Debemos partir de la premisa de que todos los cuerpos humanos son, fundamentalmente, dependientes y vulnerables. Nuestra condición común es, precisamente, esta indefensión compartida, que resulta muy evidente en la susceptibilidad de nuestros deseos y relaciones, en nuestro miedo al rechazo y a la pérdida, y en experimentar nuestra permanente vulnerabilidad física (…)
Consecuentemente, es importante apuntar que los hombres sienten temor, trauma y daño corporal al igual que las mujeres (…)
Si los hombres se aferran a la masculinidad normativa, las penas y preocupaciones que tendrán que aprender a padecer (y a minimizar, incluso a negar desde el primer momento) serán consecuencia, predominantemente, de las acciones y del discurso de sus compañeros varones. Situar el reciente énfasis en “la masculinidad en crisis” en este contexto más amplio de una común vulnerabilidad humana podría ayudar a paliar las maneras en las que los hombres se sienten amenazados, simplemente, como hombres.
Cita. Mientras Tanto. Número 107. estiu 2008. Barcelona.
BRAUN, memòries d’una fàbrica / BRAUN, memorias de una fábrica
Us ha agradat aquest article? Compartiu-lo!