todos, ha sido otra. Sería posiblemente injusto cargar toda la responsabilidad de cuanto ocurre al presidente del Gobierno. Pero él es la máxima autoridad política del país y a él hay que pedir explicaciones sobre las decisiones erráticas que ha venido tomando para frenar el paro y promover una política económica que devuelva la confianza a todos los actores sociales.

Las cifras de paro de agosto han sido negativas, aunque la caída es menos acentuada que en meses anteriores. Las dos últimas páginas del semanario The Economist resumen, desde tiempos inmemoriales, los indicadores económicos y financieros de casi todos los países del mundo. El paro en España ha alcanzado el 18,5 por ciento, siete dígitos más que Bélgica, con un 11,3 por ciento. En el resto de países de la Unión Europea no se sobrepasan los dos dígitos.

Zapatero ha optado por una política proteccionista en favor de los más débiles, evitando así una crisis social. Es una opción. Pero mucho me temo que le ocurra lo mismo que vaticinó Churchill a Chamberlain al pactar con Hitler en Munich en 1938. Fue entonces cuando Churchill reprochó a Chamberlain que “os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y, además, tendréis la guerra”. Ocurrió tal cual.

Ayer se hicieron públicos los datos de esta política proteccionista que indican que el gasto en prestaciones de desempleo aumentaron un 53,7 por ciento en julio y que la Seguridad Social perdió 142.444 cotizantes en agosto. Esta política proteccionista no tiene larga vida si no se crea riqueza, que no vendrá por una mayor presión fiscal con las rentas del capital. Sus rifirrafes con la patronal, que han impedido un pacto anticrisis, no van en esta dirección.

El Banco de España vaticina que el déficit público se acercará al 12 por ciento a finales de este año, el más elevado de la UE. Lo que inquieta de Zapatero es su capacidad de improvisación, sus cambios de criterio, sus medidas ligeras que parecen más un parcheo precipitado que no el resultado de una política pensada para el bien general y no para apagar los incendios sociales que, en cualquier caso, van a prender si el azar no lo remedia. He llegado a una conclusión que puede ser injusta. Zapatero no es que lo haga mal. Es que quizás no sabe más.

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